27.Parte

 

”Y fue también Guarania la región prometida
como tierra de ensueño, de ilusión y de vida
tierra donde crecieron las flores suntuarias
de robustas pasiones y gentes fabularias ” (x)
Guillermo Molina Rolón

(x) De esta poesía –“En la fiesta de la Raza”
-
extrajo el maestro José Asunción Flores ,
el nombre para su creación musical: Guarania

Del Paraguay Profundo  

 

Yo nací aquí (x)

Yo nací aquí. En este país de tradiciones y emociones, curtido por historias asombrosas. En este cálido subtrópico de silencios estridentes y gritos soterrados.

Augusto Roa Bastos

He aquí a este Paraguay de sentimientos morenos y músculos acerados. De vorágines y sosiegos. De poetas marciales y guerreros manos.
Está aquí. Con la ancestral cadencia de sus hijos, con su geografía pulposa, su naturaleza opulenta y sus recuerdos infinitos. Blindado por antiguos corajes y enternecido por implacables melancolías.
Este es mi país. Gallardamente mestizo y orgullosamente soberano. Aquí el tiempo ha cosechado héroes y espigas, porque ha sembrado, por igual, sangre pródiga y semilla fecunda.
Yo nací aquí. Entre mil imágenes fascinantes. Entre la poesía estremecida de los bosques, el viaje sin retorno de los ríos, la rutilante abundancia de los campos y la cándida timidez de las ciudades.
He aquí a mi país. El Paraguay de mis verdades. Luz en mis sombras y canto en mis ausencias. Querencia bendita de mis afanes, faro fulgente en mis regresos.
He aquí a mi país. Se lo presento así como lo siento, como lo conozco y como lo amo.
Porque yo nací aquí.

(x) Del diario ABC COLOR (Suplmento Cultural), 14 de noviembre de 2004 (Asunción, Paraguay). )

 

 

Poema dedicado al creador de la Guarania: José Asunción Flores

 

DONDE LA GUARANIA CRECE

Si la garganta nos duele
para cantar con el pueblo,
es mejor que se nos quemen
las palabras y el aliento.

A todos nos hizo el pueblo
con su preciosa virtud,
pero algunos son su mancha,
los otros su viva luz.

Mano de fuego, labio de viento,
nace alegre y entera,
compás de río, paso lento,
la guarania ligera.

Moreno de terrestre vestidura,
canción del valle andando
con figura de hombre.

La guitarra es para el canto,
el canto para vivir,
y el vivir es una pena
si no se sabe morir.

Si a la muerte vamos todos
luchando por la verdad,
el que se queda se muere
primero que los demás.

Boca de tierra, andar silvestre,
su sangre es trajinera,
y la guitarra que nos muestre
su sangre verdadera

José Asunción envuelto en llama pura
la musical palmera de tu pueblo
es tu nombre.

De tu corteza dura,
con su boca de azufre,
la guarania que sufre
crece alegre y segura.

Del sudor y la espiga,
del hombre y sus momentos,
de los cuatro elementos,
nace y no se fatiga.

José Asunción envuelto en llama pura
la musical palmera de tu pueblo
es tu nombre.

Augusto Roa Bastos

 

 

 

¿Mestizaje lingüístico? (x)

 

Domingo Martínez de Irala, en 1541, da cuenta de la amistad de los indios con los españoles y que "éstos sirven a los cristianos con sus personas como con sus mujeres en todas las cosas".

Bartomeu Melià s.j | Investigador
bmelial@starmedia.com

El castellano tuvo varias puertas de entrada en el guaraní y fue una de ellas la de aquellos españoles que se unieron con mujeres guaraníes y cuyos hijos mestizos se supone "nacían" bilingües. "Así este hijo de dos razas aprendió dos lenguas desde su cuna", será dicho.
El mestizaje hispano-guaraní se ha tornado frecuentemente como la más sugestiva metáfora de la historia social del Paraguay, y de su bilingüismo.
No hay duda de que del mestizaje se ha hecho un amplio uso ideológico, ya desde los orígenes. Se imponen, sin embargo, algunas consideraciones críticas.
Domingo Martínez de Irala, en 1541, da cuenta de la amistad de los indios con los españoles y de que "éstos sirven a los cristianos con sus personas como con sus mujeres en todas las cosas... y han dado para el servicio de los cristianos setecientas mujeres para que les sirvan en sus casas y rozas". (DHG II: 299.)

