-Fragmento-

MI PADRE (x)

por: Pedro García Garozzo

 “Nunca podremos olvidarte porque fuiste marido fiel, padre ejemplar, amigo leal y un infatigable sembrador de paz y amor en todas tus acciones”.

  Como expresamos con mi madre en la lápida de la tumba de mi progenitor que reproduzco, mi padre fue un hombre excepcional y un ejemplo que va más allá de la tumba y que repica en mis oídos como un eco inmortal cuando gente que lo conoció y advierte que soy su hijo, recuerda sus virtudes.

  Mal podría empezar este recuento sin evocar a quien fue factor fundamentalísimo para que abrazara esta profesión, de lo que no me arrepiento en absoluto, sino por el contrario, le estaré siempre agradecido a Dios y a mi padre terrenal.

  Pedro Andrés García Arias, mi progenitor, vivió múltiples anécdotas en su larga vida de casi medio siglo al servicio del deporte.

  Sería interminable referirlas. También difícil de ordenarlas, porque su protagonista ya no está para confrontar datos y dar precisiones.

  Sería realmente extraordinario poder hoy, más de dos décadas después de su deceso, poder consultarle cosas y decirle que ahora recién entiendo el por que de sus actitudes y posiciones que en la rebeldía de mi juventud me parecían insólitas, incompatibles para nuestro tiempo. Y sin embargo, él tenía razón, aunque un velo de intemperancia en su tiempo no me lo dejaba ver.

  Él jamás me dijo que fuera periodista o que siguiera su profesión. Nunca me insistió tan siquiera a que lo ayudara en alguna actividad propia del trabajo diario. Y mientras mi señora madre se pasó en todo tiempo remarcándome que debía ser médico y a duras penas pude torcer esa fijación materna eligiendo seguir Derecho (aunque terminé torsido), después de recibirme de bachiller, finalmente me hice periodista, lo que ella recién se resignó a aceptar al tiempo en que mi padre fallecía, cuando en su velatorio y entierro fue testigo de tantas muestras de afecto, admiración y respeto que había sabido acumular durante su existencia.

  El sueño de mi padre fue tener una radio. También escribir una efemérides del deporte. No pudo realizar ni una ni otra cosa. Y como yo también hasta ahora, siendo la prolongación de sus anhelos, veo inviable en forma inmediata la materialización de estos objetivos, me queda por lo menos caratularlos como metas mediatas y dedicarle por ahora  estos desordenados recuerdos, al gestor de mis días y al hombre que sin argumentar con palabra alguna el por que debía ser periodista, con el ejemplo cotidiano construyó el más sólido e irrefutable cimiento vocacional en mi.

  Hasta su lecho de muerte lo recuerdo con el receptor portátil al lado de su almohada, acompasando el último relato de un combate boxístico que transmiti desde el Ciudad Nueva.

  Entonces no estábamos muy cómodos en los medios en los cuales trabajábamos y con el gran amigo y compañero Mario Rubén Galeano, barajando posibles emisoras para una eventual mudanza, llegamos una mañana a visitar la más importante de entonces, radio 1° de Marzo. Yo consideraba una locura pretender semejante tratativa y no me animaba a acercarme a la que consideraba la más lejana de las metas esa mañana de octubre. Pero Mario no sólo me empujó a hacerlo, sino que fue conmigo y se encargó de hablar y hacer el planteo que yo no me animaba de hacerlo. No pudo haber mejor receptor de la iniciativa: fue nada menos que Carlos Alberto Gómez. La cuestión tampoco pudo quedar en mejores manos.

Días después me llamaron para indicarme que la radio no tenía posibilidades de emitir deportes amateurs con nuestra corporación, pero que tenían interés de hablar conmigo sobre la posibilidad de contratarme como coordinador.

