JULIÁN REJALA A TRAVÉZ DE SUS CANCIONES

 

 

por: Aída Lara

(Conductora Radial)

Rejala, Julián, (16-II-1907/13-VII-1981), Areguá, Departamento Central, Paraguay.

Fue un incansable cultor del arte paraguayo. Pasó los primeros años de su niñez en su ciudad natal, desde donde se trasladó más adelante a la capital, en compañia de su madre, situándose en el barrio Ricardo Brugada de Asunción. En esta zona proyectó su cultura nativista y comenzó esa siembra existencial en un almácigo de amaneceres, enseñando los cantares que aprendió en el idioma del pueblo. Cursó sus estudios secundarios en el Colegio Nacional de la Capital. Fué un alumno aventajado de la guitarrista Enriqueta González.

“Cuando estalló la Guerra del Chaco fue uno de los primeros en alistarse, presentándose como voluntario en el Acantonamiento Militar No.1, en la Liga Paraguaya de Fútbol, el Defensores del Chaco. Conocido sus inclinaciones al arte, integró inmediatamente el conjunto musical organizado por Roque Centurión Miranda, con el nombre de “Elenco Chaco Paraguayo”. Fué unos de los primeros en desarrollar esa actividad de soldado artista. Participó activamente en la retoma de Boquerón, en setiembre de 1932. Al abandonar por enfermedad Roque Centurión Miranda la dirección, trasladándose a Buenos Aires, se disolvió el grupo” (1).

En esa situación, y ante la urgencia, Julián Rejala, toma la decisión de crear un conjunto al que bautizó con el nombre de Conjunto Folklórico Guaraní. Este grupo estaba integrado por Agustín Cáceres, Santiago Cortesi, Agustín Larramendia, Fidelino Castro Chamorro, Eusebio Amarilla, Ramón Rodas, José L. Melgarejo, Nicolás Rodas, Angel Sanabria, Víctor Guanes y otros.

De esa manera, con esta nucleación artística, recorrió las diversas posiciones, campos de batalla, hospitales frontales y las unidades del ejercito en campaña. En los momentos difíciles para la patria, Julián Rejala no dudó cambiar su guitarra por un fusil en defensa de la heredad nacional. De la misma manera como los otros combatientes, sufrió, los avatares, del hambre, la sed, las inclemencias del clima chaqueño, el cansancio y marchó bajo el calcinante sol, a luchar en la memorable batalla de Yrendague, que luego relatara en una sentida canción épica. Volvió del Chaco, después de tres meses de finalizar la guerra, con el grado sargento primero.

Al volver de la contienda chaqueña, siguió con el Conjunto Folklórico Guaraní. Precisamente, don Julián fue un baluarte de nuestras expresiones folklóricas, no solo fue fiel intérprete, sino un defensor intransigente. Rechazó con energía la contaminación con los acordes modernos para adecuarlas a nuestras polcas y guaranias, pues defendía con fiebre nacional la pureza y la autenticidad de nuestros motivos telúricos.

En 1944, fundó la Agrupación Tradicionalista Guaraní, dedicándose a la orientación y la enseñanza de la danza en la Academia de Erika Milée, en el Liceo Miltar “Acosta Ñú” y la Escuela de Policía.

Desenterró del olvido la belleza de los bailes típicos, estas mismas danzas que nuestra juventud aprende en todas las instituciones de enseñanza del país. Estas danzas bailadas en los antiguos salones asuncenos y desempolvados de tiempos pretéritos, ha revitalizado nuestra música y nuestras tradiciones. La fiesta popular de San Juan, es de su creación, a pedido del Club Emiliano R. Fernández.

El Conjunto Folklórico Guaraní, fue un verdadero conservatorio de formación de artistas, podemos afirmar sin llegar a equivocarnos que su obra cumbre fue el  Conjunto Continental Guaraní, integrado por Wilma Ferreira, Luis Bordón, Eulogio Ayala, Ramón Mendoza, con el animador Modesto Balbuena. Con este calificativo plantel hizo un recorrido triunfal por todo el Brasil constituyéndose en uno de los números de mayor atracción en todos sus centros artísticos.

Realizó grabaciones en varios sellos de la Argentina. Su conjunto obtuvo el primer premio en un concurso organizado por ZP9 Radio La Capital que le dió un contrato para actuar por Radio Belgrano de la ciudad de Buenos Aires.

En el Certamen Internacional de Salta, Argentina, en 1965, fue galardonado con una Medalla de Oro, por la excelente presentación de la embajada artísitica paraguaya bajo su dirección. Fue socio fundador de Autores Paraguayos Asociados (APA), donde llegó a ocupar la vicepresidencia. Formó parte también de la Asociación de Escritores Guaraníes (ADEG).

Compuso varias composiciones, como: Morena mí, Che rejá güivé, Mi brasileñita, Súplica, La conquista de Yrendague, entre otras.

Y en síntesis de la fecunda existencia terrena de Julián Rejala, no se puede olvidar su apasionado sentimiento por el Club Olimpia. A los franjeados le cantó su serenata en mil madrugadas de victorias. Nos dejó el milagro del disco, versiones para la historia, como su LP “Recordando al Paraguay”.

Al maestro Julián Rejala le recordamos, como al amigo, al caballero, al artista, al excombatiente. Él nos enseñó a transitar por el camino de la honestidad en el trabajo y en la delicadeza de los juegos humanos.

(1)     Giménez, Cancio: ESCRITORES Y MÚSICOS DE LA ÉPOCA DE LA GUERRA DEL CHACO. Tomo I, Editora Litocolor, 1987. Asunción, Paraguay.