Indulgente realismo
Mirado con indulgente realismo o con escandalizado moralismo, el acusado fenómeno del mestizaje fue comentado repetidamente en cartas y crónicas contemporáneas. Una antología de estas citas es de lo más sugestivo. Valga como muestra lo que decía el padre Francisco González Paniagua, en carta de 1545: "El cristiano que está contento con dos (mujeres) es porque no puede haber cuatro, y el que con cuatro, porque no puede haber ocho...; si no es algún pobre, no hay quien baje de cinco o de seis, la mayor parte de quince, y de veinte, de treinta y cuarenta". (Cit. por Bruno I: 188. Otras citas del mismo tenor en esas páginas. Ver también Zavala 1977: 128-147, quien trata con bastante detalle el tema de "las indias del Paraguay".)
Hay que notar que el mestizaje del Paraguay se presenta indefectiblemente en un contexto de poligamia. Y esto, a su vez, determinaría sus características sociolingüísticas.
"Llamáronse luego los indios y españoles de cuñados —escribía el padre Marciel de Lorenzana, en 1621—; y como cada español tenía muchas mancebas, toda la parentela acudía a servir a su cuñado... Viéndose los españoles abundosos en comidas de la tierra y con tantas mancebas, no aspiraban a más...; y como estaban en el paraíso de Mahoma, se gobernaban a su modo." (MCA I: 163; también Bruno I: 187.)
Que la población del Paraguay era casi enteramente mestiza, era la opinión más general para quien tratara del asunto, diéranse las cifras que se dieran, en una época en que la estadística demográfica era más bien una ciencia de "opiniones". (Zavala 1977: 138.) No se trata de trazar aquí un cuadro de la evolución demográfica del Paraguay, diseñado —aunque no siempre convincentemente— por autores como José Luis Mora Mérida (1973), Silvio Zavala (1977: 128-149), Juan Carlos Garavaglia (1983), y de modo especial por Rafael E. Velázquez (1972; 1981) y por Ernesto J.A. Maeder, refiriéndose este último sobre todo a las misiones jesuíticas.

Españoles en Asunción
Se suele considerar que el contingente poblador del Río de la Plata estuvo entre 1.000 y 1.200 españoles. En Asunción, durante el siglo XVI, los vecinos españoles oscilaron entre 400 y 500. "Un pueblo de más de quinientos hombres y más de quinientas mil turbaciones", decía fray Juan de Salazar, en 1545 (cit. en Bruno I: 185), no sin sorna. Lo importante de las indicaciones demográficas es que nos dan una proporción entre "mancebos de la tierra" y españoles europeos de 6 a 1. (Velázquez 1981: 44.) Y un predominio absoluto de mujeres...

Si avanzamos otro siglo, tenemos la siguiente composición poblacional del Paraguay, tal como aparece en el censo del obispo Faustino de Casas. Los 38.666 habitantes de la provincia se repartían así:

7.209 españoles 18,6%
2.517 indios yanaconas 6,5%
27.806 indios en pueblos 71,6%
1.134 pardos 2,9%
(Velázquez 1981: 49.)

Como se ve, la población que socialmente se consideraba "española" (incluyendo europeos, criollos y mestizos) estaba apenas en la proporción de 1 a 4. (Ibid: 50.) El Paraguay seguía siendo fundamentalmente indígena en cuanto a población, aunque la ideología de asimilación al español se hacía sentir cada vez con más fuerza, sobre todo en la ciudad de Asunción y pueblos de españoles, que eran muy pocos.

"Para fines del siglo XVIII y comienzos del siglo XIX el proceso de mestizaje había avanzado mucho, y entre el 55 y el 60% de la población tenía status de española... había logrado asimilarse a esa condición." (Velázquez 1981: 57.)
En cuanto a la transformación de la población entre 1682 y 1848, se puede aceptar el cuadro que ofrece Juan C. Garavaglia (1983: 201):
1682 1761 1799 1846
población tenida por indígena 30.323 52.647 32.018 1.200
población no indígena 8.943 32.531 76.052 237.662
población total 39.266 85.178 108.070 238.862

Una vez más hay que repetir que no se trata de un problema de cifras, sino de ver cómo una población se define poco a poco como no-indígena, prescindiendo de sus componentes raciales. (Garavaglia 1983: 204-211.)
Uno de los factores decisivos para que esto haya podido suceder es que ni el color de la piel ni el hecho de hablar la lengua guaraní definirían socialmente al indígena. Pasaba al estatus de español quien tenía deseo de hacerlo, sin que pudiera impedirlo una élite de origen europeo, incapaz de imponer comportamientos culturales exclusivos, como podría ser un vestido o una lengua.

