Un recorrido por la fascinante y desconocida literatura indígena del Paraguay

 

 

 

Palabras de llamas y rocío (1)

 

 

por: Douglas Diegues (x)

 

 

 

Los textos del “Ayvu repyta” constituyen una acabada muestra de la espléndida oratura mbyá-guaraní, compilada y traducida por Léon Cadogan.

 

Guardadores del fuego y del rocío antiguo de la palabra, los miserables indígenas del Paraguay siguen siendo, como dice Ticio Escobar, grandes artistas y poetas.

 

 

Después de leer la nota de Jorge Montesino, uno de los poetas y críticos más inventivos de la nueva generación argentina y paraguaya a la vez, empiezo a transcribir algunas impresiones sobre la literatura –una poesía excepcional- que también se hace (se dice) en territorio paraguayo y que también merece ser mejor conocida dentro y fuera de ese territorio. Tal vez sea importante aclarar que lo hago desde una mirada que no se limita a leer como literatura paraguaya apenas libros publicados por escritores nacionales consagrados o no.

 

Después de leer y releer todo lo que de literatura indígena del Paraguay me ha caído en las manos, y dos o tres textos acerca del modo de ser de algunas de esas culturas (desde más o menos el ´91, cuando le conozco al escritor Luis León Bareiro, quien por primera vez me habla del Ayvu rapyta), pude  enterarme de la belleza y calidad poética de las literaturas de estos sabios indígenas, que son considerados los seres más pobres del Paraguay.

 

Estoy respondiendo a la pregunta de Jorge Montesino completándola con mi admiración y respeto por la poesía de los despreciados indígenas de este país (que sufren todavía con los miles de males que les fueron causados por los blancos durante estos 500 años, como el robo de sus tierras, bosques, ríos, árboles, el etnocidio y el ecocidio, la tuberculosis y otras enfermedades).

 

Sospecho incluso que la poesía de los indios del Paraguay sea más conocida afuera que adentro del país. Pienso en el Ayvu rapyta y la espléndida oratura mbyá-guaraní, compilada y traducida por León Cadogan, cuya primera edición aparece en São Paulo, Brasil, en el ´59, gracias a la sensibilidad de Egon Schaden. Estos fragmentos, excepcionales, del Ayvu rapyta, son también una buena prueba para los que necesitan pruebas de la sofisticada poesía de los Mbyá. La primera edición paraguaya aparece en el ´92, organizada  por Bartomeu Melià. Hace un par de meses el profesor Sérgio Medeiros, de la Universidad Federal de Santa Catarina, me comentaba de un CD-Rom enteramente dedicado a la poesía de indígenas del Paraguay, que él ha conocido en la biblioteca de una universidad de California.

 

La Biblioteca de Ayacucho ha publicado en su colección un volumen institulado Literatura Guaraní del Paraguay, organizado por Rubén Bareiro Saguier. No omitir Las Culturas Condenadas, organizado por Augusto Roa Bastos y publicado por Siglo XII Editores, así como El Canto Resplandeciente, de Carlos Martínez Gamba y los narradores mbyás de Misiones, publicado por Ediciones del Sol, de Buenos Aires. De todos esos libros, la poesía fluye como rocío vivificante.

 

Vale la pena mencionar el CD Paraguay: Música Mbyá-Guaraní, realizado por Guillermo Sequera. Se trata de una hermosa compilación de la alta irradiación poética de la música y la poesía oral contemporánea de los Mbyá. Salvo engaño, este CD, editado por el Museo del Barro, ya se encuentra agotado.

 

En el ámbito local, Miguel Chase Sardi ha publicado el Pequeño Decamerón Nivaclé. Pero no es edición bilingüe, como aún lo desea Chase Sardi. La obra se encuentra agotada. Ojalá aparezca un editor que tenga la osadía de hacer una nueva edición, si es posible bilingüe y acompañada de un CD con las voces de los poetas nivaclé Tanuuj, Camanshi, Chishi´a, entre otros, narrando los fragmentos de mitos y cuentos. Merece ser recordado El gateo de los nuestros, con textos eróticos de nivaclé, compilados y traducidos por Sardi, Edgardo Cordeu y Alejandra Siffredi, quien además escribe una estudio introductorio acerca de la concepción del erotismo de esa etnia. El libro salió por Ediciones del Sol.

