29.Parte

“Asunción, que distante tus recuerdos van quedando para mi
Asunción, sós más dulce desde lejos en el arpa guaraní
Mbïyu´i pucueté ndé revevé va, yajhá anga tajhechá mi
cuanto más aimé mombyry rojhacjhú Paraguaï.”(x)

(x) De la guarania “Asunción” de Federico Riera

 

DEL PARAGUAY PROFUNDO

Fragmento

Etnografía mbyá-guaraní

ARAGUYJE ÑEMOKANDIRE (x)

El calendario guaraní

por: León Cadogan

Suele decirse que para el indio el año se divide en dos estaciones: la del frío, de los días cortos; y la del calor, de los días largos. Esto, en lo que al Mbyá se refiere, no es cierto, porque el léxico de esta parcialidad contiene voces que describen, con la precisión y poesía inseparable de la lengua autóctona, tres estaciones: Invierno, Primavera y Verano.

Para el Mbyá, el Invierno es Ara Yma, período o época primitiva, originaria. Ara Yma es la época de los días cortos y noches largas y frías; de animales flacos; escasez de frutas; de panales vacíos; de hambre.

Cuando los dioses consideran que sus hijos los hombres han padecido privaciones suficientes, ponen fin a este estado de cosas, haciendo que vuelva la época de la abundancia. Y el cambio lo efectuan de la manera más sencilla

Oguerova Ñande Ru Kuéry (kuéra)
Ara yma rapyta

Nuestros Padres cambian de lugar
los cimientos del tiempo
(época, estación) originario.

Efectuando el cambio de lugar de las bases del tiempo, Jakaira, el dios de la Primavera, hace circular por todo el universo el fluido vital: florecen las plantas; engordan los animales; se llenan los panales. Ara Yma, el período antiguo, primitivo, se convierte mediante la bondad de Ñande Ru en araguyje pyau –primavera-; época, dicen, en que los mismos dioses se remozan: arauyje pyaupe Ñande Ru Kuéry jepe ikunumimba –en la primavera los mismos dioses se vuelven jóvenes-.

Araguyje, generalmente, se traduce por año; araguyje pyau sería, por consiguiente: año nuevo. Sometámoslo a análisis a fin de poder descifrar su verdadero significado.

Ara, sabemos que significa: época, tiempo-espacio. Según el Tesoro de la lengua guaraní de Montoya, aguyje significa, entre otras cosas, perfección, dando este autor como ejemplos de su empleo los siguientes:

Ijaguyje yma;
Ijaguyje yma yva

Está acabada la obra;
Está sazonada la fruta.

Con esta definición de primavera: la época de la perfección, bastante poética, por cierto, podríamos dar por terminadas nuestras investigaciones lingüísticas; pero, he aquí que el mburuvicha encargado de trasmitir las tradiciones religiosas a los de su tribu emplea, cuando trata con personas de su confianza, la sentencia: Araguyjéramo Kandire, cuando desea subrayar la hermosura, la perfección de esta época del año.

Kandire es una voz que no encuentro en el Tesoro de la lengua guaraní, de Montoya, posiblemente por tratarse de una palabra utilizada en la transmisión, a través de los siglos, de las tradiciones religiosas –tradiciones que había a toda costa que desterrar. Menester es, por consiguiente, dar un vistazo a los anales religiosos mbyá-guaraníes para poder explicar satisfactoriamente el concepto guaraní de primavera.

Hablan estos anales (como ya lo hemos visto) de una Edad de Oro, la era de Yvy Tenonde, la Primera Tierra, predestinada como la Atlántida de nuestra prehistoria, a desaparecer para siempre bajo las aguas del Diluvio. El habitante de Yvy Tenonde no conocía la muerte tal como nosotros la conocemos: si era virtuoso y cumplía estrictamente con los preceptos de la raza, entonaba los cantos sagrados ejecutando la danza ritual acompañandose con el mbaraka, alcanzaba sin abandonar la tierra el estado de aguyje –perfección, gracia-. Este estado de aguyje le hacía merecedor de ingresar en los dominios de los dioses menores: Tupã Mirï Amba, sin sufrir la muerte. Al que alcanzaba el estado de aguyje, llamas de sabiduría divina le iluminaban el corazón; fuego divino le brotaba de las manos y las plantas de los pies; su cuerpo se volvía sutilisímo; y se incorporaba a las huestes de los bienaventurados habitantes del Paraíso guaraní en donde él mismo creaba su mansión celeste, imperecedora, indestructible. Este tránsito de lo mortal a lo inmortal, de lo perecedero a lo indestructible, lo describen los Mbyá con la locución: ohupity omarã´eÿ rã –alcanzó su estado de indestructibilidad-; designándolo, en el vocabulario religioso, con la sentencia: oñemokandire; o, simplemente: ikandire, y da una idea aproximada del concepto encerrado en la sentencia, la frase: el despertar a una nueva vida.

