38.Parte

”Defender la independencia del Paraguay

a toda costa y no exponerla a los peligros de las

alianzas con otros países y de las inmixiones en sus

contiendas internas, fue todo su afán (del Dr. Francia) y

su objetivo durante su dictadura de veintiseis años.”

Cecilio Báez

DEL PARAGUAY PROFUNDO

El guaraní dominante y dominado

Los nuevos “letrados” (x)

por: Bartomeu Meliá

  Hemos aventurado la opinión de que tal vez nadie en el Paraguay es bilingüe: y esto porque nadie puede serlo. Efectivamente, las dos lenguas del Paraguay cubren campos semánticos diferentes. Debido a factores de marginación cultural y social, el guaraní, ya desde los tiempos  de la colonia, quedó encerrado en el campo más conservador y estático de lo íntimo, y carece hoy de un léxico adecuado a las nuevas necesidades de un mundo en evolución.

  El guaraní, como casi toda la lengua, no carece de los recursos potenciales para formar neologismo y crear nuevas expresiones para describir las nuevas experiencias. Pero en lingüística no se trata de lo que pudo ser, sino de lo que realmente es; y es un hecho que el léxico guaraní no se ha desarrollado, más aún, se ha empobrecido. Ha seguido el camino fácil del préstamo directo, del hispanismo injustificado. Con esto, no propugnamos un purismo teórico, que en muchos casos es más dañino  que le gerigonza improvisada, ya que  las lenguas “puras” solo son creaciones de malos literatos que han olvidado que la lengua es ante todo un hecho social, un instrumento de comunicación social.

  Se podría caracterizar el fenómeno lingüístico del Paraguay como un fenónemo, no propiamente de bilingüismo, sino de di-lingüismo. El uso del castellano y del guaraní está regido en el Paraguay por factores sociales y por  factores regionales, porque está fundamentalmente dislocado en dos campos semánticos que difícilmente se sobreponen. Pero seamos  más exactos: el español de la clase media y elevada, cubre casi todo el campo de la expresión, ya técnico, administrativo, o coloquial (alguna que otra expresión guaraní engarzada en el lenguaje “culto” viene a colorear el castellano paraguayo, como un naranjo en flor surge en una calle céntrica asfaltada: tiene su gracia); en cambio el guaraní no puede entrar en ciertos campos semánticos, concretamente aquellos de la ciencia y de la técnica. Incluso el que se dice y se cree bilingüe, no abordará nunca ciertos temas en la lengua indígena; sencillamente no puede, porque el hecho social no se lo permite.

  Así en realidad, el guaraní-parlante tiene una serie de campos que le son vedados, porque en ellos no puede hacer oir su voz; más aún, ni siquiera los piensa, al carecer del instrumento adecuado de la expresión lingüística. El empobrecimiento del guaraní empobrece el pensamiento de los guaraní-parlantes; el guaraní marginado es intrumento de marginación; el guaraní dominado, como una patria a la que le han sacado inmensos territories de expresión, se hace cada día más débil, y sobre todo pierde capacidad de autoafirmación cultural completa.

  Como se ve, los verdaderos bilingües son imposibles en el Paraguay, ya que es imposible manejar con facilidad igual, ni casi igual, las dos lenguas, española y guaraní. La razón está en que hay temas inaccesibles de hecho para el guaraní, y esto debido a la evolución concreta del guaraní, no a defectos estructurales de la lengua en sí.

  Alguien concluiría de todo lo dicho que el guaraní debe desaparecer para derribar las vallas que actualmente entorpecen la comunicación actualizaba.

  Nosotros pensamos por el contrario, que la desaparición del guaraní es todavía imposible, que es una realidad con la que hay que contar y la política lingüística no la puede dejar al abandono.

  Los efectos de una escolarización amplia como se está cumpliendo en estos momentos, en vez de favorecer el desarrollo cultural, serán la producción de una generación de nuevos “letrados”, que adquirírán  el nuevo manejo mecánico de retazos aprendidos de memoria, sin consistencia y sin sistema. El fenómeno de di-lingüismo operará como un trauma interno en el pensamiento del joven paraguayo, en quien se yuxtapondrán nomenclaturas, como se rejuntan  en un almacén los mil artículos de una sociedad de consumo indiscriminado.

