Revelaciones de nuestra historia

LA CIVILIDAD EN LA INDEPENDENCIA (x)

por: Benigno Riquelme García

(Historiador)

Especial para LA TRIBUNA

VIII

CULMINACION

Los acontecimientos iniciados en la noche del 14 de mayo tuvieron su culminación en un congreso general, el primero que se realizará bajo el nuevo régimen. Cuatro días duraron sus deliberaciones, que se llevaron a cabo en los salones del antiguo Cabildo, del 17 al 20 de junio.

Por muy conocidos, no traemos a la referencia lo tratado y determinado en el mismo. En la oportunidad, damos las nóminas, de la Capital y principales villas y poblaciones del interior, de los ciudadanos intervinientes, en forma decisoria, para que saliera ovante la intención libertaria.

Como diputados o simples sufragantes; como nacionales o extranjeros, fueron, en su hora, elementos valiosos de la gran empresa. La patria les debe, con la misma medida y exaltación que a los próceres tradicionales, perpetua gratitud.

Es un verdadero censo, que nos dará la idea de la distribución de la geografía humana de la época, muy racionalmente distribuida, y que hoy sólo pertenece al recuerdo, dada la absorción de la Capitalidad y zona central. Qué decir de la prominencia de los grandes señores rurales.

A un viejo, obsesionante anhelo, hemos dado satisfacción: el de consignar la pluralidad, de acción y gestión, en la etapa estudiada. Ni por asomo pretendimos disputar glorias, de títulos saneados. Eso sí, en su curso, propugnamos por un mejor distribuir del reconocimiento nacional a tantos ciudadanos, injustamente preteridos, cuando no disminuidos, en él.

Subsisten incógnitas; anchuroso es aún el campo para conjeturas, pero habrá que reconocerse que, alentadoramente, bastante se ha adelantado en la ambiciosa senda. Para el estudioso de hoy, de cualesquiera de las etapas de nuestro devenir como nación, no existen las limitaciones parecidas por nosotros hacen treinta años.

Tiempos vendrán en que, a los nombres de los grandes maestros de nuestra historiografía, se han de aditar, por imperio y abrumo de sus investigaciones fundamentales, el de los pertenecientes a la post-guerra del Chaco. Ellos pugnaron por remediar una indigencia lamentable y, habrá que convenir, consiguieron sus nobles propósitos.

 CASA DE LA INDEPENDENCIA

(Asunción, Paraguay)