Es decir, que la diferencia entre ára yma, la época primitiva, originaria, trocada por la bondad divina en aranguyje ñemokandire, la época de la perfección y del despertar a una vida nueva, es solo comparable a la diferencia entre nuestra mísera vida humana en la tierra y la que disfrutan los bienaventurados habitantes del Paraíso.

Y con esto podemos dar por terminadas estas breves notas, pues Kuaray pukuha jevy –el retorno de los soles largos-, no requiere comentarios.

(x) Del libro: Tradiciones Guaraníes en el Folklore Paraguayo, por: León Cadogan (Edición preparada por Bartomeu Meliá). Fundación “León Cadogan” (Volumen V); y Centro de Estudios Paraguayos “Antonio Guasch”. Asunción 2003 ( Paraguay ).


YUYOS EN LA MEDICINA POPULAR



                                    
Regreso a los orígenes (x)



Los yuyos se volvieron "imprescindibles" en la vida de los paraguayos. En el mate, por esta época, resultan eficaces para prevenir enfermedades. Vira-vira, jakaré yrupe, aloe, para todo... su poder se hace sentir.

Si pasa por la calle General Aquino o si ya pasó alguna vez, seguro que le habrá llamado la atención la gran cantidad de negocios dedicados a la venta de yuyos. Tía Tarcila fue la primera casa en abrir sus puertas para ofrecer todo tipo de yuyos, que pueden tomarse como té, en tereré o mate.

La fila de "yuyeros" termina en la calle República Francesa, aproximadamente. Hasta allá puede verse un universo de diferentes tipos, colores y formas. Y como dice León Gieco en su canción "Zamba de los yuyos", hay para todos los gustos, incluso para engualichar, pero en esta nota nos ocupamos de los que sirven para curar, porque los beneficios ¡son muchos! Por ejemplo, son buenos para el aparato digestivo, urinario, circulatorio, para curar heridas, para los riñones, diabetes, para la presión alta, el reumatismo, los dolores menstruales, las várices, el corazón, la próstata, para tratamientos de belleza, acné, manchas, espinillas y adelgazantes.

En la actualidad, se pretende una cura ¡para el cáncer! El conocimiento popular está basado en datos empíricos que, sin embargo, pueden apoyar a estudios científicos, cuyo objetivo es el hallazgo de nuevas moléculas que permitan combatir los grandes males de la humanidad.

Por de pronto, los aprovechamos para combatir las enfermedades de invierno. Así tenemos, según publicaciones de Uriel Quintanilla sobre medicina natural, que para los bronquios: hay que hacer inhalaciones con vapor de eucalipto, dos veces al día. Tomar infusiones de plantas expectorantes como malva, borraja, wiña-wiña, huamanrripa, violeta, pulmonaria, de tres a cuatro tazas al día, de preferencia con limón.

Para la amigdalitis: para curar las amígdalas inflamadas o infectadas se deben practicar gárgaras con jugo de nabo, cuatro veces al día.

Después de cada comida, limpiarse el fondo de la garganta con jugo de limón o de rabanitos. Mantener abrigado el cuello y los pies. Evitar las bebidas heladas y el cigarrillo. Para el asma: los ajos y la cebolla son muy buenos, por sus propiedades antiasmáticas. Prepararse un jarabe con el jugo de estos, más jugo de limón, y endulzarlo con miel de abejas es muy efectivo.

Puede consumirse una cucharadita tres veces al día, que puede tomarse con agua de llantén o malva. Esto hay que acompañar con gimnasia o la práctica de algún deporte.

ALOE: Esta planta es muy popular en nuestro medio. De color verde, gruesa y con espinas en sus bordes. Son muchas las propiedades que se le atribuyen.
Para la bronconeumonía: se pica en pedazos un hoja de aloe de regular tamaño, luego se hace hervir en un litro de agua y se toma, cada dos horas, una taza. Alivia la agitación, durante un mes aproximadamente. Para la fiebre, se pelan tres hojas y se ponen como cataplasma en el vientre para la fiebre.

LIMON: Para la fiebre. La cáscara de limón se hace hervir en una taza de agua, lo que se toma por las noches o en momentos de fiebre alta.

VERBENA: Se utilizan las hojas y los tallos. Sirve para bajar la fiebre, es expectorante, antitusígeno, depurativo sanguíneo y muy eficaz para combatir el salpullido en los bebés. Para bajar la fiebre, se hierve 20 gramos de hoja de verbena en un litro de agua, durante cinco minutos. Tomar tres o cuatro veces al día.