  La situación es más dramática que hace unos años; los jóvenes de hoy acuden a los fatales ciclos básicos, sobre todo en la campaña, con la incapacidad de servirse sistemáticamente de los conocimientos impartidos en una lengua que no manejan, y por otra parte, el guaraní no les sirve para los campos que se abren  ante ellos. Desconcertados interiormente, los nuevos “letrados” se servirán del título y de la repetición mécanica de conceptos mal asimilados para adquirir prestigio personal e incrutarse en una burocracia sin creatividad (5).

(x) De su libro: “Una nación, dos culturas”. RP ediciones.CEPAG. (mayo 1988; Asunción, Paraguay)

Paraguay, tenés que sentirlo

El misterio de Ita Letra (x)

por: Andrés Colmán Gutierrez

  Guaraníes, vikingos, extraterrestres? Hasta ahora no se sabe quiénes trazaron los extraños signos en la exuberante cordillera de Ybytyruzú. Un enigma convertido en atracción turística.

  A 22 kilómetros al este de Villarrica, en pleno corazón de la Cordillera de Ybytyruzú, palpita un misterio.En medio del bello e imponente paisaje de verdes serranías, una maciza pared mineral guarda antiguas y extrañas inscripciones en la roca (petroglifos), cuyo verdadero origen se pierde en la noche de los tiempos.

  El peñasco, conocido popularmente como Ita Letra (piedra con letra), se encuentra en la compañia Tororó, dentro de la finca de la familia Fernández, hasta donde se llega a través de un precario camino de tierra, intransitable cuando llueve.

  “Siempre fue un lugr lleno de historias y cosas raras. En época de los López, mi abuelo no quiso ira la Guerra Guasu (1865-1870) y vino a esconderse aquí, en Ita Letra. El me contó que los indios consideraban a este sitio y los dibujos en la piedra les daban miedo, como si tuvieram magia”, narra Pablo Leonor Fernández, el actual propietario del predio de 15 hectáreas donde se halla el peñón con los petroglifos.

  Hace dos décadas, cuando entró a ocupar la parcela de terreno, Fernández no tenía ni idea del gran valor histórico y cultural, ni del potencial turístico que tenía el gran promontorio de roca que quedaba en su patio.

  “Un día llegaron unos señores extraños y me pidieron permiso para entrar a ver. Me explicaron que esos dibujos en la piedra valen mucho, y que tenía que cuidarlos para que no se destruyan. Desde entonces cada vez llegn más, incluso del extranjero. Nosotros estamos orgullosos de ser los cuidadores, pero hasta ahora no sacamos ningún provecho económico. Somos una familia muy humilde”, dice el campesino, padre de 12 hijos, quien sueña en que la explotación turística del sitio ayude a la pequeña comunidad de Tororó a salir del aislamiento.

Un secreto bien guardado

  A unos cien metros de la vivienda se llega al peñasco, que tiene la forma de un torreón de castillo medieval. En una de las paredes está la primera serie de grabados: trazos curvilíneos, figuras extrañas, símbolos indescrifrables que se entrejen. Y un detalle llamativo: una perfecta cruz cavada en relieve.

  Hay también pedazos que faltan, bloques con inscripciones que algún bárbaro depredador se llevó como recuerdo o “souvenir”. Y no  faltan los “aportes modernos”: inconscientes visitantes que quisieron sumar su arte, dejando grabadas sus iniciales. Una evidencia de que hay que redoblar la guardia para proteger este importante patrimonio.

  Subiendo por un sendero se llega a una especie de gruta, donde hay otra serie de grabados. Más figuras extrañas, una espiral y un símbolo que se parece a la representación del Sol. Y nidos de avispas que revolotean amenazantes, como si fueran los guardianes de tan antiguo misterio.

Mensaje a descifrar

  Investigadores como el francés Jacques Mathieu, el paraguayo Vicente Pistilli, el experto de la Epigraphic Society, Jim Woodman, y Nicolás Deyon, han trazado diversas hipótesis sobre los grabados de Ita Letra, al igual que los petroglifos hallados también en los cerros del Amambay.