La misma población indígena dejó poco a poco su condición de servidumbre —los "yanaconas" y "originarios" nunca fueron muchos— y podía pasar por española en el vestido y en su comportamiento social. Para ello no tenía necesidad de abandonar su lengua guaraní, porque ésta nunca dejó de ser la lengua de la sociedad colonial, aun definida políticamente por la condición de "español". Ser mestizo nuevo, y por tanto español, no era tan difícil en ese Paraguay. Para mantener sus privilegios y espacios sociales exclusivos, los "españoles" apelarían a otros recursos. La sociedad colonial paraguaya no necesita crear "indios" para mantener distinciones y posesiones; verá aparecer, eso sí, "pobres" y "plebeyos" sometidos a los "nobles" y "pudientes". (Garavaglia 1983: 210.) Se forma así un campesinado, políticamente español, lingüísticamente guaraní.

"La mayor parte del crecimiento de esta población considerada española, durante el siglo XVII, es un resultado de un cambio de status y de posición social en el mundo de las relaciones sociales de producción de un gran número de indígenas." (Garavaglia 1983: 211.)
Con esto se consolidaba, no una de las pocas sociedades verdaderamente bilingües, como dice Garavaglia, sino una sociedad colonial española preferentemente monolingüe en una lengua indígena: el guaraní. Esto es lo que constituiría su singularidad en la América española y en los modernos Estados americanos.
Lo que en Paraguay se atribuye a mestizaje no depende de una relación biológica o racial, sino de la creación del estatus de español. A ello se llega principalmente por procesos sociales, culturales y económicos. La reducción del "español" a la categoría de pobre sin indios, sin séquito y sin honores, y la asimilación del indio a un estatus de trabajador libre, con vestido "adecuado" y con un apellido hispano, tienen lugar sobre todo en el marco de una nueva realidad socioeconómica que se define sobre todo en la época del Dr. Francia: el campesinado. (Garavaglia 1983: 354-359.) Y el campesino es un hablante guaraní. Por paradoja se puede decir que el guaraní es la lengua española del Paraguay.

(x) Del diario ÚLTIMA HORA (El Correo Semanal), 13 de noviembre de 2004 (Asunción, Paraguay)

 

 

IDIOMAS | A PROPÓSITO DE LAS LENGUAS “MESTIZAS”  

  Elogio de los jopara  

  Ni los neologismos ni los préstamos son, de por sí, signos de la debilidad de un idioma, sino, al contrario, señales de un saludable movimiento de adaptación a las necesidades —o a veces simplemente al gusto— de la comunidad hablante.    

Luis Carmona | Periodista
angell@highway.com.py

    En las primeras páginas de la novela Ivanhoe, de Walter Scott, se puede leer un diálogo en el que los personajes explican las sorprendentes variaciones de nombres que tienen algunos alimentos en ingles. Simplificando un poco, lo crudo nombre de origen sajón, lo cocido nombre de origen normando.   El texto es una verdadera lección de lingüística sobre el origen mestizo del inglés actual, además de un ingenioso retrato social para ambientar al lector en la época de los conflictos dinásticos entre Ricardo Corazón de León y Juan Sin Tierra, que también reflejaban un conflicto entre dos grupos sociales y dos lenguas. Se trata de un caso de “ava ñe'ê” y “karai ñe'ê”, por ponerlo en términos paraguayos, solo que ocurrió en Inglaterra y en la época de la tercera Cruzada, a finales del siglo XII. Así que el inglés actual es en esencia un jopara.   En realidad la misma afirmación se puede hacer de prácticamente todas la lenguas actuales. Finalmente las lenguas romances no son más que distintos jopara del latín con los idiomas locales; pero claro el latín, a su vez, como el griego, el sánscrito y las demás lenguas indoeuropeas nofueron en su día sino jopara entre los idiomas locales y la lengua de invasores norteños, que no se ha conservado, pero que los eruditos de finales del siglo XIX reconstruyeron y que a su vez habrá sido un jopara de vaya a saber qué otras lenguas anteriores.    

Un jopara llamado castellano
 
El castellano, desde luego, es indudablemente un jopara. Aparte de ser uno más de los hijos mestizos del latín con las lenguas locales, basta mirar un diccionario para ver que un altísimo porcentaje de sus vocablos provienen del árabe. De hecho, unos cuantos años antes de que el castellano se escribiera por primera vez, en el Monasterio de Silos, con caracteres latinos, existían escritos en castellano, pero con grafía árabe: unas coplas populares llamadas jarchas, que aparentemente son el origen de nuestros villancicos navideños, así que nuestros cantos de Navidad también son mestizos. Si uno hace cuentas, también es substancial el porcentaje de palabras castellanas que proceden de los idiomas de los indígenas americanos. Ni hoy ni entonces los usuarios de un idioma se molestan en inventarles un nombre nuevo a cosas que ya lo tienen.    