TILO: Se utilizan las flores y las hojas. Actúa como antigripal, sudorífico, analgésico, antiespasmódico, antiinflamatorio y disminuye el colesterol.
Para la gripe, las fiebres y los resfriados, poner en una taza 20 gramos de tilo incluyendo las hojas y las flores. Sobre esto, echar un litro de agua que esté hirviendo. Tomar cuatro tazas al día.

SALVIA: Se aprovechan las hojas, la raíz y las hojas secas. Las hojas en infusión son expectorantes, antitusígenas, útiles también en hepatitis y leucorrea.
Para la tos, gripe y catarros, durante tres minutos hervir 15 gramos de hojas en una taza de agua. Colar la preparación, endulzar con miel y tomar en dos partes, en el intervalo de una hora.

No hay que interrumpir el tratamiento médico para sustituir por las plantas, y no se recomienda en lactantes ni en niños menores de dos años.


1.-Palo amargo, adelgazante y normalizador de presión. 2.-Kurupa’ymi, sirve para el reumatismo, la tos y el catarro. 3.-Boldo, digestivo. 4.-Para todo es bueno, especialmente para la diabetes y cura las heridas. 5.-Burrito, digestivo. 6.-Barba de maíz, diurético, riñones y próstata. 7.-Vira-vira, para la tos convulsa. 8.-Jakare Yrupe aplaca la tos y el catarro. 9.-Kurusu he’ê, también combate la tos y el catarro.


USAR PERO NO ABUSAR

“Las plantas se usan en estado fresco, frecuentemente para la diuresis o como refrescante en el tereré o actualmente en infusión o decocción para varios fines”, afirma Rosa Degen de Arrúa, química farmacéutica y profesora con diploma en Plantas Medicinales. Degen explica que se usan diferentes partes de las plantas, como las hojas, raíz, rizoma, tallo, corteza, la planta entera, en estado fresco o seco; además, en la actualidad en forma de polvos gruesos o triturados, polvos finos y en preparados galénicos, tinturas, extractos, comprimidos, pastillas, entre otras.

Hay que tener cuidado con las mezclas de plantas y no se debe aumentar la cantidad, porque pueden producir daños. En las plantas existen varios principios activos, que no son totalmente benevolentes. Por eso se aconseja consultar con un profesional en caso de duda. El uso popular dice que se utiliza un puño, lo que equivale aproximadamente 1,5 gramos hasta 4,5 gramos.

Actualmente en el comercio se encuentran en saquitos para té o polvos gruesos o triturados que vienen en la cantidad para una sola toma (una dosis) o para varias tomas del día (multidosis). Por ejemplo, una cucharita de manzanilla para una taza de 250 cc (de café con leche), si es por infusión, se vierte el agua hirviendo sobre la manzanilla en la taza, se tapa con el platillo, se deja reposar 10 minutos y se bebe.

Si es por decocción, si son flores se dejan 250cc en agua hirviendo durante 10-15 minutos; si son tallos o raíz, 20 minutos, para lograr una buena extracción.

* Rosa Degen es Premio Nacional de Ciencias-1998

Nancy Duré Cáceres   

(x) Del diario ABC COLOR (Revista), domingo 5 de junio de 2005 ( Asunción, Paraguay )

 

 

 

OTRA DESTINATARIA EN ESCENA

Che la Reina (x)

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fdasSilvano Vallejos asegura que Emiliano R. Fernández, antes de 1930, le escribió a su hermana Catalina Vallejos una de las páginas más emotivas del cancionero popular paraguayo.


dsafaMario Rubén Álvarez
Poeta y periodista
alva@uhora.com.py

—Che añomongetava’ekue Ña Catalina Gadea ndive ha he’i chéve chupe Emiliano ojapo hague Che la Reina (Conversé con doña Catalina Gadea, quien me dijo que Che la Reina le escribió a ella) —fue el saludo con el que llegué a la casa de don Silvano Vallejos (87 años) en Tres Bocas, Ysaty (Fernando de la Mora).
—Nda’péichaite katu: péango Emiliano R. Fernández che hermana Catalina Vallejos-pe ojapova’ekue (No es así: Emiliano le hizo a mi hermana Catalina Vallejos) —fue la respuesta categórica del dueño de casa.