  La idea más generalizada es que habrían sido hechos por navegantes vikingos que llegaron a América siglos antes de Cristobal Colón, aunque no se descarta que pudieron haber sido realizados por los primeros guaraníes, aunque no se les conozcan formas de escritura.

  Mas recientemente, el programa  televisivo “Enigmas”, emitido por Canal 13, deslizó la fantástica teoría de que las inscripciones fueron realizadas por visitantes extraterretres, y que encierran un mensaje sideral, clave para la humanidad.

  “Todas son hipótesis, ya que no se cuentan con suficientes datos para una conclusion final. Por sobre todo, los petroglifos en Paraguay establecen un reto para los científicos ortodoxos, por la  posible relación que se les atribuye con orígenes tan dispares como célticos, vikingos, ogam, norrés, futhark y finalmente escritura arábiga”, sostiene Marcelo E. Wames, en su estudio “El proto-guaraní en el Paraguay: Ita Letra, el misterio de un mensaje”.

Camino abierto al turismo

  “Ita Letra es el principal atractivo que tiene la región y para nosotros es el eje de un plan de promoción turística que empezamos a desarrollar”, dice Luis Ramírez, presidente de la Asociación de Guías de Turistas del Guairá, conocida como “Karumbe Extreme”.

  Jóvenes de Villarrica, Colonia Independencia y la misma compañía Tororó forman parte de esta organización, que junto a la Senatur y la Municipalidad de Villarrica, con apoyo de la Agencia Española de Cooperación Internacional (Aeci), están iniciando un proyecto para incentivar el turismo en todo el departamento.

  “Ita Letra es un enigma que hasta hoy no tiene respuestas. Los técnicos que lo estudieron no se ponen de acuerdo sobre el verdadero orígen de las inscripciones, pero ese mismo misterio atrae a los visitantes. Además, se dice que el famoso Tape Aviru, el camino por el que transitaban los indígenas guaraníes en busca de la tierra sin mal, pasaba por aquí”, explica Luis.

  Por ahora falta de todo. Aparte del pésimo camino, en Tororó no hay lugares de hospedaje ni restaurantes, apenas pequeños almacenes o despensas con servicios muy básicos. Pero los Fernández permiten que los turistas puedan acampar en carpas en su amplio y limpio patio, y los miembros de ”Karumbé Extreme” ofrecen visitas guiadas desde Villarrica, organizadas especialmente para cada ocasión. Se puede consultar datos a los teléfonos 0541-43274 o 0983-453821, con Luis Ramírez.

Fotos: Rudy Lezcar. Apoya Senatur

 (x) Cortesía de del diario ÚLTIMA HORA (Revista), sábado 30 de diciembre de 2006 (Asunción, Paraguay)

”La Catedral”

(Ignacio Ñunez Soler)

Arte y espectáculos

Importante hallazgo de un antigüedad musical

”F.B. Guaraní”, la más antigua evocación deportiva (x)

  Escasa  es la investigación y compilación en material musical (musicología). El Dr. Juan Max Boettner realizó el ensayo más importante hasta hoy de los distintos procesos musicales que se fueron propiciando en el Paraguay colonial y la república independiente. Una infinidad de aspectos quedan aún por desvelarse, ya que están en su abstracción sempiterna. Por ello, cuando nos encontramos ante esta situación, nos regocijamos porque los melómanos paraguayos podrán unir algunos “cabos sueltos” que aún perduran a granel en el proceso histórico de la música paraguaya.

  por: Alberto Candia

alcandia@abc.com.py

  En medio del deleite que implica el rescate de los elementos históricos y biográficos sobre el Paraguay y que estuvieron a punto de perderse de por vida por la fatídica inercia generacional, nos damos el lujo de dar a conocer con total normalidad y como “noticia del presente“ un sintético perfil del más importante maestro italiano, formador académico de una camada de autores y compositores paraguayos que hoy representan los verdaderos símbolos de nuestra música popular.