  El jueves 23 de octubre de 1980, fue cuando fui a hablar con Carlos Alberto Gómez para considerar la oportunidad de enrolarme, Papá me dio su último consejo con estos postreros vaticinios: “Tu futuro está en esa radio. Deja Corporación y acepta ir a 1° de Marzo”, me dijo, y se fue tres días después conociendo esa decisión.

  Lo que ya no supo fue que la imposibilidad de aceptar en ese mismo momento a Corporación Deportiva Fénix, fue simplemente un paréntesis que se había abierto y un tácito compromiso del querido Carlos Alberto Gómez de convertirlo en realidad a la mayor brevedad posible. 

Mientras, la comprensión proverbial del gran Carlitos y después de Alcides Riveros, me iban a permitir no solo hacer radio 1° de Marzo sino conservar el programa de la querida corporación a la que dio vida mi padre, en otro medio.

Poco más de siete meses después, la organización radial más antigua del continente, accedió a 1º.de Marzo.

  El hecho sorprendió a propios y extraños, tanto así que recuerdo el que en su momento consideré como un ácido comentario y hoy lo hallo como una humorada: “igual que en tiempo del Imperio Romano, llegó la invasión de los bárbaros”.

Tambien a mi madre, Papá  le había referido que “ Pedrito podrá hacer realidad el sueño de ver a las primas de Italia, que tanto queremos, porque va a poder viajar mucho de ahora en más”.

  Tres años después estuve en la península y volví a visitar a mis parientes otras tres veces años más tarde.

 EL INEFABLE PINO

  Uno de los personajes más pintorescos que conocí en el deporte, ha sido Jose Ricardo Desprevitere, más conocido en el mundo del boxeo como Ricardo Pino.

  Charlatán empedernido, capaz de acaparar toda tertulia con sus anécdotas y sus salidas típicamente bonaerenses, Pino ha sido de los vinculados al deporte paraguayo, uno de los que más ha sabido aportar en materia de risueñas ocurrencias, de las cuales se podría escribir todo un libro y no apenas una breve descripción.

  Con él, un apoderado de turno de Kid Pascualito, el doctor Castillo y nuestro boxeador estrella, que fue el primer campeón sudamericano que tuvimos, hice mi primera salida al exterior (pelea en la que Kid Pascualitio enfrentaba al argentino Alegre en Formosa, Argentina).

  En las alrededor de dos horas de ida y otras tantas de vuelta que tuvo ese periplo por la ruta 11

argentina, Ricardo Pino monopolizó la conversación.  Refirió sus hazañas, los “campiones” que forjó y dirigió, la película “Pánico no ring” que filmó en San Pablo, Brasil, cuando dirigía en la Academia Matarazzo, su estancia en Chile, su gira por “tres paises de Centroamérica: México, Nicaragua y Yucatán”, etc, etc.

  Esas aseveraciones las hacía con tanta seguridad que aún sabiendo uno que había confundido a una península con un país, quedaba en un momento hasta dudando.

Recién comenzaba a conocerlo y me parecía que tal catarata de anécdotas tendría que agotarse. Pero en veinte años más se sumaron tantas otras que superaron no solo en cantidad sino en calidad, a   aquellas referidas en ese viaje.

  Estando tiempo después en el rincón del primer paraguayo que disputó una corona mundial (la primera del CMB de los minimoscas, categoría creada por ese ilustre dirigente desaparecido, don Oscar Aquino Vargas, quien llegó a ser vicepresidente del organismo mundial), llegó a decir que si su pupilo (Rafael Lovera) “no trae el título del mundo frente al abuelo Luis “Lumumba” Estaba, me como todas las cuerdas del ring”. Por supuesto que cuando en Venezuela el desenlace fue KO a favor del local, Pino no cumplió lo prometido.

  Estando en disidencia tiempo después con Aquino Vargas, por no recuerdo más que circunstancia, una mañana en la que él llamaba su oficina (la cafetería Capri sobre la calle Palma), se tomó a trompadas con el presidente de la Unión Paraguaya de Box. Entonces, casi no había festivales en nuestro medio y era una de las críticas que solíamos hacer.

