Entrevista a Thomas Case, profesor emérito de la San Diego State University

 

"La Babosa es la anatomía del carácter paraguayo" (x)

 

Entrevista de César González Páez

(cesarpaez@uhora.com.py)

 

 

El profesor norteamericano señala que en la novelística de grandes autores paraguayos se advierte un rico contenido en información social y cultural sobre el país.

Para Thomas Case, Roa Bastos es más cuentista que novelista; sus novelas son relatos pegados unos a otros. Pero es un gran escritor.

Thomas E. Case es profesor emérito norteamericano de la San Diego State University, está especializado en la comedia del Siglo de Oro, pero se ha interesado de una manera muy particular en la literatura paraguaya, en especial de la obra de Gabriel Casaccia, a quien conoció personalmente. No es casualidad su interés en las letras de nuestro país, ya que su esposa era paraguaya: Catalina Segovia –ya fallecida-.

El profesor Case se confiesa ávido lector, y entre sus lecturas le han llamado la atención las temáticas de escritores de la talla de Augusto Roa Bastos, además del autor de La Babosa.

En su fluida conversación se desprende una gran fuente de conocimientos detallados de la novelística de estos grandes autores, en las que advierte su rico contenido en información social y cultural. Las marcadas diferencias de comportamiento entre el paraguayo ciudadano y el campesino, como así también los cambios de comportamientos que se operan con los cambios de hábitat, son detalles muy reveladores de que nuestro entrevistado se ha tomado el trabajo de investigar.

A lo largo de su carrera como profesor en importantes universidades de EE UU, Thomas Case ha publicado artículos, en revistas y publicaciones especializadas, sobre aspectos de nuestra literatura.

El Correo Semanal tuvo la posibilidad de conversar con él a propósito de encontrarse en Asunción. Dejó entrever su deseo de vivir en el país, hecho que todavía no puede concretar por sus actividades académicas en Estados Unidos. He aquí algunos extractos de la conversación sostenida en nuestro Diario, antes de emprender su regreso a Estados Unidos.

-¿Cómo se fue acercando a la literatura paraguaya ?

-En 1960 yo estaba terminando mi tesis sobre Lope de Vega, y al casarme con Catalina descubrí en la bilbioteca de mi suegro libros de historia, sobre las Misiones y literatura. Comencé a leer vorazmente todo eso. Empecé con Roa Bastos, obviamente, y los poetas, porque yo creo que el género más fuerte en el Paraguay es la poesía, porque tiene que ver mucho con el ambiente natural y hay una tradición. La música y el bilingüismo producen en este país una poesía excepcional y sensual que es diferente a otros lugares de América.

Así fui leyendo hasta llegar a ser especialista en la obra de Gabriel Casaccia, y empecé a publicar una serie de artículos en la década del sesenta sobre este autor paraguayo, a quien llegué a conocer personalmente cuando vivía en Buenos Aires y cuando vino a San Diego (Estados Unidos), pasando dos semanas entre nosotros.

-¿Por qué se especializó en la obra de Casaccia ?

-A causa de haber conocido primero La Babosa y sus primeros cuentos como joven. Pero La Babosa es una gran novela, porque es la anatomía del carácter paraguayo.

Casaccia no ha sido muy popular porque principalmente critica a la sociedad. Su novela tiene, tal vez, un próposito destructor, de desenmascarar exageradamente –porque es un obra de arte- los rasgos de un país. Los personajes son abogados, está el cura Rosales, que representan la estructura básica del poder politico. Todas las novelas de Casaccia trazan un ciclo muy interesante sobre el Paraguay, como La llaga, Los Exiliados, Los Herederos y Los Huertas. Voy a volver a leer estas novelas, porque quiero escribir una serie de ensayos que son una nueva interpretación de la novelística paraguaya.

-¿Ha publicado artículos sobre las letras del Paraguay ?