SUFRAGANTES

Teniente Pedro Pablo Mier; Comandante de Urbanos Juan Vicente Montiel; Capitán de Urbanos José Antonio Pereyra; Don Mariano Viana; Don Luís Gómez; Don Juan Antonio Aldao; Comandante de Quyquyó Roque Antonio Fleytas; Don José Ignacio Fleytas; Don León Recalde; Don José Antonio Ferreyra; Don Pedro Regalado Barboza; Don Francisco Pablo Cavallero; Don José de Ayala; Comandante de Urbanos Pablo José Vera; Don José Antonio Cavallero; Don Juan Vicente Cavallero; Teniente Ignacio Samaniego; Teniente retirado Francisco García de Roa; Don Agustín Recalde; Capitán de Urbanos Juan Vicente Fleytas; Capitán de Urbanos Miguel Tomás Ferreyra; Capitán de Urbanos Pedro Vicente Frasquerí; Don Manuel Antonio Cavallero; Don Roque Gómez; Teniente de Urbanos José Gregorio de Roa; Administrador de Yaguarón Martín Josef de Yegros; Don José Pablo Patiño; Don Marcos Antonio Gamarra; Don Juan Andrés Chaparro; Don Tomás Melgarejo; Don Basilio Franco; Don Pedro Pablo Velazquez; Don Manuel Rodríguez; Don Pedro Vicente Patiño; Don Bartolomé Ramírez; Don Francisco de Paula Ortiz; Don José Justo Franco; Teniente Pedro Ignacio Belasquez; Don Lorenzo José Servín; Don José Antonio Escobar; Don Vicente Molinas; Don José Ignacio Servín; Don Juan Tomás de Roxaz; Don José Antonio Rivarola; Don José Zelada; Don Amancio Insaurralde; Don José Mariano Moreno; Administrador de los Altos Juan Ignacio Molas; Don Domingo Molas; Don Juan Bautista Agüero; Don Bernabé Agüero; Don Francisco Romero; Don Ramón Espínola; Don Josef Simón Céspedes Xeria; Don Pedro José de la Mora; Comandante José Ignacio Lezcano; Don Angelo de Agüero; Don Felipe Cañete; Comandante Sebastián Notario; Don Mateo Díaz; Don Juan Bentura Chaparro; Don Ambrosio del Cazal; Comandante de Urbanos Luiz de Bargas Machuca; Don José Mongelós; Don Santiago Barrientos;  Don Rafael Pereyra;  Don Juan Manuel Benítez; Don Sebastián Báez; Don Prudencio Montiel; Alcalde de la Santa Hermandad Juan Asencio de Ocampos; Don José Rodríguez; Comandante de Urbanos Francisco Díaz; Capitán Juan Manuel Centurión; Teniente de Urbanos Manuel Ferreyra; Comandante de Lambaré Francisco Valiente; Comandante de Tapequezá José Francisco de Saldivar; Don Félix Cavallero ; Capitán de Urbanos Juan Bautista Saldivar; Don Francisco Solano Montiel; Don Simeón García; Don Cecilio Ignacio Báez; Don José Mier; Don Luis Ferreyra; Don José Antonio Robles; Don Xavier Cañete; Don Juan Martín Landaida; Don Manuel Ferreyra; Don Tomás Antonio Ferreyra; Don Francisco de Sales González; Don Pedro Francia; Don Salvador Cavañas; Don José Antonio Goyburú; Don Carlos Isasi; Don Francisco Moreno; Don Nazario López; Don José Cipriano Godoy; Don Miguel Oviedo; Comandante de Urbanos Juan Cavallero; Don Fernando de Ynsfrán;  Don Simón Martínez; Don Juan Manuel Lobera; Don Roque Coronel; Alférez Mariano Benítez; Don José Martín de Orué; Don José Mariano Mancuello; Capitán de Urbanos Juan Tomás Acosta; Don José Gregorio González; Don Pedro Pasqual Gaete; Don Bartolomé  Moreno; Capitán de Urbanos Juan Baltazar Barrios; Don José Isasi; Don Tomás José de Villamayor; Alférez de Urbanos Timoteo Chaves; Don Juan Ventura Medina; Don José Ignacio Gómez; Don Juan José Esquivel; Don Juan Francisco Lescano; Don Bartolomé José Galiano; Don José Gregorio Pereyra; Don Sebastián Ibarrola; Comisionado de Paraguarí Don José de la Torre; Don Pedro José Genes; Teniente Pedro José Pintos; Alcalde de la Santa Hermandad Fabián de Meza; Capitán de Urbanos Domingo Soriano Martínez de Monge; Alférez José  Francisco Marecos; Cadete José Antonio Achucarro; Capitán de Urbanos José Vicente Moreno; Alférez José Antonio Aspillaga; Alférez de Urbanos Félix Céspedes Geria; Don Anselmo López; Capitán Benito Villanueba; Teniente José Ignacio Sosa; Don Pedro Vicente Caudevilla; Teniente Francisco Bartolomé Laguardia; Capitán de Urbanos Diego Félix Moreno; Teniente Martín José Achucarro; Don José Antonio Dávalos; Teniente Francisco Antonio Fleytas; Don José Francisco Fleytas; Don Ignacio Sánchez; Alférez Juan José Alvarenga; Alférez