El comunicador social Livio Ocampos, quien tiene un programa de música paraguaya en radio Yacyretã los domingos de mañana, fue el que proporcionó la primera pista. Alguien le llamó y le dio los rastros que posteriormente permitieron que este recopilador insomne llegara hasta la casa de don Silvano.
“Mi hermana vive todavía en Asunción. Ya no está en condiciones de hablar. Era amigo de Emiliano, yo no le voy a mentir. A ella le hizo Che la Reina. El poeta era nuestro amigo, venía aquí por Tres Bocas y farreábamos. Por ahí le conoció a mi hermana, que era muy joven. Era todavía algunos años antes de la guerra con Bolivia , no recuerdo muy bien el año, pero era antes de 1930 seguramente. A ella es que le dijo Prevención-pe Catalina tereho che ruguaîtî. Prevención es el lugar donde se concentraban las tropas, en el barrio Sajonia, para ir a pelear. Y allí también se desembarcaba, al volver del frente. Por eso le dijo que le esperara en ese lugar”, recuerda don Silvano con palabras pausadas, como medidas para ser dichas.


“Pienso que en esa época todavía no le conocía a María Belén Lugo, su esposa. Con ella vivió en una casa que estaba aquí de mi casa a no más de 800 metros. Emiliano, habitualmente, circulaba por aquí, yendo y viniendo, porque una de sus características era que ndopytái mamove (no se quedaba en ninguna parte)”, sigue diciendo.
“No sé, pero supongo que también a mi hermana le escribió”, responde cuando se le menciona que Emiliano también es autor de A Catalina y A mi bella Catalina.
A don Silvano le es imposible decir si su hermana, alguna vez, fue a esperarlo en Prevención. “De eso no doy fin, solamente puedo asegurar que Emiliano le escribió Che la Reina a mi hermana Catalina Vallejos”.

LA OTRA HISTORIA. “Chéve che renoimiva’ekue Che la Reina. Ha oscribí nájeko chéve (A mí me llamaba Che la Reina. Y decía que me había escrito (el poema)”, había contado la señora Catalina Gadea en Villa Morra, hoy ya fallecida.
De cabellos blancos como la nieve, lúcida y amorosa, a la anciana le costaba hablar de su romance con Emiliano, pero de a poco había ido soltando prendas.


¿A quién realmente Emiliano le escribió Aháma che Chína que, con el tiempo, el pueblo rebautizó como Che la Reina? ¿Fue a Catalina Gadea o a Catalina Vallejos? ¿A las dos tal vez? No olvidemos que la confusión de destinatarias también se da en Guavira Poty. Carmen Mónica Grance —quien todavía vive— afirma que a ella le escribió lo que inicialmente se llamó Techaga’u rembiapo. En la revista Ocara poty cu mi, sin embargo, la dedicatoria dice “A Dominga Lugo”.
A esta altura es ya imposible determinar cuál de las Catalinas fue la que inspiró aquella obra que habla de la despedida del combatiente que va a enfrentar en las trincheras a la muerte. Lo cierto es que Emiliano R. Fernández dejó una conmovedora página donde se entrecruzan el amor y la guerra.
fdsafdsafdsa

(x) Del diario ÚLTIMA HORA (El Correo Semanal), 17 de setiembre de 2005 ( Asunción, Paraguay ).

 

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CHE LA REINA (xx)

Ajumiko ipahaite Che la Reina nerendápe
apurahéivo mbarakápe si ahátama katuete
Paraguay niko chave ajuráva che retãme
amonóvo hayjupápe a la hora ojofrecé.

Péina ko´ágã ahendu che renóirõ la corneta
acaláta bayoneta ha Chakopyre asururu
ahamítante amoirü Valinoti-pe ikatúrõ
aloamíne ajuhúro Rojas Silva kurusu.

Ahayhúgui che retã Che la Reina rohejáta
frontera lado aháta ahuguaitïvo umi ava
ndaipotánte che kamba che myakÿ nde resaype
aipotánte ere che sype heta tacherovasa.

Che fusil je oime ipotï che rechaséma je hína
Prevención-pe Catalina tereho che ruguaitï
rehecháne guaraní hekove odespreciáva
López ra´yre opytáva bajo el sagrado poyvi.

Ikatúnte aju jevy ndahái katuete amanóvo
ndékena che ra´arõvo siempre firme nde poty
che araha iñongatuhápe ko che korasõ kuápe
amoite ñorairõhápe ne angue che tupãsy.

Aimérõ en Parapití amonguahëne nde apysápe
che ñe´ëmi kuatiápe ne´ïraha asapymi
ha ndékena eñapytï ko verso ndéve ahejáva
topurahéi ndéve ijára el soldado guaraní.

Amalaya atopa el famoso Tejerina
inambikue ko che china ndéve ahechaukávarã
ha upépe terehecha la bravura guaraní
oimevaha gueteri López ra´yre opyta.

Letra: Emiliano R. Fernández
Música: Félix Pérez Cardozo

(xx) Su título original fue Aháma che chína.

