"LA LENGUA GUARANI EN EL PARAGUAY COLONIAL" OBTUVO EL PREMIO NACIONAL DE CIENCIAS

El padre Bartomeu Meliá, S.J. galardonado por el Congreso (x)

Ls ventanas del despacho donde trabaja el padre Bartomeu Meliá S.J., se abren sobre un frondoso patio lleno de árboles. Allí no llegan los ruidos de la calle. El lugar está ubicado en la casa que tienen los jesuitas en Trinidad, un poco más allá del Colegio Técnico Javier. Fue en ese lugar, como desprendido del mundo, donde mantuvimos una larga conversación que giró sobre su obra “La Lengua Guaraní en el Paraguay Colonial” que hace pocos días recibió el Premio Nacional de Ciencias que, cada dos años, otorga el Congreso Nacional.

- El libro -abrió la conversación el padre Meliá- responde a algo de lo cual teníamos necesidad en el Paraguay, que es un estudio de la lengua guaraní que en este volumen se limita al tiempo colonial. ¿Qué hay en esta historia? Hay, precisamente, una lengua que entra en contacto con otra cultura, con otro sistema económico y otras coordenadas políticas y culturales.

- ¿Cómo se da esta situación actualmente?

- Esta situación, a mi modo de ver, es muy interesante, porque se viene prolongando hasta ahora. El guaraní, en el Paraguay, sigue teniendo los problemas pero también las soluciones propias de una lengua que vive en contacto con el mundo moderno, sea de la época que sea. Es decir, en el siglo XVI era el mundo colonial, que en el Paraguay era un colonialismo por una parte muy mitigado pero, por otra parte, muy cruel, ya que trajo elementos que presionaron enormemente las lenguas aquí encontradas, de las cuales incluso algunas desaparecieron debido a este contacto y agresión.

“Sin embargo, el guaraní, por el hecho de que continuó siendo una lengua de uso social en la sociedad española y no sólo en la mestiza, tuvo un desarrollo que se ha mantenido hasta hoy”.

Problemas actuales

- ¿Son diferentes los problemas que se plantean hoy?

- Muchos problemas de hoy son, mutatis mutandi, los problemas que ya tuvieron en los siglos XVI, XVII y XVIII. Mientras en las lenguas indígenas tenemos una lengua que responde a aquella sociedad guaraní neolítica, que aquí no es el caso de explicar completamente, en el caso de analizarla detalladamente, tenía no solamente una lengua propia que poco a poco quedó distanciada del guaraní colonial, sino que tenía modos de vivir que también quedaron distanciados con el correr de los años. Prácticamente desde el principio fueron discriminados de tal manera que hoy, el guaraní paraguayo es vehículo incluso de esa expresión de discriminación contra los propios indígenas guaraníes.

Varias lenguas

- ¿Estamos entonces frente a varias lenguas o a una sola?

- Desde el siglo XVII, sobre todo, tenemos simultáneamente varias lenguas guaraníes en el Paraguay.

Tenemos las lenguas guaraníes originarias que en cierta manera se han mantenido hasta hoy con sus cambios entre los paî, los ava guarani y los mbya, pero también dos complejos lingüísticos muy significativos que podríamos designar el guaraní de los españoles y el guaraní de los indígenas de los pueblos misionados.

“Entre estos últimos nos es especialmente conocido el guaraní llamado jesuítico por la considerable cantidad de escritos, tanto impresos como manuscritos, que se han conservado hasta hoy. Y precisamente esta es la tarea que me he asignado para el próximo año: la de recoger en un volumen antológico fragmentos y, alguna vez, incluso pequeñas obras que muestran el desarrollo de esta lengua de los indios en las Misiones y que van, desde el catecismo de Bolaños, curiosamente impreso ya en 1607, hasta la proclama de Belgrano quien, en esta lengua, quiere atraerse la simpatía y adhesión de los paraguayos a la causa de la independencia”.

Enseñanzas para hoy

Más adelante, el padre Meliá agrega:
- Entonces, el guaraní en la época colonial tiene una historia muy rica y todavía llena de enseñanzas para hoy. Por ejemplo, la problemática de los neologismos, el recurso de los cambios semánticos y el echar mano de hispanismos es algo que se da ya desde la primera traducción de las oraciones de la vida cristiana hecha por el grupo de Fray Luis de Bolaños.

- ¿Esto se dio solamente dentro del campo religioso?

- Con el tiempo, especialmente dentro del contexto de las misiones jesuíticas, la producción literaria fue encontrando repetidamente nuevos caminos de expresión que no son solamente los religiosos. Tenemos por ejemplo, en 1630, lo que yo llamaría la primera acta de una asamblea sindical del Río de la Plata, cuando los indios que eran llevados forzosamente a la explotación de la yerba de la sierra del Mbaracayu, se reúnen y exponen nada menos que al mismo rey, la situación de opresión, de cansancio, de falta de remuneración que tienen en esos tristemente célebres yerbales del Mbaracayu. Es una página que en sustancia, anuncia y en cierta manera sobrepasa la denuncia que a principios del siglo XX expuso Rafael Barrett.

“Pero después hay, por ejemplo, un diario de guerra del que debería ser, aunque no tenemos su nombre, proclamado el primer reportero periodístico del Paraguay. Es un diario detallado de la guerra de la que participaron los guaraníes en 1704-1705 para desalojar, por segunda vez, a los portugueses de la colonia de Sacramento”.