 

Después de estos libros, pienso que nadie puede más hablar de poesía en Paraguay sin tener en cuenta las oraturas indígenas, si lo quiere hacer seriamente, sin reducir el fenómeno poético a las teorías literarias occidentales canonizadas. Por otra parte, creo incluso que los jóvenes poetas paraguayos, brasileros, en fin, de toda la región guaranítica, tienen mucho que aprender con la poesía (y la cosmovisión) de los indios del Paraguay y de todo el continente americano.

 

Dos libros muy interesantes fueron presentados no hace mucho tiempo: La maldición de nemur, de Ticio Escobar, y Textos Míticos de los Indígenas del Paraguay, de Miguel Chase Sardi y José Zanardini. La maldición de nemur es un estudio acerca del arte, el mito y el ritual de los Ishir del Gran Chaco paraguayo. Se trata de una obra hecha con amor (se le nota), en la que podemos leer algunos relatos de Ogwa (Flores Balbuena, quien es también un excelente pintor), entre otros narradores ishir. En los textos de Ogwa podemos sentir ese frescor  de llamas antiguas, esa calidad de samu´ü, o esa fuerza de rocío, común a estos textos, seres de lenguaje, cosas vivas, que saben caminar con sus propias patas.

 

El trabajo de Chase Sardi y Zanardini es una breve pero fina antología de mitos aché-guayaki, mbyá, apapokúva, paï-tavyterã, nivaclé, enxet y ayoreo, y creo que se trata de la primera antología bilingüe que se publica por aquí. Lastimosamente en la edición de Ayacucho la poesía guaraní figura apenas en karai-ñe´ë…De cualquier modo, atención editores: un buen ”corpus” de textos ayoreos recolectados por Zanardini parece que aún se encuentra inédito.

 

Después de eso, pienso en los textos que están vivos en la memoria, en el corazón caliente, en la voz de los indígenas que sobreviven todavía en lo que sobra de montes y bosques en Paraguay. Textos que aún no fueron recolectados, y tal vez nunca lo sean.

 

Esos poetas de llamas y rocío, éditos o inéditos, son los poetas excepcionales, al margen del mercado de las letras, que ni el mundo y mucho menos Paraguay pueden darse el lujo de seguir ignorando.

 

Poesía & chamanismo

 

En su hermoso estudio, Elogio del fragmento, el crítico, traductor y escritor brasilero Sérgio Medeiros nos enseña la diferencia entre los buenos narradores y los narradores excepcionales. “Se puede contar un mito de varias maneras distintas”, explica Madeiros. “El buen narrador dará la versión integral del mismo, con comienzo, medio y fin, probablemente en ese orden. El narrador excepcional, por su vez, fragmentará el mito y entregará de él no una versión, sino una frase, una palabra, una imagen. Ese narrador excepcional (sobrenatural diría yo) es el chamán, aquel que, a través de una simple palabra, cuenta toda la historia. El mito más poderoso, el mito más sustancial, es, entonces, el fragmento, la parte que es paradojalmente mayor que el todo”.

 

Narradores excepcionales, chamanes pordioseros, guardadores del fuego y del rocío antiguo de la palabra, fenómenos de la naturaleza, los miserables indígenas del Paraguay (muchos de ellos sobreviviendo de lo que recolectan en los basurales de Asunción y de todo el país) siguen siendo, como dice Ticio Escobar en la introducción de La maldición de nemur, grandes artistas y poetas.

 

Hagamos un poco de silencio para oír mejor esas palabras de llamas antiguas y rocío antes que ellos (y sus idiomas) sean exterminados del todo.

 

 

Marzo de 2000

 

(x) Director de la revista de poesía Caracol-Viola, de Mato Grosso del Sur, Brasil.

 

(1) Del diario ÚLTIMA HORA (El Correo Semanal), 1-2 de abril de 2000 (Asunción, Paraguay).