por: Ivaní Amambay y Daniel Torales
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No son muchas las mujeres que se destacan en nuestro repertorio por ser creadoras; sin embargo, cuando la hacen, dejan una profunda marca en quien oye sus composiciones. Una escritora de versos que tiene sello propio, por la forma en que la poesía mana de ella, es Hermas Cáceres Acuña, demostrando que pese a las dificultades de la vida, uno puede disfrutarla haciendo lo que realmente gusta.

Hermas nació en San José de los Arroyos el 2 de Agosto de 1948, hija de Pedro Cáceres y Obdulia Acuña. Se crió en su ciudad natal en el seno de una numerosa familia, perdiendo a muy temprana edad a su madre, quien cantaba y para acompañarse, ejecutaba la guitarra. Hermas inició sus estudios en una escuela fundada en San José por su propio padre, siendo éste su primer maestro en dicha institución. Luego prosiguió sus estudios secundarios en Asunción y posteriormente estudió en la Facultad de Filosofía de la Universidad Nacional de Asunción.

En sus años de universitaria, Hermas descubrió su pasión por escribir versos, integrando así el Centro de Estudiantes de su facultad, en la especialidad artística, y tiempo después se desempeñó como Presidanta del Centro por un período de cuatro años. Fue una muy destacada alumna, llegando a obtener también un diploma de Honor al Mérito de la Facultad de Filosofía, en el año 1982.

Unos años después, en un día primaveral, conoció al poeta Modesto González Juvinel, con quien fue madre de un hijo, Víctor Ramón. Hermas aprendió de la mano de su compañero a mejorar la estructura de los versos, dándole también el ritmo necesario para permitirles la musicalización, entre otras cosas.

Así fue creando numerosos poemas que pronto fueron musicalizados e interpretados por artistas de jerarquía de nuestro país. Entre las composiciones de su autoría se cuentan: ”Paraguay Poty”, con música de Lorenzo Leguizamón; ”Ako Ñande Yhaguy”, con música de Andrés Cuenca Saldívar: ”Mi Imposible Mborayhu”, con Néstor Damián Giret; ”A mi pueblo San José”, con Darío Benítez; ”Hasy´pe Jajotopa”, con Dionisio Villamayor, y varias obras más.

En 1994, su compañero del arte y de la vida, González Juvinel, falleció; a esto se sumó también una grave enfermedad que la aqueja desde hace ya varios años, el cáncer. Sin embargo, Hermas siguió escribiendo y publicó así dos poemarios titulados ”Rosas Líricas”, como símbolo de agradecimiento a la vida y a todos los artistas que la apoyan a diario.

Hermas fue homenajeada en distintas ocasiones, en su pueblo San José de los Arroyos, en Itacurubí de la Cordillera, Hernandarias, Ñemby, e inclusive en la capital argentina, Buenos Aires.

En estos últimos años grabó numerosos materiales con destacados artistas, trabajó en radio, conduciendo un programa de su estilo que marca el corazón, y contabilizó alrededor de 150 poesías de su creación. Actualmente se desempeña como miembro del Directorio de Autores Paraguayos Asociados (APA). Incanzable, luchadora, Hermas nunca deja su pasión de lado, sigue creando versos de belleza única, salidos de un alma siempre renovada, pero siempre auténtica.

(x) Del libro: “ Creadores del Alma Guaraní. Historias de los Grandes Compositores y Poetas Nacionales”, de Ivaní Amambay y Daniel Torales –Setiembre 2005-. FONDEC (2005);  Librería SERVILIBRO, 25 de Mayo esq. México (Asunción,-Plaza Uruguaya-.Paraguay). E-Mail: servilibro@highway.com.py. Prólogo: Marlene Sosa Lugo

ACOTACIÓN DE FA-RE-MI: En nuestra Página, en la 5.Parte del Paraguay Profundo, se puede leer un escrito del poeta y periodista, Mario Rubén Álvarez, sobre la canción: ”A mi pueblo San José”.