Teléfono, epistemología y ñembo
  “¿Cómo se dice epistemología en guaraní?”, preguntaba irónico un colega argentino para tomar el pelo a los muchachos, hasta que alguien le respondió: “¿Y cómo se dice mbóre en castellano?”. Con ser ingeniosa, la respuesta no fue la más correcta, porque, después de todo, ¿cómo se dice “epistemología” en castellano? Que yo sepa, ni “epistemos” ni “logos” son palabras castellanas. Son préstamos del griego... Ni castellanas, ni inglesas, ni francesas, ni italianas, etc., y en todos los idiomas del mundo, con las lógicas adaptaciones de pronunciación y grafía, epistemología se dice epistemología. Por eso bordea el territorio de lo ridículo cuando se inventa, por ejemplo, una palabra para teléfono, también un préstamo griego que funciona en todos los idiomas y que, a fin de cuentas, es el nombre que le puso su inventor al maldito aparato que se ha vuelto tan imprescindible como insoportable.   En cambio el guaraní tiene, por ejemplo, un prefijo magnifico, “ñembo”, del que el castellano y la mayoría de los idiomas carecen y que, para suplirlo, han tomado otro préstamo del griego “pseudo”, que ya totalmente castellanizado ha devenido en “seudo”. De hecho, en el habla común del Paraguay, el castellano ha asumido el prefijo guaraní como propio y lo usa discrecionalmente, inclusive arrastrando con él las más variadas expresiones idiomáticas, algunas verdaderamente insuperables como “ñembotavy” y otras insólitas como “ñembo se hace”.    

Préstamo y neologismos
  Ni los préstamos ni los neologismos se deciden en una biblioteca, aunque a veces surjan de ellas. Son los hablantes de un idioma los que, al generalizar su uso, determinan la aceptación de una palabra determinada en el acerbo de una lengua o, también, su caída en desuso. Ni los neologismos ni los préstamos son, de por sí, signos de la debilidad de un idioma, sino, al contrario, señales de un saludable movimiento de adaptación a las necesidades –o a veces simplemente al gusto– de la comunidad hablante.   La pretensión de “lenguas puras” como la pretensión de “razas puras” suele ser, aparte de una tontería científica, un inquietante síntoma de fundamentalismo nacionalista. Además genera dos efectos contraproducentes: la separación radical entre el idioma real y el académico y la interrupción del proceso adaptativo natural de las lenguas a los cambios sociales, económicos, científicos, etc.   Si el guaraní ve amenazada su existencia por el castellano, si está –parafraseando a Melià– “conquistado y reducido” como lo están los indígenas que fueron sus hablantes originales, no es debido al déficit de neologismos y al superávit de préstamos ni a ningún otro fenómeno lingüístico, sino a la enorme presión social y económica que se viene ejerciendo contra él y a favor del castellano.    

Un jopara llamado guaraní
  El guaraní de los paraguayos es un fenómeno único entre todos los idiomas nativos americanos. Es el único caso –al menos yo no conozco otro ni siquiera fuera de América– en el que una lengua indígena ha sido adoptada como propia por una comunidad no indígena.   Los Náhualt, hablan náhualt; los Incas, quechua; y los Aimará, aimará. No hay comunidades criollas mexicanas, peruanas o bolivianas –por poner solo algunos ejemplos– que hayan adoptado o desarrollado un idioma indígena hasta convertirlo en propio. Paraguay sí ha convertido el guaraní en su lengua.   Al margen de las varias explicaciones históricas –dictadores, guerras, etc.– que se puedan dar a un fenómeno tan singular, no cabe duda de que para lograrlo tuvo que asumir un proceso de adaptación importante, que lo ha separado de las lenguas de las comunidades guaraníes, pero que lo ha convertido en un sistema de comunicación tan eficaz para los paraguayos, como lo era en su propio sistema social para los indígenas.   Ese proceso fue evidentemente un mestizaje lingüístico, un proceso de criollización en la que se mezclaron viejas palabras y nuevos conceptos de ambos mundos; en resumidas cuentas, se convirtió en un jopara, de lo contrario no habría sobrevivido.   Así que la pregunta central, hoy en día, no es si se deben aceptar más préstamos o inventar más neologismos –ambas cosas son necesarias para la vitalidad de un idioma–, sino cómo hacemos para que continúe siendo una lengua eficaz. Lo que se puede seguir haciendo –a riesgo de contribuir decisivamente a la muerte por agotamiento del idioma– es enseñar una lengua que no se habla y hablar una lengua que no se enseña.  