 

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GUILLERMO DE GRÜTER (x)

Caballero de fina estampa

Existió en Paraguay un inmigrante alemán de extraordinarias virtudes y rara personalidad. Dejó su patria a los 22 años por causas poco claras. Se afincó en el pueblo de Limpio, allí desarrolló actividades de agricultor, comerciante, explorador, fotógrafo, editor y artista. Un siglo despúes de su llegada, los descendientes toman contacto con sus familiares de Alemania. Y echan luz sobre la vida enigmática del personaje que produjo la mayor cantidad de tarjetas postales paraguayas de 1900. Esta es la verdadera historia de Guillermo de Grüter.

"Al llegar los alemanes nos pasaban la mano. Yo enseguida les daba dos besos y les decía: En el Paraguay así es el saludo. Con eso se desarmaban completamente y desde ese momento éramos una gran familia". Rosa Estela Verlangieri Grüter, 66 años, integrante del coro "Arasa poty".

"La verdad, me sentí como en casa. Sentí que eso (un castillo) era mío y que toda esa familia era mía". Eva Verlangieri Grüter, 62, empresaria de la confección.

"Fue una sensación muy linda poder conocer a personas extrañas, pero unidas por lazos sanguíneos. Nos recibieron muy bien y ellos piensan venir en mayo a conocer nuestro país y a los demás familiares que tienen acá".
Gustavo García Verlangieri, 31, veterinario e ingeniero agrónomo.

Palabras. Gestos. Sentimientos.
Las líneas de arriba resumen un siglo de historia en la vida de dos grupos familiares separados por el destino. Quienes hablan son nietas y bisnieto de Guillermo de Grüter, un alemán de alcurnia que llegó al Paraguay a fines del siglo XIX y se afincó en el pueblo de Limpio, más exacto en la compañía Rincón del Peñón. Allí el inmigrante formó pareja con una paraguaya llamada Luisa Caballero y tuvo siete hijos: María Catalina (+), Martina Asta (+), Guillermo, Ricardo, Víctor, Adán (+) y Concepción. Ninguno de ellos tuvo oportunidad de conocer sus raíces. Menos contactar con sus familiares de Alemania.

Inexplicablemente, el padre -que era un hombre de vasta cultura- no les permitió aprender a leer ni escribir. Guillermo hijo, hoy con 94 años, recuerda que apenas pudo estudiar un año, mientras su padre fue de viaje a Alemania. "Por culpa de la educación yo fui castigado, así que ustedes no van a ir a la escuela, decía papá", cuenta, invocando aquellos duros días de su lejana infancia.

Ricardo Grüter Caballero, 89, comenta que tan siquiera sabían el día de cumpleaños del papá. Guillermo de Grüter jamás -acusan los hijos- les dirigió una palabra en su idioma germano. Se comunicaba con ellos en entendible español y guaraní. "Poco hablaba con nosotros, solo nos daba instrucciones para hacer los trabajos que nos ordenaba", dice y sonríe Ricardo. En su rostro anciano -muy similar al de su padre si se lo compara con la única fotografía de viejito que conservan del alemán- no hay signos de resentimientos.

Tampoco en las caras de los nietos y bisnietos del extraño personaje que poco se dejó conocer a su propia familia.
Sí hay misterios. Ganas de saber quiénes son, de dónde vienen. Fueron unas publicaciones sobre la historia de las tarjetas postales del Paraguay la chispa que encendió la llama de la curiosidad y los impulsó a investigar los orígenes del apellido que llevan. Tomaron como base los escuetos datos que se daban sobre el editor. Movieron contactos y asumieron un compromiso: ir a la fuente. En la primera semana de octubre último, Rosa, Eva y Gustavo aterrizaron en el país de donde un día partió en barco el hombre del que provienen.

Llegaron a Tecklenburg, Westfalia, y se encontraron con la otra rama de los Grüter. Allí pudieron descubrir la genealogía de sus existencias. Se encontraron con un castillo familiar, documentos y cartas reveladores. Fueron suficientes unos días para dilucidar los enigmas de toda la vida. "Nos preguntaron por qué tardamos tanto en comunicarnos con ellos. Les contesté que fue por ignorancia, ignorancia de nuestros padres ya que el abuelo nunca les habló de la familia ni nunca les enseñó a hablar en alemán. Les conté que nosotros, gracias a un periodista, que publicó algo sobre el abuelito tomamos interés por descubrir nuestros orígenes", dice Eva.

El viaje dio sus frutos. Revisando papeles, nietas y bisnieto echaron luz sobre la enigmática historia familiar.

Guillermo Baron Von Deipenbroick Grüter nació en Haus Marck el castillo paterno de Tecklenburg, el 4 de noviembre de 1871. Se embarcó en el buque Belgrano y llegó al puerto Rosario ( Argentina ). Aunque se desconocen las circunstancias exactas de su arribo al Paraguay , ocurrió en 1893.
Se instaló, en principio, en Villa Hayes, pasó por San Bernardino y luego se ubicó en Limpio.