  Pino me llamó por teléfono a contarme el altercado y luego me increpó: “Decí ahora que no hay boxeo en Asunción... Claro que hay y en plena calle Palma”.

Supo después que sus aventuras y desventuras las recordábamos en las noches de bohemia y de reuniones de camaradería entre compañeros y colegas y nos censuró acremente que lo hiciéramos. Entonces sólo conseguí calmar su ira, cuando le repliqué: “así como el Tato Bores se basa en personajes famosos para desarrollar su arte, nosotros no podíamos imitar a ilustres desconocidos sino a un famoso como Ricardo Pino”.

  Con el colega Arturo Rubín tuvo otra de sus mayores anécdotas.  Todos los días le llamaba por teléfono a la misma hora en Radio Ñandutí para que le hicieran un reportaje. Finalmente un día, Arturo decidió sacarlo al aire y el pintoresco entrenador comenzó a hablar diciendo: “Arturo? Vos sos mago? Como hiciste para ubicarme?”  

 GOL DE PASCUALITO

  Mi padre me llevaba a cuanto espectáculo deportiva había, menos al boxeo. Me decía que no era para niños y que ya iba a llegar el momento oportuno para hacerlo, cuando tuviera la edad apropiada para asistir a esas veladas.

  Tal vez se adelantó el tiempo de mi concurrencia a tales espectáculos, cuando coincidentemente una noche tuvo Papá que transmitir fútbol primero y boxeo después. No había entonces tantos relatores como para poder realizar una cobertura simultánea, y quien en el Comuneros informaba para la radio durante la narración balompédica, no estaba en condiciones de hacer la descripción de la pelea.

  Fue menester por tanto que mi padre “volara” literalmente del “Adriano Irala” de Cerro Porteño al desaparecido estadio de la entonces Federación Paraguaya de Básquetbol, y tomara el micrófono justo al filo del arranque del combate entre Rosalino Barrera, campeón paraguayo y José Domingo Villalba, que no fue por título sino por la bolsa. Fue la primera vez que tuve la ocasión de asistir a un combate. Después ya no falté a ninguno que transmitió Papá.

  Tampoco olvido el primer KIO que me cupo ver. Fue en una competencia de las tantas del histórico Comuneros que tuvieron como protagonista estelar a Kid Pascualito. Con una tremenda trompada, lo puso en la lona por toda la cuenta al boliviano Blacut. Yo ni bien se produjo el impacto di un gran salto y con el puño cerrado exclamé a todo pulmón: “Goooool!!!”. No hace falta abundar consideraciones acerca de las carcajadas de cuantos estaban cerca de mí en el ring side y se percataron del peculiar modo de exteriorizar mi alegría. Era la costumbre de un asiduo observador de futbol y todavía desacostumbrado aficionado al boxeo.

(x) Del  libro POBRE PERO DIVERTIDO”(Un compendio de anécdotas y vivencias experimentadas en el periodismo deportivo),  de Pedro García Garozzo. Editorial: EL LECTOR Y EL CIRCULO DE PERIODISTAS DEPORTIVAS DEL PARAGUAY. Diciembre 2007 (Asunción, Paraguay)

