CONSTRUIR LA PALABRA (x)

 

por: Chiquita Barreto-Burgos

 

Según el mito mbyá, Ñamandú se levantó y concibió el lenguaje. Ñe´é significa palabra, voz, elocuencia; también, alma. La palabra, el alma, es lo que mantiene de pie, levantado.

La muerte es la pérdida de la palabra; el alma, el principio vital, es "E", el decir (Helene Clastres).

Si bien no se ha perdido el alma, la palabra que mantiene de pie, está escondida dede hace cinco siglos. No vale la pena formular de nuevo la pregunta sobre si existe o no un verdadero bilingüismo. Si eso significa la existencia de dos lenguas, sí. Pero si bilingüismo significa el status igual de ambas, no.

Saúl C. Romero dice que "la expresión espontánea se da en el paraguayo en lengua nativa y la expresión premeditada se da en castellano". El español-parlante no tiene ninguna inhibición para expresar su desconocimiento de la lengua aborigen; es más, lo hace con cierto orgullo, no así el guaraní-parlante, que se siente como disminuido e inferior por confesar su desconocimiento del castellano.

Es tanto el afán por conocerlo o manejarlo aunque sea vaivai, que aún hoy las madres campesinas entregan sus hijos como criados "siquiera ikaraiñe´ë mi hagua", para que por lo menos hable el idioma del señor.

Con fecha 1o. de marzo de 1813 la soberana Asamblea General Constituyente, reunida en Buenos Aires, sancionó el artículo relativo "a la extinción del tributo y la derogación de la mita, las encomiendas, el yaconazgo y el servicio personal de los indios". Al darlo a conocer el mismo se mandó traducir a los idiomas aymara, quechua y guaraní (revista Oñondive, año II, No.3 , diciembre/1981, Argentina). Entre estas lenguas el idioma guaraní es el único que hasta hoy es patrimonio de todo un pueblo, pero nunca más fue usado para las cuestiones formales.

Documentos, libros, etcétera, son redactados en la lengua considerada culta y hasta hoy – que se están implementando el uso y la enseñanza obligatoria del guaraní en las escuelas- no ha tenido el soporte necesario para llegar a tener la misma categoría que el castellano. Ambas lenguas no poseen el mismo status, y hasta se ha dicho que la coexistencia del guaraní era una de las causas del atraso, además de atribuirle la escasa brillantez intelectual de niños y adolescentes campesinos (en realidad, nuestro sistema educativo ha producido poco genios, y los pocos están estratégicamente invisibles).

Aunque en los discursos se declare orgullosamente que la lengua nativa define la nacionalidad paraguaya, el campesino iletrado conoce las desventajas de contar sólo con ella. El guaraní se expresa el ser más íntimo, pero para quien no conoce la lengua distintiva que es el castellano genera una confusa vergüenza.

Del mito mbyá quedó poco. La palabra que es el alma y verticalidad ha estado en agonía, y el principio vital que es "E", el decir, está soterrado. Circunstancias históricas como las Reducciones, la ausencia de corrientes migratorias en la época del Doctor Francia, la mediterraneidad y las dos grandes guerras han permitido su sobrevivencia, para conformar lo que llamamos bilingüismo. Más también circunstancias históricas ha permitido un desarrollo desigual entre las dos lenguas.

Una de las causas de la peculiar timidez del campesino es la imposibilidad de hablar y hacerse entender en castellano; como en la época de los encomenderos, trata de balbucear el "karai ñe´ë" llenando el folklore de anécdotas graciosas y crueles. Siempre se han tenido dos lenguas y, como dice Roa Bastos, se ha castellanizado el guaraní y guaranizado el castellano, creando el jopará, que pasó a ser la tercera lengua, sin encontrar la fórmula para decir nuestra palabra. Y porque no la podemos decir, cualquier advenedizo con delirios mesiánicos puede subyugar con discursos vacíos de contenidos o, peor aún, con palabras vaciadas de significados auténticos y profundos.

Según Bartomeu Meliá, los conquistadores convirtieron a las parcialidades indígenas en colectividades despalabradas, y hoy aún el pueblo guaraní-hablante sigue despalabrado, el paraguayo sigue subyugado por la "lengua del señor".

El mismo etno-lingüista dice en Inventar el Paraguay que "el mundo no sólo se divide en países ricos y pobres, del norte y del sur, sino en difusores de cultura y consumidores de ella¸ en creadores de tecnología y usuarios de tecnología; en dueños de lenguajes universales y perpetuos aprendices de estos lenguajes".

 

(x) Del diario "ÚLTIMA HORA" (El Correo Semanal), 27-28 de Febrero de l999 (Asunción, Paraguay)