En una carta, fechada el 8 de enero de 1894, su madre le decía: "Me alegro que en la colonia germana de Villa Hayes hayas conocido a la familia Von Leppel, me gustaría que me hablaras más de esta familia y que compartas mucho con ellos".

En junio del mismo año, su hermano Víctor, le contaba que "algunos días atrás mamá me envió dos cartas en las que me decías que tenías ganas de entrar en el Ejército chileno, eso me parece bien, que Dios lo oiga. Chile es semejante a Japón. Te envío tus papeles militares, por favor avísame si lo recibes. Has tardado mucho en escribirme querido hermano, pero supe por mamá que estás pasando bien.

Aquí todo va bien, la semana pasada celebré mi matrimonio, estuvo lindo. El próximo sábado se casa Marck y la novia es de Bélgica. El mayor... (no se lee) estuvo con nosotros en el casino, el 22 será la entrega de premios Imperial del emperador, yo voy a participar de esto. El 27 de julio tengo comando en un distrito al norte de Berlín, buscando algo para el regimiento. El 10 de VII salgo de vacaciones, estaré 8 días en Haus Marck y luego haré el viaje a la Región de los 7 Cerros, frente a Bonn".

El intercambio de correspondencias entre Guillermo de Grüter, sus padres, hermanos y amigos de Alemania era fluido. "Habían carpetas y más carpetas de cartas, pero solo nos mostraron unas cuantas. Pudimos darnos cuenta de que algunas no querían enseñarnos", suelta Eva.

En 1895, en unas líneas, un amigo le daba "gracias por el cigarrillo que me enviaste a comienzos de diciembre. La carta donde te di noticias sobre mi servicio militar parece que no te ha llegado".

Eva Verlangieri Grüter, Gustavo García Verlangieri, con el escudo familiar en las manos, y su mamá, Rosa Estela Verlangieri Grüter, posan con el arbol genialógico que trajeron de Alemania.

El mayor de sus hermanos, Jorge, le hizo reclamos y le tocó asuntos de la milicia, en un correo registrado en 1895. "No mereces una carta, porque no contestaste mi carta y por mamá y por el Dr. Jorge Klug sé que estás trabajando mucho, espero verte en un año. Yo recibí hace unos días tu testimonio de comportamiento militar que te extendieron hasta XI 1896, quieres que quede conmigo o te envío. Los días de inspección militar salimos juntos en Dresner. Salimos muy bien con halagos del comandante. El 10 de abril entraron varios oficiales de reserva".

El 2 de noviembre de 1896, en otra misiva, Víctor le avisaba del envío de dinero: "Cordiales saludos por tu cumpleaños.
Te mando dinero para que te compres algo, yo no pude comprarte nada. Quisiera ser amigo y hermano y compartir contigo el año nuevo. Hace mucho frío aquí. Ahora no puedo escribir más, porque no sé qué decirte".

De puño y letra, en 1898, Guillermo de Grüter le contaba a su madre que de los 500 marcos que le envió solo le entregaron 370 y que le deben 130. De ellos utilizaría 135 para alimentos por un mes y medio, 50 para el dentista, porque hacía tres meses que solo masticaba en el lado izquierdo, porque en el derecho tenía una muela a extraer y otra más con problemas. Con otra parte del dinero se compraría ropas y por todo el resto vino para pasar las fiestas, "ya que me encuentro solo, con calor de 30 grados bajo sombra, sin familia, sin Haus Marck, sin ser teniente primero y sin ver la nieve y triste".

Este escrito de Grüter revela que antes de venir al Paraguay era militar del ejército germano. Y justamente la hipótesis de su desarraigo se relaciona a problemas con la milicia.

Según los parientes germanos, siendo Guillermo de Grüter uno de los mejores alumnos de la Escuela Militar tuvo problemas no se sabe si de carácter disciplinario o monetario. "Nos dijeron que él comprometió una deuda de 500 marcos dentro de la Escuela Militar. Le pidió a su padre que abonara esa suma y el padre que se regía por una rectitud absoluta no toleró tal cosa y lo castigó con el retiro del apellido Von Deipenbroick y lo sacó de la milicia", explica Rosa.

En verdad, no se sabe con exactitud las causas de la venida. Pero, durante su vida en Paraguay , el alemán trabajó intensamente. Se dedicó a la agricultura, la ganadería, el comercio, la exploración, la fotografía y la edición de tarjetas postales. Quienes lo conocieron aseguran que era un hombre incansable, muy emprendedor. En base a sus múltiples actividades, al poco tiempo de establecerse en Limpio alcanzó una posición económica sólida. Sin embargo, por circunstancias inexplicables su estabilidad financiera se fue a pique.

