Renace la voz testimonial de Maneco Galeano (x)

 

por: Andrés Colmán Gutierrez
(Periodista)

¿Qué tiene la música de Maneco Galeano que convoca y conmueve por igual a las distintas generaciones, que está por encima de las modas y los efectos del márketing discográfico, que constituye casi siempre un hecho cultural renovado ?

Al cumplirse en diciembre (1997) los 17 años de su temprana y sentida desaparición, con los esfuerzos de su infatigable hermano José Antonio Galeano y de un grupo de artistas están sacando a luz el disco compacto “Maneco Galeano por el mismo”, que reúne unas 20 canciones y poemas interpretados personalmente por Maneco, en una grabación de carácter prácticamente artesanal pero de gran valor testimonial, pues acerca a sus muchos admiradores que no lo conocieron personalmente, algunas facetas poco revelados de su personalidad y su dimensión artística.

De esta manera, Maneco Galeano vuelve a cantar otra vez. Su voz renace gracias a la tecnología digital y reafirma su vigencia como uno de los últimos grandes creadores que han surgido en el ámbito de la música popular del Paraguay.

Una obra esencial

Nacido en Puerto Pinasco, Alto Paraguay, el 13 de mayo de 1945, Félix Roberto Galeano pasará a llamarse siempre Maneco, desde el momento en que sus canciones empiezan a escucharse en los festivales universitarios de la década del 70.

En poco tiempo, canciones como “Despertar”, “Soy de la Chacarita”, “La Chuchi”, “Dos trocitos de madera”, adquieren una gran popularidad y se convierten en los referentes de un creciente movimiento musical, que pasará a ser conocido como el Nuevo Cancionero Popular Paraguayo.

Para comprender mejor su significación hay que entender el contexto socio-cultural y político en el que irrumpe la labor creativa de Maneco Galeano.

A partir de los años 70 se podría decir que el folklore paraguayo está practicamente estancado. Muchos de los grandes creadores que habían dado brillo universal, como José Asunción Flores, Félix Pérez Cardozo, Teodoro S. Mongelós, Herminio Giménez, Emiliano R. Fernández…ya habían fallecido o se encontraban en la última etapa de sus carreras, algunos, perseguidos y exiliados, censurados y escarnecidos. Las grandes polcas y guaranias seguían siendo las mismas desde hace tiempo. El folklore vivía de su propia gloria pasada.

En este cuadro, reforzada por la opresiva situación de la dictadura, las canciones de Maneco Galeano aparecen como un fresco viento renovador, con letras que contenían propuestas a veces satíricas e irreverentes, a veces profundamente críticas y contestarias, a veces románticas y muy nostálgicas, pero siempre ligadas a los sentimientos de la gente. Con un lenguaje generalmente sencillo pero trabajadamente poético.

Cerca de la gente

Desde entonces hasta hoy, el fenómeno ha sido el mismo. Identificación. Las canciones de Maneco Galeano se han convertido en un símbolo de muchas cosas.

Por ejemplo, es imposible escuchar “Soy de la Chacarita” sin pensar en la dura y afligente realidad que viven los pobladores suburbanos de las zonas inundables, los habitantes del cinturón de pobreza que rodea a Asunción.

Pero lo valioso es que el artista eso lo consigue sin haber tenido que recurrir a la denuncia panfletaria de la llamada “Canción de protesta”.

Por el contrario, “Soy de la Chacarita”, habla de la trágica situación con una gran belleza poética y un fuerte acento de esperanza. Quizás por eso la dictadura nunca la pudo prohibir, aunque ganas no le faltaron.

Algo parecido sucede con “Despertar” quizás la canción más internacional de Maneco, que ha sido grabada por grandes intérpretes internacionales como Mercedes Sosa o el Grupo OPUS 4 de Argentina.

Ningún festival de música popular hoy puede concluir sin que se cante ”Despertar”, con los artistas en el escenario, con el público de pie coreando cada estrofa con un fervor que ya quisieran los autores de nuestro Himno Nacional. Es un rito que trasciende el hecho puramente artístico y convoca a los sueños del cambio social, de un país diferente y de una y de una América liberada.

En los mismos términos, se podría decir que la Navidad paraguaya tiene sones inconfundibles de “Dos trocitos de madera” y “Cigarra, tonta cigarra”. Que la visión de la alta Sociedad paraguaya siempre será satírica e irrespetuosa, desde que existen “La chuchi” o “El ejecutivo”.

O que no se pueda pensar en una tradicional fiesta de San Juan sin escuchar “San si Juan que no si” con los sones de la banda coyguá de Alejandro Cubilla, donde la poesía de Maneco alcanza dimensiones casi metafísicas al decir “mi patria simple como una flor, estalla y se hace luz,” o que “la vida cruza sobre el tisón, sin quemarse los pies”.