Pedro Ignacio Ferreyra; Capitán de Urbanos Juan Bautista Robledo; Alférez Bernabé Roxas; Alférez Leandro León; Don Justo Pastor Cañiza; Comandante de Urbanos Sebastián Taboada; Don Miguel Gerónimo Díaz; Don Francisco Figueredo; Alférez Juan Miguel Gill; Alférez Romualdo Agüero; Don Juan José Montiel; Don José Ignacio Solís; Don Eugenio Dávalos; Don Juan Pablo Ximenez; Sargento José Antonio Vázquez; Don Dionisio Cañiza; Teniente Juan Bautista Acosta; Capitán José Antonio Franco; Capitán José Félix Montiel; Teniente Rafael de la Mora; Capitán Juan Francisco Decoud; Teniente Sebastián Vásquez de Aranda;  Don Pedro José de Molas;  Don José Coene; Don Vicente Lagle y Rey;  Licenciado Francisco Antonio Laguardia; Comandante de Urbanos Josef Fortunato Acosta; Comandante de Urbanos Juan Manuel Blázquez; Don José Tomás de Cazal; Doctor Manuel José Báez; Doctor Bentura Díaz de Bedoya; Don José Carlos de la Cruz Careaga; Comandante de Escuadrón Juan Manuel Penayos; Don Juan de Dios Acosta, Don Pedro Benítez y Robles; Alférez José Antonio Gómez; Teniente Coronel José del Cazal; Don Pablo Antonio Gómez; Capitán José Joaquín Valdovinos; Teniente Coronel José Teodoro Fernández; Alférez José Agustín Yegros; Capitán Mauricio José Troche; Teniente Juan Manuel Iturbe; Alférez Blas Domingo Franco; Capitán del Puerto Martín José de Bazán; Presbítero José Agustín de Molas; José Mariano Valdovinos; Teniente Mariano del Pilar Mallada; Teniente Francisco Antonio González; Alférez de Granaderos Romualdo Agüero; Don Rafael Antonio Mongelós; Alférez José Joaquín León; Teniente Miguel Antonio Montiel; Don Gabriel José Molas; Teniente José Antonio Yegros; Alférez José Aniceto Valdovinos; Alférez José Joaquín Montiel; Cadete Juan José León; Cadete José Franco; Cadete Juan Francisco Regis Talavera; Capitán Juan Bautista Rivarola; Capitán Manuel Antonio Coene; Teniente de Artillería Pedro Alcántara Estigarribia; Alférez Carlos Arguello; Teniente de Artillería Vicente del Valle; Diputado de Villa Rica del Espíritu Santo y su Síndico Procurador General José Mariano Careaga; Diputado de San Isidro Labrador de Curuguaty  y Regidor de su Ayuntamiento José Justo Valdovinos; Diputado y Regidor de Villa del Pilar del Ñeembucú  Pedro Nolasco Díaz; Diputado de Villa Real de la Concepción Comandante de Escuadrón Juan Manuel Gamarra; Diputado de San Pedro de Iquamandiyú José Antonio Ibáñez; Diputado de Rosario de Quarepotí Pedro Regalado Martínez; Capitán Antonio Tomás Yegros; Don Agustín Isasi; Don Miguel Gerónimo Montiel; Diputado del Comercio Francisco de Haedo; Teniente Coronel Manuel Atanasio Cavañas; Coronel José Antonio de Zavala y Delgadillo; Teniente Coronel y Gobernador de Misiones Fulgencio Yegros; Capitán Vicente Ignacio Iturbe; Presbítero Sebastián Patiño; Presbítero José Baltazar Villasanti;  Presbítero Marcelino Bogado; Presbítero Alonso Cáceres; Presbítero Tomás Gregorio Ximenez; Presbítero José Antonio Agüero; Presbítero Pedro Baltazar Ortigoza; Presbítero Pedro Pascual Prieto; Presbítero José Duarte; Presbítero Juan Gregorio Portillo; Presbítero Maestro Francisco Núñez; Presbítero Juan Antonio Riveros; Presbítero Bernardo Antonio Verón; Presbítero Marco Antonio Maíz; Don José Lizardo Bogarín; Presbítero Santiago Robledo; Presbítero Manuel Antonio Corbalán; Don Juan Bautista de Achard; Don José Luiz Cavallero; Don Francisco Antonio Cavallero; Don Isidro de Acosta; Don José Antonio Marecos y Francia; Presbítero Francisco Agustín Barrientos; Presbítero Maestro Josef Ignacio Cavallero Bazán; Cura Rector de la Catedral José Hipólito Quintana; Doctor Francisco Xavier Bogarín; Padre Comendador de la Merced fray Manuel Tadeo de la O; Padre Maestro Fray Ylario Gómez; Padre Presidente del Convento de la Observancia fray Felipe Santomé; Padre lector jubilado y ex-custodio fray Fernando Cavallero; Presidente del Convento de Predicadores fray Bernardino Enciso; Presbítero Doctor Bartolomé José de Amarilla; Tesorero Doctor Juan Bautista Quin de Valdovinos; Vicario General Presbítero José Baltazar de Casajús.