El embajador de Alemania en Asunción, por aquella época, fechó en 1930 una carta dirigida a Haus Marck, a nombre de la madre contando que "Guillermo está pasando por una situación económica muy difícil". También delataba que una de sus hijas, Asta, "está por casarse con el comisario del pueblo de muy mala reputación y eso lo tiene muy preocupado".
Casi al final de su vida, Guillermo de Grüter asumió comportamientos raros. Se encerraba en su habitación sin permitir que nadie se le aproxime. Al parecer, un importante revés financiero afectó su salud mental y sufrió trastornos.

María Luisa Verlangieri Grüter, una de las nietas preferidas, cree que el motivo haya sido el hundimiento de un barco que traía grandes volúmenes de mercaderías desde Europa a su abuelo. "Se quedó mal. Desconfiaba de todos. Pensaba que cualquiera le iba a robar. Nadie tenía que acercarse a su pieza. Mandó poner en las puertas y ventanas rejas de hierro y alambres de púa".

A su muerte, el 30 de agosto de 1947, los hijos y nietos encontraron que las paredes de su habitación estaban completamente escritas con mensajes en alemán que nadie pudo descifrar. Con él se apagó la historia de un misterioso hombre que no se dejó conocer. Al menos, durante 55 años. Porque hoy su testimonio visual lo ha rescatado del olvido.


Mayor editor de postales

A partir de sus primeros intentos, en los últimos años de 1890, Guillermo de Grüter se involucró de manera creciente en la edición de tarjetas postales del Paraguay. Y en menos de dos décadas de labor se convirtió en el mayor editor de las mismas. Llevan el sello de su autoría las más interesantes vistas del país que circularon por el mundo en la primera década de 1900.
Grüter recorría pueblos del interior con dos cámaras fotográficas, una con lente normal y otra panorámica para realizar las tomas que mandaba imprimir en Alemania.
Con las máquinas traídas de su patria captaba fachadas de iglesias, edificios oficiales, escenas costumbristas, indígenas, paisajes, barcos, trenes y hasta desastres naturales para mostrar a los extranjeros las mejores imágenes del país que lo acogió.
Localidades fronterizas de Argentina y Brasil también fueron fotografiadas por Grüter y lanzadas en series postales.

Castillo Haus Marck

En la localidad de Tecklenburg, región de Westfalia, se encuentra el castillo de piedras donde nació Guillermo de Grüter. Se llama Haus Marck y data del siglo XVII.
Herencia de la familia de nobles Von Deipenbroick-Grüter, la construcción tipo fortaleza está rodeada por un lago artificial y en otras épocas contaba con puente levadizo.
Ahora se mantiene como museo; recibe visitas de 9 a 13 horas, especialmente a grupos de colegios, universidades y público en general que pueden recorrer solo la planta baja. Los dormitorios ubicados en el segundo piso tienen el acceso prohibido. En el castillo se realizan actividades culturales, en especial conciertos privados de música para un máximo de 65 personas. Ya hay reservas hasta agosto de 2003.

Javier Yubi   

(x) Del diario ABC COLOR (Revista), 1 de diciembre de 2002  ( Asunción, Paraguay )

 

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Fragmento

Los Compuestos

por: Dr. Juan Max Boettner (x)

En este capítulo me atendré a los informes de León Cadogan en primer término (33) y a las referencias del Sr. Bernardo Mosqueira (184) de Carapeguá.

Compuesto significa composición y compuestero es el payador, trovador. Son canciones improvisadas, con melodía casi hablada, acompañadas de una o dos guitarras que se usaban mucho en tiempo anteriores y que hoy van desapareciendo. Mosqueira me informa que aún oyó en este año de 1955 la narración por un compuestero. La melodía suele ser triste, adecuada al contenido trágico o deprimente. Por momentos es sarcástica y humorística en los compuestos de carácter satírico.

Nada mejor que oir a Cadogan directamente: “Los compuestos cantaban las hazañas de los gauchos, combates, hechos de armas, todo acontecimiento sensacional. El “Arribeño Compuesto”, popularísimo en su época (1908-1917) tuvo por tema una chica que engañada por un arribeño (forastero) se suicidó. El “Guyrá Compuesto” –canción de los pájaros- describe un baile de los pájaros; es una sátira terrible contra las malas autoridades. Durante el baile se produce una gresca; intervienen las autoridades; hay muertos y heridos; el Juez dispone la prisión de una persona inocente, y no es molestado el malhechor. El “Guyrá Compuesto” apareció en una época convulsionada, 1904-1905”.