(x) Del diario ÚLTIMA HORA, 12 de diciembre 1997 (Asunción, Paraguay).

Gentileza de Iris Brunildo Martínez. E-Mail: iris@itaipu.gov.py

 

 



Despertar

Cuando en la quimera se forja la idea
el canto que nace se hace pensamiento
entonces el cielo, el hombre y su tiempo
transitan los surcos del campo y el viento.

Y de la quimera, canto y pensamiento
va naciendo el hombre, surco de su tiempo
y la noche queda detrás de la aurora
entonces el cielo se hace campo y viento.

La luz, la alborada arrastran los sueños
y surgen banderas que no tienen dueños
América es una, morena y alegre
es voz y esperanzas de los valles verdes.

Y tiene guitarras que templan su grito
hechas de maderas, curtidas en sangre
quebracho de estirpe que no tumba nadie
coplas y jazmines, luchas y azahares.

El campo es amigo de arado y guitarras
de cuerdas que llevan sonido y palabras
y pulsan tristezas que son del infierno,
en muy poco tiempo será primavera.

Es largo el camino que tú has transitado
el mío es más largo después de lo andado;
te pido la ayuda de tus pies descalzos
que han pisado espinas, hermano del campo.

Con sueños y arpas se forjan la senda
surcos de guaranias, semillas al viento.
Si sos de tu tiempo, hermano del campo
te pido la ayuda de tus pies descalzos.

Si América es una y su grito es canto
si arado y guitarras te llevan ideas
dale tú la mano, tu voz de guaranias,
dale la plegaria de tu arpa y tu canto.

Letra y Música:
Maneco Galeano

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Dos trocitos de madera

Dos trocitos de madera
ya techaron el establo,
en el cielo hay una estrella
que guía a los reyes magos.

El niño, José y María
moldeados en el barro
dan la imagen navideña
itá jegua color rosado.

Con chipa se hizo la cena
y un pedazo de mbeju,
estamos en Nochebuena,
la noche del mborayhu.

Qué lindo está su pesebre,
mirána un poco el yvu,
y en sus orillas cantando
su tristeza un kururu.

El pesebre, los amigos
y el cariño hacia Jesús,
se enlazaron con la caña
y el famoso arro kesu.

En la tierra el pasto verde
y en la mente una ilusión,
opaichagua oí la gente
ovy´a che koraso.

De regalo sandía y chipa,
naranjitas y pakova,
peguerúke lo mitá
Ñandejara´i pe guara.

Letra y Música:
Maneco Galeano

La Chuchi

Si ya te voy conociendo
ingrata de mis ensueños
vos decís que soy tu dueño
y con otro me engañás.

Será porque yo no soy
de tu igual clase social
y al Centenario no puedo,
no puedo irme bañar.

Estribillo:

Tomás la bici, te vas al “Cente”
y por la noche te vas a ”San Ber”
dormí de día, salí de noche
con algún churro que tiene coche.

A un trapo color rosado
vos le llamá organdí
tomá “wiki” importado
en vez de tomar arí.

Tu apellido son tan largos
que yo te digo nambré
yo niko soy descendiente
del cacique Lambaré.

Estribillo:

A una vieja bicicleta
en tu idioma entrecortado
en vez de darle su nombre
sólo “bici” le llamás.

Y en tu afán de mandaparte
que no tiene contraparte
te empolvás el cuerpo entero
y alguna otra cosa más.

Estribillo:

Por eso voy a dejarte
para irme con Pangracia
si yo para mi desgracia
pude un día conocerte.

Hoy reniego de tal suerte
me voy con Pangracia Pérez
la hija del viejo Pérez
quedate vos con tu suerte.

Tus anteojos y tu rulero
tu ropa llena de agujero
me diste el nombre de ”cuchi cuchi”
”ne añamemby reiko ñembo chuchi”.

Letra y Música:
Maneco Galeano








ACOTACIÓN DE FA-RE-MI: Acerca de la canción Despertar, se escribió lo sgte: (1) “Este verdadero himno de los años 80, la más representativa de las canciones del Nuevo Cancionero Paraguayo, fue escrito en un solo día de 1973.

El problema más serio que enfrentó el autor fue ponerle título. De entre sus obras, ésta es la que Maneco consideró desde el principio como muy lograda y con posibilidades ciertas de perdurar en el alma del público. No se equivocó. En el transcurso del reportaje con Teresita Torcida (periodista muy popular, seria y respetada, en el periodismo paraguayo.bgs.), Maneco dice: “Despertar es un hijo mío que creció tanto que se me escapó, se me fue. Y le trato de llamar y no le puedo rescatar a Despertar”.

(1)Del libro: Maneco Galeano. Despertar. Antología; Estudio crítico de Juan Manuel Marcos; Reseña biográfica de José Antonio Galeano. Noviembre 1995.