Escritos polIticos y de denuncia

Luego el padre Meliá recuerda otros documentos:

- Junto a estos hay toda una serie de escritos que pueden ser calificados como textos políticos escritos por cabildos y hasta por particulares en la época tan crítica de la llamada guerra guaranítica de 1750 a 1756.

“En lengua guaraní hay documentos que tratan de cuentas, transacciones económicas, quejas de corrupción contra los administradores que sucedieron a los jesuitas y hasta algún que otro de carácter más literario”.

“Desde 1967, de una manera explícita, este mundo de la lengua guaraní en sus diversas manifestaciones coloniales me apasionó y tuve la suerte de poder dedicar a ello investigaciones hechas en varios archivos y bibliotecas de Europa, como Madrid, Simancas, Roma, Berlín y París, y con correspondencias continuadas con quien me enviaba documentos del Archivo General de la Nación, de Buenos Aires y de la Biblioteca del Museo Mitre y aun de otras bibliotecas”. “El acervo juntado desde entonces, que por otra parte se ha ido enriqueciendo, hoy es considerable. Y yo, a decir verdad, necesitaría tres vidas para darlo a conocer y espero que alguien pueda seguir esta tarea”.

Jesús Ruiz Nestosa 

(x) Del diario ABC COLOR (Suplemento Cultural), 7 de octibre de 2004 (Asunción, Paraguay)  

“ESCUCHAR A LOS INDIGENAS FUE ESENCIAL PARA MI VIDA Y MI PENSAMIENTO”

Hace cincuenta años Meliá llegaba a Paraguay (x)

El sacerdote jesuita Bartomeu Meliá, S.J. (72) es el ganador del Premio Nacional de Ciencias por su obra de investigación: “La lengua guaraní en el Paraguay colonial”. Esta distinción es concedida cada dos años por el Congreso de la Nación y está dotada con cincuenta millones de guaraníes.

Nacido en Mallorca (Islas Baleares, España) el 7 de diciembre de 1932, llegó a Paraguay 1954. El pasado 10 de octubre se cumplieron los cincuenta años de su arribo al país.

- Yo soy de un pueblo -dijo en una entrevista- llamado Porreres, pequeño, de unos 4.500 habitantes pero que siempre ha estado bastante orgulloso de su cultura. Nuestra iglesia, la tercera construida por los años 1730, se encuentra hasta hoy como recién estrenada, con sus imágenes y su enorme órgano de la época. Yo me siento muy de mi pueblo.

Hablando de su niñez recuerda:

- No tengo ninguna vergüenza en decir que soy nieto de analfabetos, pero tengo de mis abuelos el recuerdo de haber vivido con verdaderos sabios por sus conocimientos y por su gran humanidad. Naturalmente, todo en la lengua de Mallorca.

Llegada a Paraguay

Refiriéndose a su llegada al país, Bartomeu Meliá dice:
- Sin ir paso por paso en mi vida, sin duda fue decisiva mi venida al Paraguay, hace ahora exactamente cincuenta años, el 10 de octubre de 1954. Y tan decisivo fue igualmente el hecho de que a los tres días estaba ya en Paraguarí donde empecé a estudiar el guaraní y la cultura paraguaya. En esa época, además, comencé a estudiar la gramática guaraní con el padre Guasch y leí ya lo que en ese entonces eran los clásicos como Manuel Domínguez, Natalicio González, Justo Prieto, hasta Blas Garay, lecturas que nunca he dejado.

Más adelante en la entrevista, el padre Meliá señala:


- Cuando volví a Europa para terminar mis estudios, nunca entré en una materia sin pensar que esto se relacionaba con el Paraguay, aunque quería y sabía que iba a volver. Con este trasfondo estudiaba Platón, Aristóteles, muchas veces en sus textos originales, Santo Tomás, Hegel, Merleau-Ponty, etcétera. Precisamente la elaboración de mi tesis, la búsqueda de documentos me hacía vivir, si se puede decir así, dentro de la lengua guaraní, la antigua, naturalmente, e incluso, las de los indígenas. En aquel tiempo empezó ya mi amistad con Cadogan a través de correspondencia epistolar.

El regreso

- Al volver al Paraguay, en 1969, no es ningún prurito sensacionalista cuando digo que empezó realmente otra educación, que lo único que siento es que no me haya marcado más y que ha sido esencial para mi vida y mi pensamiento, que es el escuchar a los indígenas guaraníes en sus cuatro etnias del Paraguay.
Es decir: los paî, los ava guaraní, los mbya e, incluso, los ache guayaki. De hecho he podido comunicar cosas que ellos me han dicho que yo creo que son muy importantes para la ciencia.

“Mi amistad con Cadogan se afianzó, fue mi verdadero padre espiritual y los trabajos hechos con él fueron mi verdadera universidad”.

“El tema de la lengua guaraní que después, en cierta manera se ha ramificado pero sin separarse nunca del tronco, está presente en los diversos trabajos que han expresado mi vida, que son de lingüística, de historia, de indigenismo de educación, incluso”.

x) Del diario ABC COLOR (Suplemento Cultural), 7 de octibre de 2004 (Asunción, Paraguay)