VECINOS

Don José Justo Valdovinos; Don Juan Vicente González; Don Miguel José de Aguayo; Don Antonio Cabrera; Don Nicolás Resquín; Don Juan José Machaín; Don Alejandro García Díez;  Don Juan Pérez Barnal; Don Cayetano de Iturburu; Don Juan Antonio Zavala; Don Martín Tomás de Mendia; Don Tomás Berges; Don Jazinto Vila y Busca; Don Pablo José Benítez; Don Pío Ramón de Peña; Don José Díaz; Don Felipe González; Don Francisco de Menchaca; Cirujano Domingo Carrera; Don Francisco Soler; Don Pedro Nolasco Alfaro; Don Juan Antonio Castelo; Don Pascual de Urdapilleta; Don Francisco de Ganzo; Don Antonio Riera; Doctor José García Oliveros; Don Miguel de Guanes; Don Antonio Martínez Fernández; Don Luís Surlin; Don Agustín Fernández; Don Francisco González de Aguayo; Don José Guanes; Don Pedro Díaz de Bedoya; Don Sebastián Aramburú; Don Manuel Díaz Serrano; Don Antonio de Haedo; Don Francisco Díaz Ferrer; Don Salvador Taboada; Don Manuel Machado; Don Sebastián Ferrera;  Don Benigno Somellera; Don Juan Velasco; Don Francisco Rodríguez Miyeres; Don José García y Peña; Don Antonio González Aguilar; Don José Elizalde; Don Manuel Sain de la Peña; Don Miguel Colón; Don José Haquet; Don José María Perina; Don Roque Gómez; Don Pedro Hurtado de Mendoza; Don Luiz de Araujo; Don José Luiz Pereyra; Don Justo Pastor Cañiza; Don Francisco Plácido Carísimo; Don José Ibáñez Pacheco; Don José Mariano Valdovinos; Don Pedro Ignacio Aguiar; Don Manuel Loizaga; Don Feliciano de Bazaras; Don Juan Antonio Montiel; Don Manuel Imaz; Don Juan Manuel de las Carreras; Don Manuel de San Juan; Don José de San Cristóbal y Santivañez; Don Mariano González; Don Juan Barrios; Don José Doria; Don Tomás Carrera; Don Ramón Martínez; Don José Antonio Pico; Don Juan Francisco de Urbieta; Don de Goicochea; Don José Vázquez Romero; Don Mariano Viana; Don Juan Antonio Varela; Don Gaspar Villar; Don Francisco Velasco; Don Antonio Benítez Rodríguez; Doctor Bernardo de Haedo; Don Antonio de Recalde; Don Bernardo de Argaña; Don José de Arza; Don Pedro Pablo Martínez Saenz; Don Joaquín Enterria;  Don Francisco Riera; Don Francisco Díaz de Bedoya; Don José Carísimo; Don José García del Barrio; Don Pedro Ignacio Carrillo; Don Juan Antonio Fernández; Don Bernardo Jovellanos; Don José Antonio de Goyburú; Don Juan García Panga; Don Francisco Xavier del Valle; Don Miguel Gerónimo Montiel; Don Francisco de Quesalaga; Doctor Bentura Díaz de Bedoya; Don Tomás Ortega Fernández; Don Antonio Iturbe; Don Vicente Berduc; Don Pedro José Molas; Don Pedro Regalado Barboza; Presbítero Francisco Alfonso; Teniente Manuel Recalde; Don Juan de Dios Acosta; Don Rafael Requejo; Doctor Luiz Zavala; Don José Lino de León; Don Remigio García Solalinde; Don Joaquín Colunga; Don Manuel de Ocariz; Don Vicente Martínez Fontes; Don Manuel Samaniego; Don Manuel José De Olivera; Capitán retirado Juan Francisco Decoud; Don Ignacio Aguirre; Don Juan Ignacio Farías; Don Bernardo Goicochea; Don Juan Bautista de Achard; Capitán veterano Miguel Herrero; Don José Coene; Don Manuel Doldán; Don Juan José Francia; Don Pablo Jazinto Tompson; Teniente  Coronel Miguel Feliu; Alférez Juan Felipe Olaondo; Don Pablo  Manuel Tompson; Don José Joaquín Goyburú; Don José Doldán; Doctor Juan de la Cruz Bargas; Don Francisco Valiente; Don José de María y Victorio Pelaez.

INTERIOR

Cabildo de Villa Curuguaty: Ignacio Benítez de Portugal; Don José Antonio González; Don Francisco de Candia; Don José Antonio Colman; Don Juan José Xara; Don José Justo Quin de Valdovinos y José Santiago Alvarenga. Vecinos: Presbítero José Vicente de Orué; Presbítero José Francisco Candia; Comandante de Armas Manuel Antonio de Villalva; Comandante de Yhú Don José Rosa Álvarez; Alcalde Benancio Benítes; Alcalde Pascual Escobar y Gutiérrez; Doctor Marcos Ignacio Quin de Valdovinos; Capitán José Francisco Fernández; Capitán José Cayetano Portillo; Capitán Mateo González; Capitán Francisco Xavier Pino; Capitán Juan José de Vera; Capitán Mateo Francisco Ximenez; Capitán Juan Pablo Portillo; Capitán Ramón Xímenez; Capitán José Rosa de Villalba; Capitán reformado José Antonio Martínez; Capitán reformado Roberto del Villar; Capitán reformado Alejo Candia; Capitán reformado Fernando Álvarez y Mendoza; Teniente Juan Asencio Xímenez; Teniente José Antonio Ortellado; Teniente Pedro Baptista Ortiz; Teniente Bernardo Benítes de Portugal; Teniente Francisco de Escobar; Teniente Santiago Portillo; Teniente Juan José Ortiz; Teniente Pedro Pablo Espínola; Ayudante de órdenes Pedro Pablo de Villagra; Ayudante mayor de Yhú Don Francisco Benítes de Portugal; Alférez Juan Antonio Borja; Alférez Francisco Fleitas; José Luis de Villalva; Alférez Juan de la Cruz Portillo; Alférez Ignacio Domingo Candia; Alférez Fernando González; Alférez Ramón González; Alférez Ramón Gómez de la Fuente; Alférez José Félix Pesoa; Sargento Pedro Juan González; Sargento Juan Bentura Borja; Sargento Sebastián Báez; Sargento Pedro Martín Benítes Rodríguez; Alférez José Bernal Mercado; Alférez José Francisco Colman; Cabo José Rosa Rolón; Cabo Francisco Vera, Cabo Sebastián Núñez; Cabo Manuel de Villalva; Cabo Juan José Espínola; Cabo Pedro Pablo Mendes; Cabo Nicolás Ortiz; Cabo Basilio Ledesma; Cabo Gregorio Núñez; Capitán reformado Juan Francisco Ramírez; Teniente reformado José González Villaverde; Alférez reformado Bernardo Borja; Cabo Narciso Portillo; Teniente José González Bejarano; Don Enrique Portillo y Trias; Don José Rosa Benítes; Capitán de forastero José Ignacio Larrosa; Cabo Juan Asencio Vera; Don José Antonio Ximenez; Cabo Francisco de Villalba; Sargento Baltazar Baldes; Don Pedro Zárate; Don Santiago Mantilla; Don Manuel Falcón; Don Manuel de Yrunciaga; Don Teodoro Florentín; Don Bernardo Cortinas; Teniente Francisco Casado; Don Pedro Fermín de Varacharte; Don Antonio Zárate.