-He publicado varios artículos que han salido en revistas de la Universidad de la Florida, pero ha sido notas orientadas hacia la política. Lo que sucede con las revistas universitarias es que tienen la tendencia de cambiar de nombre y a veces se pierden las referencias. Sobre todo cuando se muda de universidad el profesor o quien lo dirige.

He leído muchas ponencias sobre Casaccia y la prosa paraguaya. Mi último estudio sobre el Paraguay fue en el1989, para conmenorar dos temas: uno, la Revolución Francesa, y el golpe de Rodríguez, que es la revolución fracasada del Paraguay. Eso se trasluce en las novelas y en los cuentos de Roa, donde hay revolucionarios fracasados. Se advierte en La Llaga de Casaccia, la mejor novela en mi opinión, por la penetración del tema y por la creación del personaje Gilberto Torres, que resume todas las debilidades que podemos encontrar en un medio artista que no maneja nada bien, que es un koygua que no puede adaptarse.

-¿Qué proyecto está realizando en el presente ?

-Mi campo de especialización, en realidad, es la Comedia del Siglo de Oro. Yo tengo publicado más de cuarenta ensayos en revistas importantes sobre Lope de Vega y Calderón de la Barca, como de Cervantes. Recientemente he trabajado en la obra de Luis Pérez de Guevara, un contemporáneo de Lope de Vega, porque vamos descubriendo textos no conocidos antes, un corpus de once a quince comedias. Estamos tratando de poner en orden esos manuscritos para publicarlos. No serán obras completas, porque es una ficción creer eso, porque la producción fue muy grande en esa época.

 

 

Perfil de los paraguayos

 

"El atraso de Paraguay no se da en lo material sino en lo cultural, que el pueblo no puede superar.

En Asunción yo veo a la clase media ganándose la vida, pero el paraguayo del campo, que tiene la cultura de los indios, al igual que los indígenas de Norteamérica y América, no tiene una cultura de trabajo. No trabajan, porque no es una prioridad sino una ambición en la vida, que es tener cosas pero no ganarlas.

Esas cosas las aprendió también del conquistador español, que trajo esa mentalidad de la hidalguía. El hidalgo español no trabaja y, bueno, Casaccia capta muy bien la personalidad del paraguayo que viene a la ciudad y lo que quiere es tomar los elementos sofisticados de la clase media universal. No quiere sino que quiere adquirir los conocimientos.

Por ejemplo, en La Babosa, el personaje Ramón Fleitas, que es de Itacurubi, al venir a Asunción, pobre y descalzo, estudia Derecho, y la primera cosa que quiere hacer no es trabajar sino adquirir dinero. Habla el castellano, desprecia el guaraní, toma whisky, no quiere tomar caña y quiere comportarse como un abogado correcto de Asunción.

En La Llaga, Casaccia enfoca su atención en cuestiones de política. Habla de quienes planean un golpe que desde el principio va a fracasar. El personaje general Balbuena se vuelve a la Argentina y apresan a Torres, el dueño de la casa donde estaba hospedado el militar. El hombre que no sabe nada comienza a inventar detalles, porque de lo contrario lo van a torturar.

En Los Herederos y Los Huertas pone énfasis en la inhabilidad del paraguayo de adaptarse al mundo moderno y de pensar en el progreso. Siempre hay un proceso de regresión, que es una contradicción. En Roa Bastos es diferente porque él es más histórico, habla sobre la tragedia del paraguayo, sobre todo en la época de Francia, que analiza muy bien en Yo el Supremo. También habla de la injusticia de fuera y de adentro en Hijo de Hombre. Los personajes de Roa generalmente son buenos, víctimas de la fatalidad de la situación. Roa es más cuentista que novelista; sus novelas son relatos pegados unos a otros. Pero es un gran escritor."

 

Thomas Case

(x) Del diario ÚLTIMA HORA (El Correo Semanal), 7-8 de julio de 2001 (Asunción, Paraguay).