Recordando a Lucía: Palabras desde esta orilla (x)

Homenaje a Lucía Scosceria, recientemente fallecida y quien en vida fuera una prolífica escritora paraguaya de origen italiano, que supo hacer del amor el gran tema de sus obras.

por:Teresa Méndez-Faith | Investigadora

tmfaith@gmail.com

”.. Y yo me iré. Y se quedarán los pájaros cantando,

y se quedará mi huerto, con su verde árbol,

y con su pozo blanco.”

Juan Ramón Jiménez, de "El viaje definitivo".

“Cuando sea leve y etérea

y emprenda el largo viaje,

¿llevaré entre mis sueños de poeta

un poema y una flor como equipaje?”

Lucía Scosceria, de "Cuando alguien nombre...".

   Se nos fue Lucía...", me escribió mi hermana el lunes de tardecita, 10 de noviembre pasado. Desde entonces no he hecho más que recordar, rememorar, pensar y tratar de entender... el porqué de esa partida así tan rápida, tan inesperada, tan prematura... No hay respuestas, sólo preguntas, y muchas... Pero si es verdad que se nos fue Lucía, también es cierto que esa flor de Itapúa, prolífica escritora, nos dejó muchos libros, más de veinte: tres novelas, cuatro poemarios, tres antologías (poesía y cuentos de su Itapúa) y ¡una docena de libros de cuentos! En esos centenares de páginas y textos escritos, de mundos recreados-inventados-imaginados-soñados, de versos y relatos hechos con palabras-sentimiento, Lucía nos dejó sus huellas, su espíritu, su alma, sus sueños, su visión de la vida y del amor, especialmente del amor que para ella era la quintaesencia de la vida. La idea de que "el amor es lo que da sentido a la vida", de que "sin amor no hay vida", es algo que era credo y convicción, práctica y vivencia para Lucía. De ahí que no debe sorprender a nadie que haya leído algunos de sus relatos, que el amor en sus diversas dimensiones y facetas, incluida la erótica, sea tema recurrente en su ficción, ya que las obras siempre reflejan o expresan a sus autores, en mayor o menor grado, de manera directa o indirecta.

  El ayer

  Conocí a Lucía en agosto del 2003, durante un congreso de literatura que se llevaba a cabo en Asunción, en el Hotel Excelsior, y donde yo participaba con un trabajo sobre la narrativa femenina paraguaya del último cuarto de siglo. Recuerdo que al terminar nuestra sesión, se acercó al panel una rubia muy atractiva, de pelo largo y enrulado, cuyo rostro pequeño y de rasgos finos me resultaba conocido... aunque no sabía de dónde... Era Lucía Scosceria, que había venido de Encarnación a conocerme y a regalarme varios de sus libros, ¡todos dedicados! Al hojearlos, me di cuenta de que la había reconocido porque había visto su foto en la solapa de sus libros. Me dijo que estaba muy agradecida por haberla incluido en la segunda edición de mi diccionario literario, que le había gustado mi ponencia y que si le daba mi dirección y/o correo electrónico, me haría llegar el resto de sus obras, para su inclusión en la próxima edición de mi Diccionario de la literatura paraguaya. Esta nueva edición fue lanzada en Asunción en agosto pasado, y poco después, a principios de octubre, en Encarnación, donde lo presentó Lucía, que sólo una semana antes también había lanzado su último libro de cuentos, cuya presentación estuvo a mi cargo...

  Cumplir con creces

  De acuerdo a una frase atribuida a José Martí, para realizarse como ser humano en esta vida uno tiene que "plantar un árbol, tener un hijo y escribir un libro". Si eso es así, Lucía cumplió con creces dichos requisitos antes de iniciar su "viaje definitivo", ya que plantó no uno, sino "varios árboles frutales" (según Mónica, su hija), cuando sus tres hijos eran todavía niños, y con “Rosas sobre el Río de la Plata”, libro que dio a luz el 26 de septiembre pasado, escribió y publicó un total de veintidós obras. Sin poder adivinar que ésta sería su última colección de cuentos, su autora reunió allí lo mejor de su ficción: diez relatos de más variedad temática-estructural y con mayor dominio técnico-estilístico que en libros anteriores. En efecto, Rosas sobre el Río de la Plata es una especie de compendio, aunque ampliado, de la temática (a menudo en torno al amor y sus corolarios), los estilos, las estructuras formales y perspectivas narrativas (generalmente femenina y en primera persona) recurrentes en toda su obra. Suspenso, ironía y erotismo son tres elementos que Lucía maneja con maestría en esta última decena de relatos que giran, sin excepción, en torno a su gran tema: el amor en todas sus dimensiones.

  El largo viaje

 La última estrofa de "Cuando alguien nombre...", poema de Lucía cuyos primeros versos aluden al "largo viaje" que ella inició el 12 de noviembre pasado, y que sirven de segundo epígrafe a estas palabras recordatorias, dicen así: "Y cuando alguien nombre entre las sombras / una poesía, una novela, una canción, / ¿sentirán en el fondo de sus almas / que en ellas les dejé... el corazón?". Mi respuesta a esta pregunta es definitiva y absolutamente positiva, porque... para mí la literatura no es otra cosa que la realización o concreción textual de los sueños... vividos, soñados, imaginados..., en forma de poemas, cuentos, novelas..., vía las palabras que siempre van cargadas de sentimientos; no hay palabras-silencio, sólo hay palabras-sentimiento. Y en el caso específico de “Rosas sobre el Río de la Plata”, cuya dedicatoria me llegó al alma, me emocionó profundamente ("A Tere, por compartir conmigo la magia de las palabras, la amistad y los sueños..."), y que tuve la alegría de presentar, son diez relatos hechos con la magia de muchas palabras que traducen, reflejan e incluyen de alguna manera los sueños, vivencias, amistades y amores de esta querida e inolvidable amiga Lucía, flor de Itapúa, de quien hace apenas un mes me despedí "hasta marzo, si Dios quiere"... Obviamente, Dios no quiso que así fuera... y el "hasta marzo" de entonces es ahora... un "hasta que nos volvamos a encontrar"..., tal vez a orillas del río Paraná..., cuando me toque a mí cruzar al otro lado de la orilla desde donde hoy la evoco en mi memoria...

 Manchester, New Hampshire, USA.

 

 

(x ) Cortesía del diario ÚLTIMA HORA (El Correo Semanal), Sábado 22 de noviembre de 2008 (Asunción, Paraguay)