“Hay compuestos que tienen por temas mitos autóctonos.

Disculpe, Señor Karaú,
Anivena eyeroky;
Ayú romomarandúvo
Oimé ha omanó nde sy”.

Disculpe, Sr. Karaú,
No baile más, por favor,
Vengo a informarte
Que ha muerto tu madre”.

Karaú no presta atención al mensajero, sigue bailando, y es convertido en un ave negra, que habita los bañados, de estridente reclamo que se asemeja al llanto humano...y sigue llorando hasta hoy la pérdida de su madre”.

(x) Del libro “Música y Músicos del Paraguay”, del Dr. Juan Max Boettner. Este libro fue editado en el año 1956, y fue rescatado del olvido por Bernardo Garcete Saldívar (creador de FA-RE-MI y esta Página Digital…) en el mes de mayo de 1997. Actualmente va por la 3ra. edición. Se encuentra en venta en las principales librerías de Asunción: Servilibro y El Lector (Plaza Uruguaya), y la Librería Salesiana (Don Bosco).

ACOTACIÓN DE FA-RE-MI:

  1. Leer en el apartado No.53 (entrar al Índice General), el comentario del maestro Luis Szarán sobre el libro de Vìctor Barrios Rojas: “Motivos Tradicionales del Paraguay”.
  2. En Real Audio/MP3, se puede escuchar dos compuestos interpretados por el conjunto Los Compuesteros Carapegüeños

Fragmentos

Personajes

Un santo violinista

por: Luis Verón (x)

Hacia el siglo XVI vino a América el misionero franciscano de origen andaluz Francisco Solano. Este religioso que en 1570 ingresó en la orden de San Francisco de Asís, nació en la localidad española de Montillo, en 1549.

Cuando vino al continente americano se propuso aprender el quéchua, lengua que le fue de mucha utilidad en su misión evangelizadora.

Viajó a pie desde el Perú , hasta  Santiago de Estero, y a su paso evangelizó a los pueblos indígenas que encontraba en su camino.

En 1595, se le designó Custodio del Tucumán, Río de la Plata y Asunción y se ganó al aprecio y el respeto de los naturales, entre quienes su prédica tuvo mucha repercución. En 1603 regresó a Lima a dirigir el Colegio de Recolección Santa María de los Angeles. Su presencia en dicha ciudad fue muy bien acogida y se ganó el respeto de todos los limeños.

Murió en 1610. En todas las regiones por donde posó sus pies, aún le recuerdan con veneración a través de cultos, tradiciones y leyendas. Fue beatificado en 1675 y canonizado en 1726. El proceso de su canonización tiene testimonio de 500 personas quienes le atribuyen numerosos milagros.

Poeta y maestro

La primera escuela de la isla Margarita, en el río Paraguay, fue puesta en funcionamiento por el poeta Carlos Miguel Jiménez y otros compañeros que fueron confinados allí por el gobierno del Presidente José P. Guggiari, en 1931.

Sucedidos

Los primeros años de la Guarania

Los primeros años de la guarania fueron bastantes difíciles. Su creador tuvo que luchar, entre otras cosas, contra la incomprensión y la falta de interpretación.

Finalizada la Guerra con Bolivia –de la que participó como combatiente y como músico después- José Asunción Flores viajó a la Argentina donde dirigió, en la radio “El Mundo” de Buenos Aires, una orquesta compuesta por sesenta músicos llamada “Orquesta Kyguá Verá”. La tarea de esta agrupación musical fue muy importante en la difusión del nuevo género musical en el vecino país.

Paradógicamente, la obra de Flores fue reconocida primeramente en la Argentina , antes que en su propio país.

Curiosidades

Una tragedia y una canción

“Nde rendápe ayú” es una de las guaranias más gustadas del acervo musical paraguayo. Fue compuesta en 1928 por José Asunción Flores, quien se inspiró en un luctuoso suceso ocurrido en la ciudad de Luque en 1925.

La composición recuerda la muerte de un músico serenatero llamado Enrique Apolinar Barboza, muerto al pie de la reja de una dama del lugar luego de recibir un certero disparo de revólver.

Los versos de ”Nde rendápe ayú” son anteriores a la composición musical y fueron escritos por el poeta guaireño Manuel Ortiz Guerrero hacia 1913 en homenaje de una dama villarriqueña llamada Iluminada Arias.

La adaptación del poema a la música de Flores se realizó luego de surgir la amistad entre los dos artistas.

(x) De su libro: Pequeña Enciclopedia de Historias Minúsculas del Paraguay (Tomo II; mayo 1996; Asunción, Paraguay). Prólogo: Gustavo Laterza Rivarola. Posfacio: Edgar Valdéz