(x) Del diario ÚLTIMA HORA , 25 de julio de 2004 (Asunción, Paraguay).

 

 

LA CONVERSIÓN QUE DIVIDE A LOS NATURALES

Creencia cristiana atropella cultura de indígenas mbya

"Si no se convierten, serán llevados por el demonio" o el "payé arruinará sus vidas y traerá la maldición". Con este tipo amenazas algunos pastores evangélicos están causando estragos en las comunidades mbya del departamento de Caaguazú. Este atropello a la cultura autóctona movió a los líderes espirituales a realizar un encuentro en un último intento de mantener vivas sus costumbres.

El chamán Cristino Sosa orienta a la comunidad para no lanzarse detrás de los pastores que atropellan la cultura indígena.

La libertad de culto que impera en el país es el argumento que esgrimen los pastores de la denominada Iglesia Evangélica de Alemania para introducirse en las comunidades a sembrar el miedo con sus prédicas.

Los misioneros, entre ellos un tal pastor Uli, hablan a los nativos de Jesucristo y les advierten que si no se convierten recibirán la maldición o la presencia del demonio en sus vidas o el payé les arruinará para siempre.

Como esta etnia es muy sensible al contacto con los blancos, las prédicas causan estragos en las comunidades. Primeramente tratan de convertir a los líderes, a quienes hacen enfrentar a los "pa‘i" (líderes espirituales), y luego se lanzan hacia los otros para ganar la mayor cantidad de indígenas y así dominar todo el asentamiento.

La disputa político-religioso aniquila todo orden y mientras se discute la preservación cultural o la aceptación de nuevas creencias, se suspenden todas las actividades comunitarias, como ser la agricultura.

Reunión de líderes
Durante una visita que realizamos a la comunidad Nueva Esperanza, en la ciudad de J. Eulojio Estigarribia, departamento de Caaguazú, constatamos en una reunión el daño que causan los oportunistas a los indígenas. Allí estaban chamanes de 18 asentamientos mbya de Caaguazú. Discutían con los presentes la importancia de preservar sus conocimientos ancestrales. "Nosotros tenemos a nuestro Dios y los pa'i; recibimos de El las enseñanzas para la comunidad", indicó Cristino Sosa, un líder espiritual, que en el momento de nuestra visita imploraba a sus seguidores no abandonar sus creencias.

Al mismo tiempo pedía a los blancos no atropellar sus culturas por el daño que deja en la comunidad, "porque si no hay respeto van a terminar los indígenas".

Como es propio en la cultura mbya, Sosa estaba en el centro de la asamblea, y a medida que orientaba, se dirigía a los miembros de la comunidad, a las mujeres, ancianos, jóvenes y niños. El pleno escuchaba atentamente el "aybu" (palabras) del chamán, que ante la presencia de nuestra cámara pidió permiso para ataviarse con sus atuendos y símbolos religiosos para luego exponerse a las fotos.

Sosa hizo un último llamado antes de terminar su participación y fue categórico en afirmar que "si cambiamos a nuestro Dios, allí no sabemos qué va a deparar a nuestras comunidades".

Viven unos 6.000 nativos

En el departamento de Caaguazú viven aproximadamente 6.000 nativos mbya reunidos en asentamientos, que tampoco escapan a la ambición de los campesinos sin tierra, quienes en varias ocasiones quisieron adueñarse de sus territorios.

El conflicto religioso que apareció entre las comunidades mbya de Caaguazú surge justo en el momento en que los indígenas están incorporando la agricultura y la horticultura para sobrevivir del autoconsumo.

En sus tierras se pueden ver cultivos de mandioca, verduras y plantas frutales. Los líderes religiosos vaticinan si la comunidad sigue a los pastores, todo el trabajo realizado se perderá, porque al dividir la comunidad, cada uno seguirá a su nuevo amo, la unidad cultural se destrozará y ya no tendrá otra alternativa que aumentar su número en las calles de las ciudades.

Aníbal Modesto Velázquez    

Del diario ABC COLOR , 27 de setiembre de 2004 (Asunción, Paraguay)

 

Rincón Poético

 

Delirio de pizzicato

(A la niña de mi niña]

Serenata grata mi verso perverso
preludia en tu puerta. Despierta, mi amor!
El encanto canto de la bella estrella
que con su luz baña tu pestaña en flor.

A la rosa hermosa tu mejilla humilla
que no habrá cual ella bella en el jardín.
Qué linda la guinda de tu boca loca
para golosina divina y carmín!