Cabildo de Villa Rica: Don Francisco Antonio Ayala; Don Ramón de Roxas y Carrillo; Don Juan Bautista Melgarejo; Don José Hermenegildo Careaga; Don José Máximo Careaga; Don Francisco Aquino; Don Juan Miguel Brítez de Villar; Don Marcelino de Ocampos; Bachiller Pedro de la Rosa; Fray Pantaleón Alegre; Don José Calipto Sarza; Don Julián Legal y Córdova; Don José Ignacio Mercado; Don Carlos de Roxas; Don José Vizente Paniagua; Don Florentín Duarte; Don Florencio Brítez; Don José Ignacio Díez Andino; Don Domingo Bazán; Don Juan Manuel Sarza; Don José Januario Duarte.

Cabildo de Villa del Pilar: Don Pedro Nolasco Díaz; Don Benancio Duré; Don Miguel Molinas; Don Félix Andrés Villamayor; Don José Ignacio Hermosa; Don Diego Genes de Irala; Comandante José Joaquín López; Don Juan José Velasco; Manuel Mathías Araujo; Don Luis Xímenez; Don José María Aguirre; Don Rafael Zuares; Don Juan Esteban Medina; Presbítero Lorenzo Antonio de Latorre; Presbítero Juan Buenaventura Ortiz; Don Lucio Mereles; Don Angelo Cáseres; Don Pasqual de Sylva; Don Bartolomé Duré; Don Narciso Araujo; Don José Mancio Sánchez; Don Pablo Antonio González de Guzmán; Don Francisco Xavier Jutiniano; Don Juan Antonio Núñez; Blas Antonio Ríos; Don Roque de Mendoza; Don José Francisco de Ortiz; Don Lauro José de Amarilla; Don Bartolomé Villamayor; Don José León Torres; Granaderos Baltasar Patiño; José Domingo Lescano; Roque Bazán; José Francisco Amarilla; Manuel José Molinas; Ramón Moran; Juan Bentura Villalva; Rafael Antonio Benítes; Francisco Balvino González; Francisco Torales y José María Aguirre.

Cabildo de Villa Concepción: Don Francisco de Quevedo; Don Santiago Caballero; Presbítero Nicolás de Ybanbalz; Capitán retirado Juan Francisco de Echague; Don Juan Agustín de Zabala; Don Andrés de Arteche; Don José Miguel Ibáñez; Don Mariano Clausel; Don José Ramón Gómez de Pedrueza; Doctor Manuel José Báez; Don Manuel de Uriarte; Don Antonio María Esquibel; Don Mariano Bogarín; Don Manuel Irigoyen; Don José Antonio Ocampos; Don Juan Francisco Uriarte; Don Francisco Godoy; Don José Antonio García; Don Pedro José Godoy; Don José Rodríguez; Don Juan Miltos; Don Pedro García de Solalinde; Don Gerardo de Ugarte; Don José Gabriel Benítez; Don José Francisco Ramos; Don José Ignacio Viedma; Don Antonio Paredes; Don Francisco Alonso Benítez; Don Pedro José Lescano; Don Pedro Celestino Vázquez; Don Juan Manuel González; Don Manuel  de la Villa; Don José Romualdo Acosta; Don Santiago Cavallero; Don Aniceto Britos; Don Fernando Marín; Sargento Mayor Francisco Xavier Albarenga; Don Juan Bautista Alomar; Don Salvador Cruz y la O; Don Simón Fernández; Don Gastar Escobar; Don José Francisco Chamizo.