INDICE DE CAPÍTULOS

  1. MI PADRE.

Breve semblanza de mi mejor maestro y amigo

  1. LAS TRES MARIAS

Un grato recuerdo de la tierna infancia

  1. UN CUMPLEAÑOS HUÉRFANO Y ENFERMO

  1. EL IMBERBE DEBUT

La primera experiencia ante un micrófono

  1. EL INEFABLE PINO

El personaje más pintoresco que conocí en el deporte

  1. GOL DE PASCUALITO

Mi primera emoción al ver un KO en el Comuneros

  1. CÁBALAS DE DEPORTISTAS

El fatídico aro de la bahía y otras supersticiones

  1. EL COMENTARIO MÁS CORTO

Del famoso periodista radial brasileño Mario Moraes

  1. ADUANA BONAERENSE

Sorpresa y espanto de un primerizo viajero

  1. HOSPITALIDAD BRASILEÑA

La grata sensación de estar como en la propia casa                 

  1. INIGUALABLE EXPERIENCIA MUNDIAL

La más grande gesta vivida fuera del país

  1. CAMARÓN, BANANA Y FÚTBOL

Fugaz y feliz incursión por tierra ecuatoriana

  1. CUANDO LA AGUJA ESTÁ EN EL PAJAR

La increíble aventura policial de Manolo González Roca

  1. AL OTRO LADO DEL MUNDO

Parte de una familia gracias al olimpismo

  1. LOS GOLES EN EL MICRO

La cándida justificación del inefable Mario Moreira

  1. CARLITOS GÓMEZ, FENÓMENO ÚNICO

Como el Gran Erico, cuando nació, rompió el molde

  1. DON GERARDO Y CHARLES

Gratitud hacia dos amigos de verdad

  1. EL EJEMPLO DE JULIO MALDONADO

Recuerdo de los pioneros de Corporación Deportiva Fénix

  1. LA PRIMERA TRANSMISIÓN

Una narración de futbol entre equipos del interior

20.       UNA CURIOSA COINCIDENCIA CON EL INTERIOR, PERO NO CON EL FÚTBOL

Tambien como mi padre, comencé narrando un partido entre equipos del interior

21.       DESDE EL EXTERIOR, PIONEROS

El primer relato por radio desde Buenos Aires

22.       AMIGOS INOLVIDABLES

Cuando la fidelidad supera a la muerte física.

23.       EL AMOR EN LAS ALTURAS

Mi primer encuentro con mi esposa a bordo de un avión

24.       CON LA RADIO EN LA CABECERA

Hasta morir, mi padre no se separó del receptor

25.       GESTIÓN CLAVE EN LA MADRUGADA

Influencia periodística más poderosa que el boicot

26.       UN ITALIANO DE LEY

Antonio Oddone, único en su género

27.       ADELANTE TITO

Una frase radial que pasó a la historia

28.       LA CABEZA PEGADA AL CUERPO

Felicidad para un distraído

29.       HONESTIDAD EUROPEA ADMIRABLE

Limpiadores con inmaculada honestidad

30.       REMEDIO DIVINO A LA DISTRACCIÓN

Milagrosa transmisión casi sin modulación previa

31.       PINZAS QUE EVITARON UNA TRAGEDIA

Salvadora acción del operador que evitó electrocución

32.       TECNOLOGÍA NO IMPLICA IDONEIDAD

Cuando sobran medios y falta sentido común

33.       COMPLICACIONES DE LOS HUSOS

Gritos sudamericanos en plena madrugada asiática

34.       EL MUNDO ES TAN SOLO UN PAÑUELO

No siempre la vecindad genera un encuentro

33.       NUNCA TAN CERCA DEL PARAGUAY

El calor de nuestra gente y nuestras costumbres en Oceanía

34.       CLAUSURA CON ARROZ Y PALITO

La injusta medida de cierre de Radio Stentor.

33.       NADA MAS GRANDE QUE UNA OLIMPIADA

El máximo acontecimiento del deporte universal.

ACOTACIÓN DE FA-RE-MI

En nuestra sección: Del Paraguay Profundo (No.6)-en esta Página Digital-, se menciona a don Pedro García (1.Capítulo; arriba mencionado…) en un brillante escrito de otro gran periodista paraguayo (pero nacido en Rusia..) Kostia (Isaac Kostianovsky). Al pie de dicho escirto, insertamos lo siguiente:

Una calle de la capital paraguaya, Asunción, lleva el nombre de este ilustre caballero, pionero del periodismo deportivo paraguayo, aunque naciera argentino: PEDRO GARCÍA.
Fue a iniciativa de Bernardo Garcete Saldívar, alumno suyo, creador de esta Página Digital.