Si ries deslíes perlada cascada
y oloroso unguento, al viento al pasar;
tesoro sonoro tu risa la brisa
lleva en serpentina fina, al pasar.

En su canto un tanto delira la lira
por darte su ignota nota mi sentir,
despierta en tu puerta clama quien te ama.

Sellada, esculpida vida, tu vivir!
Piensa tu inmensa pupila tranquila
en un país vago de halago y canción,
y sigue, persigue vuelo de un anhelo
tu vista serena, llena de ilusión.

Tu pecho se ha hecho con pomas de aromas,
Oh, las dos manzanas sanas del amor!
Escultura pura norma de la forma:
Tu cuerpo armoniosa rosa blanca en flor.

La llave que abra la palabra
tu portón prohibido pido que me des;
que entre y encuentre reposo, alborozo;
que a probar tu uva, me suba después.

Tu parra me amarra con lazos de abrazos,
maduros racimos de mimos, tu ardor;
el vino divino de tu viña, niña
es más que la muerte, fuerte de sabor!

Manuel Ortíz Guerrero

 

 

 

CON GUILLERMO MOLINAS ROLÓN

Guarania con encanto misionero (x)

En días más, se cumplirá el centenario de José Asunción Flores, el genial creador del género musical llamado Guarania. Cuando su creación todavía carecía de nombre, luego de mucho buscar, encontró en un poema del bardo sanmiguelino, el término exacto que encerraba todo el signo y el símbolo de los sonidos salidos de su estro.

A Guillermo Molinas Rolón se debe el nombre de Guarania con que don José Asunción Flores bautizó el género musical que, luego de un intenso proceso creativo, aportó al horizonte musical paraguayo.

¿Por qué decimos que la Guarania nació en San Miguel, aquel pueblito misionero de simpática estampa? Porque fue un poeta nacido en esta localidad de la mesopotamia misionera, quien engendró ese término que encerraba en él todas las expresiones culturales del mundo guaranítico.

Pero... ¿Quién fue Guillermo Molinas Rolón? Fue uno de los representantes de la corriente modernista de la poesía paraguaya. Hijo de don Francisco Molinas y doña De la Paz Rolón, nació en San Miguel, Misiones, en 1892. Al culminar sus estudios primarios y, debido a su dedicación al estudio y su inocultado afán por las letras, fue beneficiado con una beca para seguir sus estudios en el Colegio Nacional de la Capital, donde se recibió de bachiller en 1912.

Sus primeras publicaciones datan de 1910, cuando editó en la Revista del Centro Estudiantil su poema El Canto de la Raza, entre otros.

Poeta y periodista, fue uno de los fundadores del modernismo poético paraguayo: En 1913 formó parte del grupo literario que fundó la revista Crónica, de la que fue uno de sus redactores, juntamente con Leopoldo Centurión, Pablo Max Insfrán, Roque Capece Faraone, Policarpo Artaza, Miguel Acevedo (también misionero, de Villa Florida, y dibujante) y Guillermo Campos (editor de la mencionada publicación).

El primer número de esta importante revista literaria salió el 12 de abril de 1913, en tanto que su último número salió en enero de 1915, completando 43 números.

Poeta, luchador social y bohemio


Preocupado por las cuestiones sociales, militó en movimientos obrero-anarquistas; llegó a ser miembro del Consejo de la Federación Obrera Regional del Paraguay, destacándose en la defensa de los trabajadores esclavizados en los yerbales del Alto Paraná.

Guillermo Molinas Rolón era un hombre de elevada estatura, con un rostro de rasgos primitivos; su sonrisa fácil mostraba una dentadura perfecta que contrastaba con su tez cobriza. De él escribió su compañero de rutas Leopoldo Centurión, diciendo que "era una fuerza que escapaba de toda disciplina. Discípulo de Herrera y Reissig, escribía versos enigmáticos, muchas veces incomprensibles, de una musicalidad sonora como de flauta. Vivía en un salvaje aislamiento, y más que la compañía de los literatos buscaba el contacto de los caídos, de los miserables, de los desechos sociales. De tarde en tarde aparecía en el grupo, con un puñado de versos, superando a todos en la violencia con que se entregaba a todas las locuras, para luego escurrirse a sus refugios misteriosos. Era un mulato misionero, de contextura de hierro. Era excesivo en todo. Bebía sin mesura, y sobre una inyección de morfina devoraba impunemente bocados de chorizos y salames. Desapareció un día de la capital, volvió a hundirse en el anonimato campesino, y nadie supo más de él... Le tragaron el silencio y el olvido".