San Pedro de Yquamandiyú: Gregorio Corvalán; Don José Luis  Cáseres; Don Faustino Lamas; Don Antonio Ibáñez; Don Juan Gregorio  del Castillo; Don Fernando Ynsfrán; Don Juan Manuel Pisurno; Don Juan Alverto Domínguez; Don Miguel Antonio Ribarola; Don Juan Bautista Castillo; Don Juan Blas Espinosa; Don Pedro Llopis; Don Bernardo Ximenez; Don Antonio Domínguez; Don Manuel García; Don Felipe Martínez; Don Josef Roque Peña Garro; Don Andrés Cabrera; Don Juan Pablo Ibarrola; Don Gaspar Candia; Don Pedro Pablo Méndez; Don Bernardino Espínola; Don Leandro Cabrera; Don Juan Carlos Zoto; Don Juan Thomas Benítez; Don Josef Antonio Arguello; Don  Juan Carlos Alvarenga; Don Josef Roque Latorre; Don Marcos Días Segovia; Don Bartolomé Noguera; Don Juan Ignacio de la Cueva; Don Lucas Balbuena; Don Juan de Silva; Don Felipe Villalva; Don Arsenio de Alarcón; Don Juan de la Cruz Flores; Don Isidro López; Don Diego Riberos; Don Anastasio López; Anacleto Pérez; Don Josef Mariano Cano; Don Anastasio Días; Don Manuel Espínola.

Rosario de Quarepotí: Don José Venancio Rosa; Don Juan Antonio Marecos; Don Ramón Félix Hurtado; Don Felipe Campuzano; Vicente Rodríguez.

Cangó: Don Jayme Antonio Corvalán; Don Hermenegildo Acosta; Don Josef Francisco Florentín; Don Justo González; Don Ignacio Regalado González; Don Francisco Hurtado de Mendoza; Don Salvador Balenzuela, Don Lucas Cabral; Don Juan Simón Brítez; Don Juan José González; Don Juan Fleytas; Don Andrés Duré; Don Fulgencio Amarilla; Don Pascual Mendes; Don Matías Coronel; Don José de Irala; Don José Mariano Ledesma.

Encarnación de Itapúa: Don Vicente Antonio Matiauda; Fray Miguel Escriche Alabes; Don José Antonio Yri;  Don Vicente Nayra; Don Juan Bautista Arazory; Don Rafael Días de los Ríos; Capitán de Urbanos Josef Mariano Aquino; Teniente Justo Castillo; Teniente Justo Germán Florentín; Alférez Bernardo Roa.

Itauguá: Don Pedro Regalado Zorrilla; Don Pedro Pablo Martínez; Don Martín José de Yegros, Don Manuel Villamayor; Francisco Ignacio Saracho; Mariano Aquino; Don Pantaleón Presentado; Don Francisco Xavier Filártiga; Don José Ignacio Ortega; Don Pablo Ramírez.

Paraguarí: Comandante José de la Torre; Presbítero Francisco Xavier Sánchez; Comandante Juan Antonio Cavallero; Don Antonio Ayala; Don José Martín Orué; Don Pedro Pablo Cavallero; Don Pedro Silvero; Don Juan Ventura Chaparro; Don Francisco Antonio Senturión; Don José Mariano Gabilán; Don Francisco Sespedes; Don José Domingo Báez; Don José Ambrosio Delgado y Don Juan José Flores.

Casa de la Independencia (Asunción, Paraguay) –1-

COLOFON

La Independencia –anteriormente lo hemos dicho, y no nos cansaremos de enfatizar -, aparejó la irrupción rural en el gobierno del país.

Profundas transformaciones introdujo en la vida nacional, y, si bien por más de un cuarto de siglo, su influencia fue detenida, élla no logró desvirtuar los objetivos ansiados.

La voz del campo se alzó alta, fuerte y convictiva, disputando primacías a la de la señorial Capital. No eran zafios de obtusos caletres los que, ya con la palabra o la acción, lugares se hicieron, y con qué títulos!, en el escenario escandilante de las deliberaciones que cimaron en el primer gobierno patrio.

Con su conocida y reconocida agudeza, el maestro Chaves apunta; “…Es brillante el concurso que asiste a la misma. Los revolucionarios civiles están representados por vario doctores de Córdoba y Chuquisaca: Marco Ignacio de Baldovinos; José Gaspar de Francia, Ventura Díaz de Bedoya, Manuel José Báez y varios otros. El clero tiene también una lucida representación: están presentes fray Francisco Xavier Bogarín, los padres Sebastián Patiño, José Baltasar de Casajús y Manuel Antonio Corvalán y los  representantes de las cuatro órdenes religiosas. En los escaños reservados a los militares se sientan el coronel José Antonio Zavala y Delgadillo, fundador del Fuerte de Bordón; los vencedores de Paraguarí y Tacuarí, Manuel Anastasio Cavañas y Juan Manuel Gamarra y en los otros lugares toda la juventud dorada, la que había combatido con los ingleses en Montevideo, peleado en las dos jornadas y realizado la revolución: son ellos los Yegros, los Cavallero, los Iturbes, los  Montiel, los Rivarola…”

Firmas de los próceres de Mayo. Pueden verse las de

Fulgencio Yegros, José Gaspar de Francia, Francisco

Xavier Bogarín y Fermando de la Mora.

