FIGURAS de ayer y de hoy

DIOSNEL CHASE

La alegría de cantar (x)

 

por: César González Páez

cesarpaez@uhora.com.py

Hace tiempo, allá por Villarrica, tres músicos formaron un trio. Un hecho que parece ser no muy significativo, ya que ésta es una de las conformaciones más características en la música popular paraguaya. Estos conjuntos comenzaron a conformarse con asiduidad allá por 1920. El que hoy ocupa nuestra atención estaba conformado por Félix Pérez Cardozo, Ampelio Villalba y Diosnel Chase (1904-1988), nuestra figura de hoy. Este trio tentó suerte  en Argentina llegando a grabar discos para el sello Víctor, el mismo que registrara la voz de Carlos Gardel.

Diosnel en 1929 formó el Conjunto Guaireño junto a Rodolfo Heyn en guitarra, Felipe Sánchez en arpa y el dúo conformado por las cantantes Blanquita Villalba y Dora del Cerro.

Cuando cada uno nombra a un músico casi es imposible no nombrar a quienes lo acompañaron e hicieron que su carrera diera frutos. En 1936 formó el célebre dúo Melgarejo-Chase, junto a Basilio Melgarejo Molinas.

El Diccionario de la Música en el Paraguay, de la autoría de Luis Szarán, recoge el nombre de Chase para señalar que a su regreso al país, en 1940, fue uno de los pioneros de las veladas populares en pueblos del interior y barrios de Asunción. Estos espectáculos combinaban la expresion musical con la teatral, generalmente la comicidad.

Como compositor podemos citar sus canciones más difundidas como “Virginia”, “Káusa neñaña”, “ Nde tapere che reindy”, “En una noche de luna”, “Concepción, salud”, “Flor de mi alma” y “Tupasy Ka´akupépe”.

Juan Pastoriza y Pedro Espínola en el libro Lo nuestro señalan que este músico fue sencillo y humilde, pero de gran personalidad en el campo artístico. Por corto tiempo se desempeñó como introductor en la agrupación que dirigía José Asunción Flores, cuando éste estaba “a prueba” en el sello Odeón. Es el mismo Diosnel quien cuenta que cuando la orquesta grabó, junto a Agustín Barboza, las guaranias “Ñasaindype” y “Panambi Vera”, la empresa envio un paquete de cien discos a la casa discográfica de don Manuel Viladesau, que se agotaron el mismo día de puestos a la venta. Aquellos discos eran de 78 revoluciones por minutos, de pasta, y en vista del éxito se pidieron 300 discos más, lo que luego posibilitó el contrato de Barboza y Flores por el sello discográfico.

Recordaremos a Diosnel por sus páginas musicales como “Che Lucero Ñemimby”, “Princesa Guaireña” y “En una noche de luna”. Un 22 de agosto, a los 84 años, este músico dejó de existir, pero no nos ha dejado. Su recuerdo vive en el alma de las guitarras.

(x) Del diario ÚLTIMA HORA (El Correo Semanal), 10-11 de febrero de 2001 (Asunción, Paraguay)