De tanto en tanto llegaban noticias de él. Que había estado por tal lugar, que por tal otro... un día apareció en Arroyos y Esteros, "enseñando las primeras letras como maestro en una escuela lugareña".

Bohemio errante (la morfina y el alcohol hicieron estragos en su cuerpo) "no perdió jamás el gusto por los versos, como si conservara algo de la divina virtud de la poesía en medio del infortunio". Los vicios le arrastraron al infierno. Su vida fue un descender constante hacia los abismos... fue peón, boyero, conductor de alzaprimas en los obrajes y jangadero en los ríos.

Vida, pasión y muerte


Don Raúl Amaral, otro estudioso de la obra poética de Molinas Rolón, dice de él que "llegó a constituirse en la voz simbolista más alta y original que se haya dado en la poesía paraguaya". Según estudiosos de su obra, el poeta sanmiguelino "cultivó el género lírico con extraordinario vigor y profundo sentimiento".

Según Natalicio González, el misionero Molinas Rolón era "una figura de interés, salvaje, dionisíaca, mezcla de ternuras femeninas y de extrañas violencias (...) escribía versos enigmáticos, muchas veces incomprensibles, de una musicalidad sonora como la flauta. Sus estrofas, en que con frecuencia las palabras surgían deformadas con inclinaciones atrabiliarias, sonaban por momentos como un alegre motivo sinfónico".

Guillermo Molinas Rolón falleció solo y olvidado, consumido por el alcohol, en el obraje San Vicente, de Yhú, a principios de marzo de 1945. Allí, según una publicación de la época que se hizo eco de su muerte, "bajo los cielos de seda y los horizontes azules del Alto Monday, cerró los ojos al cabo este predestinado para la ascensión que equivocó el sentido tomando el de la caída... De todos modos, desde mucho antes de su tránsito tenía sitio asegurado en la antología paraguaya, donde pervive el nombre del poeta, maldito, bello, musical y duradero como si fuera uno de sus propios versos".

Entre sus obras publicadas, destacan -entre otros-Paraguaya, ¡Quiero!, Primavera, En la fiesta de las almas, Románticas, Del jardín de las leyendas, Mi nocturno imposible, Surge et ambula y En la fiesta de la raza, de cuyos versos, José Asunción Flores extrajo la palabra con que Molinas Rolón involucró al mundo guaranítico y que denominaría su genial creación musical: Guarania.

En la fiesta de la raza

En marzo de 1913, Guillermo Molinas Rolón publicó en la revista Crónica su poema "En la fiesta de la raza", de cuya quinta estrofa -primer verso o línea- José Asunción Flores extrajo la palabra Guarania.


A vosotros, poetas, los de augustas cimeras,
Hortelanos eximios de encantadas quimeras,
Hijos de las Españas, hijos de las Américas,
Que vivís las hidalgas zonaciones ibéricas,
Que por sobre los pueblos la visión no os extraña
Porque palpáis, profundo, lo que América entraña:
Las mil idealidades de promesas románticas
Que sentimos en besos de las olas atlánticas.

Y auscultasteis la muda pasión de sus latidos
En todos los instantes de la historia, dormidos,
Y auguráis con la fiebre que la frente os abrasa
La sublime y profética comunión de la raza...

¡A vosotros confío mi mensaje: es el alma
De mi estirpe hecha encaje, el rumor de su palma,
Ñandutí de sus sedas temblorosas y esquivas,
Todo el magno perfume de sus selvas nativas!

¿Sabéis? Cuando el prolífico Tupâ-Sol en sus tábulas
ordenó con sus leyes que fecundan las fábulas,
las fraternizaciones de ancestrales talantes
de viejas sociedades los números errantes
cuya urdimbre nublosa de remotos estigmas
apenumbra el pasado de tenaces enigmas.

Las fecundas cohesiones ejercieron su imperio
que unifica a las almas bajo un mismo misterio...

Allá fueron los mayas que labraban granitos
Para poblar sus templos de sabios monolitos;
Los fastuosos aztecas en las amplias mesetas;
Los chibchas en las entrañas de sus frondas secretas
Soñaban los emblemas de deidades informes
En las blancas aristas y piedras enormes;
Acullá de los incas, musculosas montañas,
Sostienen las ciclópeas fortalezas extrañas;
Así como los valles y las hirsutas sierras,
La invencible Araucaria meditaba en sus guerras.

Y fue también Guarania, la región prometida
Como tierra de ensueño, de ilusión y de vida,
Tierra donde crecieron las flores suntuarias
De robustas pasiones y gestas fabularias...