Y tan veraz pintura, sus trazos acentuamos Rivarola, el Capitán Juan Bautista Rivarola, es un brillante botón del denso muestrario en alforjas. Gran señor cordillerano, algo más que sus ardores, sumó a la común empresa. La prueba? Treinta años después, en otro evento memorable, fue actor – aunque prestamente acallado -, con el aval de un proyecto de constitución, que llegó hasta nuestros días, para ser perdido!...

Más? Sí, y el tono que se quiera: Molas, el verbo señero; Troche, la concomitancia inesperada; Cavañas y Gamarra, el binomio del ostracismo de nuestro agradecimiento; De la Mora, el gran calumniado; Bogarín, etc. eran de extracción o vivencia campesina y todos, con excelente grado de instrucción, manifestado en el decurso de sus actuaciones fehacientemente.

Emancipación sin sangre pero con secuela de primigenios rencores, ha sido la nuestra. El rojo elemento, faustamente incorrido por la unanimidad pre-existe entre sus autores próceres, no significó óbice para su generoso dispendio posterior. Corrió, y a mares, arrastrando en sus oleajes de luto y miedo, a muchos de los mejores.

La reparación de sus memorias debe ser tarea de empresa nacional.

Ofrecemos los elementos constitutivos del gran drama, con la amplitud, aparentemente discordante, de lo inusitado. A otros compete la exégesis: Nuestra misión acaba donde las de otros comienza.

(x) Del diario LA TRIBUNA. Domingo12 de mayo de 1968, (Asunción, Paraguay).

-1- Foto: Cortesía del diario ABC COLOR (Asunción, Paraguay)

ACOTACION DE FA-RE-MI: Reproducimos parte del discurso del Dr. Francia:


El Paraguay es Independiente y es República. La única cuestión que debe discutirse en esta asamblea y decidirse por mayoría de votos, es cómo debemos defender y mantener nuestra Independencia contra España, contra Lima, contra Buenos Aires y contra el Brasil; cómo debemos mantener la paz interna, cómo debemos fomentar la pública prosperidad y el bienestar de todos los habitantes del Paraguay”. (Parte del discurso del Dr. José Gaspar Rodríguez de Francia en la Junta de Vecinos convocada por el gobernador B. de Velasco y Huidobro a  raíz del envio – y expulsión- de un comisionado  del gobierno de Buenos Aires para persuadir a los paraguayos de que aceptaran la jurisdición de esa junta sobre el Paraguay..” Asunción. Junio de 1810).”.

(Mburucuyá - Flor nacional del Paraguay - Passiflora Coerulea - Mburucuyá Guasú – Pasionaria)

LA ASUNCION EN 1811 (x)

por: OLINDA MASSARE DE KOSTIANOVSKY

(Historiadora)

Triunfante la revolución de mayo, y convertida en floreciente capital del nuevo Paraguay Independiente, la Asunción, enigmática, prisionera de tierra adentro y madre de ciudades, el pasearse, sus habitantes por sus serpenteantes calles, podía notarse que nada había cambiado en sus condiciones materiales, que reflejaban un proceso de información inicial dentro del contorno urbano; la vida se deslizaba con la misma monotonía de los días coloniales. Había dejado si de ser un modesto caserío, donde todo su comercio, su gobierno y su culto estaba comprendido en el terreno próximo a las barrancas del Río epónimo. “Allí se encontraban la casa de gobierno, el Cabildo, el Obispado, la Catedral y el convento de Santo Domingo, las casas comerciales más importantes, todo rodeado de una numerosa ranchería que constituía la población principal”.

Mariano Antonio Molas, al referirse a la Asunción de 1811, nos dice: “Asunción, no era más que callejones zanjones, y una sola calle principal tortuosa que salía al campo”.

Los hermanos Robertson, en sus “Cartas”, hacen un comentario de suma importancia: “No se puede decir que hubiera más de una calle en la ciudad, y ésa no pavimentada. Las casas y tiendas de una acera estaban defendidas del sol por un corredor contiguo, algo como los portales del Chester”.

Fulgencio R. Moreno afirma que “la ciudad conservaba íntegramente su antigua característica y su fisonomía tradicional; sus altas barrancas ribereñas del río, sus zanjones profundos y sus alcones arbolados, en cuyas cimas y laderas los edificios uniformemente bajos, de amplia techumbre y ciclópeos muros de adobes, parecían desparramados al azar. Las calles, apenas esbozadas, sin pavimentos ni aceras, diseminábanse en tortuosos callejones de general desnivel y caprichosas encrucijadas, por donde las grandes lluvias precipitaban sus aguas como torrentes impetuosos que socavaban los cimientos de las casas, invadían los patios, y arrasaban los huertos y gallineros de los vecinos improvisados”.