Aún hoy mismo se escuchan de su raza indomable
En cálidos relatos de una conseja afable
Ondular las hazañas de un pasado disperso,
Y aún hoy mismo conservan los encantos de un verso...

Sobre el lago mugiente de naufragio y leyenda
Aún hoy mismo se siente la palabra estupenda
Del gran Tamandaré trágico y sibilino,
Viejo y torvo vidente que auguró su destino...

En las noches hurañas, por sus bosques antiguos,
Llenos de ondas hostiles y fantasmas ambiguos,
Veréis al muâ que traza su espiral luminosa,
-Cocuyo romanesco, linterna misteriosa-,
que se escapa en las sombras de la selva sagrada
como algún pensamiento que se pierde en la nada.

Si en sus tortuosas vías, -en las largas picadas
oís a alguien que os llama, si sentís sus pisadas,
No volváis la cabeza porque es mago Pombero,
Alma errante del indio fraternal y chistero;
Pasadle la colilla, que su pipa de barro
Solo pide la humilde caridad de un cigarro.

Si en la muerta fogata, tras de los matorrales,
Que quedó abandonada en espesos yerbales,
Halláis huella inocente de los pies de algún niño
Que en el polvo conserva la ceniza de armiño,
Es del niño magnífico, genio de los idilios,
Del grato Kurupi, genio de los auxilios,
Aquella alma galante y ardorosa e inextinta
Que protege a las novias y a las damas encinta,
El Eros legendario, veloz, ágil y alado,
El que abulta los gérmenes en las mieses del prado
Y los senos turgentes de las tigres en celos,
Y cuanto Jasy crea bajo el tul de los cielos.

A vosotros, poetas, los de augustas cimeras,
Hortelanos insignes de aureoladas quimeras,
Que augurasteis, en fiebre que la frente os abrasa,
La sagrada y profética comunión de la raza,
Lleva el verso un mensaje encajes, el rumor de su alma
De mi estirpe hecha encajes, el rumor de su palma,
Ñandutí de sus sedas temblorosas y esquivas,
¡Todo el ático aroma de sus selvas nativas!

Luis Verón    

( x) Del diario ABC COLOR (Revista), 11 de julio de 2004 (Asunción, Paraguay)

 

En el centenario de Barrett en el Paraguay

Rafael Angel Jorge Julián Barrett Alvarez de Toledo, o Rafael Barrett, simplemente, nace en el norte de España un 7 de enero de 1877. En 1903 se instala en Buenos Aires, y en octubre de 1904, enviado por un diario de aquella ciudad, viene el Paraguay para hacer la crónica de la revolución de 1904, que significará la caída del partido colorado y el ascenso del Partido Liberal.
Barrett, triunfante la revolución, se queda en el Paraguay, viviendo propiamente del periodismo; así se casa y tiene su único hijo.


Pedro Gamarra Doldán

Barrett, miembro de la generación española de 1898, lo es también del novecentismo paraguayo, trabando amistad con los principales miembros de la citada generación española, y con todos los integrantes del grupo paraguayo.

Poeta, dibujante, ingeniero, matemático, sociólogo, periodista, entre otras cosas, tenía el don no sólo de abarcar diversas ramas del pensamiento, sino de ser un innovador en los mismos. Era también un decidido feminista.

Barrett, llegado al país a los 27 años de edad, era todavía de producción escasa, para ser definido. Su obra principal la ejecuta en el Paraguay. Artículos, charlas, conferencias, iniciativa laboral, etcétera. Tuvo tiempo de editar una revista, “Germinal”, de corte socio-anarquista.

Su sinceridad le lleva a ser exiliado a Brasil, Argentina y Uruguay, En este último país ve la luz su primer texto, “Moralidades”, tal vez por ello en ese país lo consideran patrimonio intelectual oriental, mucho más cuando allí fue tratado y recibido por socialistas de Montevideo, como Samuel Blixen y Emilio Frugoni. Por antítesis, los escritores paraguayos de su tiempo, si bien cultos, eran de un nivel muy conservador, con la excepción de Modesto Guggiari.

Es notorio, no obstante esa falta de sintonía intelectual con los intelectuales paraguayo que, en este país, Barrett desarrolle con claridad su compromiso social y su estilo de comunicación.

Trasladado a Francia, fallece un 17 de diciembre de 1910, a los 34 años de edad, cuando el mundo social y comprometido podía recibir aún los mejores testimonios de una vida casi nazarena.

(x) Del diario ABC COLOR (Suplemento Cultural), 24 de octubre de 2004 (Asunción, Paraguay)