La mayoría de las casas poseían patios arbolados, un huerto y un naranjal; las habitaciones estaban mal repartidas, estrechas, exentas de toda comodidad. El mejor edificio público era la Casa de Gobierno, con techo de paja y corredores sostenidos por pilares de madera. Robertson comenta “que el gubernamental estaba bastante bien amueblado y con exquisito gusto” en cuanto a las casas, continúa “no había más que media docena; las demás eran pequeñas, míseras tiendas con tres o cuatro habitaciones anexas, mientras la mayor parte de las moradas eran simples chozas formando estrechos callejones”.

El paseo principal de la población consistía en la Plaza de Armas, rodeada por el Palacio de Gobierno, el viejo Cabildo, y la Catedral en cuyas cercanías los jóvenes contemplaban las mansas aguas de la bahía.

La ciudad de Asunción era por lo general silenciosa; pero adquiría por regocijo y animación con la celebración de las fiestas nacionales, cuáles eran las funciones en homenaje a la Virgen de la Asunción, al patrono San Blas, a San Francisco, La Merced, y Santo Domingo, y con las fiestas vespertinas y bulliciosas del toro candil, además de las alegres serenatas a  los seres más queridos que hacían vibrar dulcemente el tranquilo ambiente de la noche.

Aparte de estos esparcimientos, aquella sociedad semi-militar, semi-agrícola , burocrática y comercial, se agrupaban en torno a la barranca, centro de la actividad pública y privada, donde con entusiasmo deliberaban y comentaban los principales sucesos ocurridos en el día.

En 1812, la situación política del país pasaba por una grave crisis, suscitada dentro del nuevo régimen que aún estaba en sus ensayos iniciales.

El gobierno se hallaba absorbido por las atenciones que demandaban la defensa del país, amenazado por los países vecinos, y además por las preocupaciones derivadas de su incipiente reorganización política interna. Era una etapa difícil, que por lo pronto no podría ser superada y que impedía realizar mejoras materiales de hermoseamiento de la ciudad. Eso sí la preocupación de la Junta Superior Gubernativa se concentró en la instrucción del pueblo, que declaró gratuita y obligatoria. Dispuso el aumento del número de escuelas y el mejoramiento del personal; dictó instrucciones para los maestros basados en lo más avanzados principios de educación; reabrió el colegio de San Carlos; creó un centro de cultura literaria, y la primera academia militar.

Plano de la Asunción

El plano de Félix de Azara que va adjunto a este trabajo, demuestra que el trazado de nuestra ciudad era enteramente distinto de otras urbes americanas de función española. Ese trazado recuerda más bien a las poblaciones creadas por los portugueses en el Brasil, donde sólo por excepción se encuentra alguna ciudad dispuesta en la forma reticulada. Todos los edificios aparecen aislados unos de otros dentro de amplios solares; no se distinguen calles rectas y bien definidas; de ahí que se pueden observar tres zonas bien constituidas: 1ª Alrededor de la Plaza de Armas, donde se concentraba la actividad burocrática, eclesiástica y civil; 2ª seguía la zona de las residencias de los vecinos pudientes, desprovistas de toda pretensión arquitectónica. Las casas tenían amplias galerías exteriores sostenidas por pies derechos de madera o macizos pilares de ladrillos y grandes techos de paja, y, por último, estaba la 3ª, la de los “humildes solares, rodeados por sus cercos de Ybirápemby, que reforzaban floridos bejucos y arbustos espinosos, que conservaban el sello de los antiguos tiempos, con sus casas de bajos aleros, cupial redondeado, techo de paja, y horcones de urundey”.

Durante la dictadura del Dr. Francia, la fisonomía de la ciudad de la Asunción cambió profundamente; quiso hacer de la urbe de callejas tortuosas, una ciudad semejante a otras de fundación española; “Trazó un nuevo plano de la ciudad, delineando sus  calles longitudinalmente del noreste al suroeste, y ordenó que a su ideal paralelismo se ajustaran las fachadas de todas la casas”. Todo esto trajo como consecuencia la desaparición de la gran mayoría de graciosas casas de la época colonial.

De acuerdo con la descripción de Robertson puede afirmarse que la Ciudad de Asunción de 1811 era sin embargo, magnifica. “Está – dice – en anfiteatro sobre la ribera del majestuoso río Paraguay. De muchos puntos se domina aquella magnífica corriente, y los románticos accesos a la ciudad, junto con sus poblados y cultivados alrededores, forman un enjambre agradabilísimo, casi diría encantador”.

(x) Del diario LA TRIBUNA. Domingo12 de mayo de 1968, (Asunción, Paraguay).