  Dormida en el más profundo sueño

  Las partituras encontradas se hallaban  diseminadas entre las nietas y bisnietos del celebrado compositor, proviniendo de los baúles antiguos de la familia que contienen parte de la herencia familiar de Lucila y Lelia Pellegrini. El hijo de esta, Eduardo, guitarrista y ceramista consustanciado con nuestras ideas, colaboró generosamente para lograr el objetivo de ubicar las distintas creaciones del gran maestro italiano. A pesar del tiempo transcurrido, todas las partituras se encuentran en buen estado de conservación, gracias a lo cual se puede observar nítidamente la optima caligrafía musical de Nicolino Pellegrini, materializada con pluma y tinta china de la época.

  A la marcha “Foot Ball Guaraní” solo se la nombraba como parte de sus probables creaciones en diferentes textos musicales. Después de 100 años nadie tenia conocimiento de su existencia real porque jamás se la oyó en estos tiempos, no se vio partitura alguna de la misma y por ende no se la grabó. Ni la Banda de Policía cobija esta obra en sus archvos, la única que posee nuestra tradicional agrupación es la obra ”Capricho Paraguayo”. Si nadie la “tocó“ más –probablemente- es porque ningún maestro le dio la debida importancia por tratarse simple y llanamente de una “marcha deportiva“ o de un “musical invocatorio”.

   Escasa difusión y olvido de “F.B. Guaraní”

  Solo el propio autor –aborigen de rancia estirpe- la incluyó en un programa para su estreno musical, dejando escapar sus melodías para posteriormente ser interpretadas de nuevo en los años 1921 y 1923, ocasiones en que el club obtuvo sendos campeonatos. Después nada, pasó a dormir un profundo sueño y más aún después de fallecer el autor en el año 1933.

  Ante la problable desaparición de esta partitura hemos ido atando cabos e hilando acontecimientos hasta descubrirla. Nos basamos en la relación de los distintos procesos de la fundación institucional, abocándonos a intentar ubicarla “en medio de un pajar”. Felizmente encontramos “la aguja”, estaba allí en el centro mismo del montículo, intacta. La orquestación está completa y existe también un versión para piano.

  A interpretar, grabar y difundirla

  El club Guaraní no posee una producción propia de sus invocaciones como lo tiene Olimpia, Cerro Porteño y Libertad. Es un descuido asociativo imperdonable, los directivos poco o nada se han ocupado de los valores intangibles, pertenecientes a la institución misma. A lo largo de su historia, varios compositores dedicaron sus creaciones al club como el arpista Daniel López, cuya obra la grabó Luis Alberto del Paraná, el guitarrista Quemil Yambay quien también la grabó, el violinista Saverio Ricciardi que con la letra de Gerardo Halley Mora crearon lo que hoy es la identificación del club “Legendario Guaraní” grabado por varios intérpretes, el maestro Juan Carlos Moreno González cuya producción aún se encuentra inédita y otras más que deben ser re-grabadas para renovarlas y adaptarlas al nuevo siglo.

  Ahora aparece esta composición prácticamente inédita por el paso del tiempo y que por su naturaleza misma es la “niña bonita” de las obras dedicadas a la institución. Guaraní requiere imperiosamente de una manufactura propia para aglutinar todas las obras por ella inspiradas y presenter a su afición la querencia hecha música.

(x) Gentileza del diario ABC COLOR , lunes 31 de diciembre de 2007 (Asunción, Paraguay)

Acerca del  libro: Música y Músicos del Paraguay, de Dr. Juan Max Boettner.

ACOTACIÓN DE FA-RE-MI: Este libro se imprimió por primera vez en el año 1956 (Edición de APA; Autores Paraguayos Asociados y del propio autor); y luego de 41 años, en el mes de Mayo de 1997, se volvió a reeditar por iniciativa de Bernardo Garcete Saldívar, por expresa autorización de los herederos del Prof. Dr. Juan Max Boettner.

En el mes de febrero de 2008, se imprimió la 4a. edición de valioso libro.

 Más información recabar a: arpapu@yahoo.com

El libro tiene 296 páginas,y mide: 17,5 x 25 cent.

Vende y distribuye:
Librería SERVILIBRO, 25 de mayo y México (Plaza Uruguaya); Asunción, Paraguay.
Telefax: (595-21) 444 770- Celular (0981) 415 615. E-Mail: servilibro@highway.com.py
WEB: www.servilibro.com.py

Memoria viva

Guyra campana

Guyra Campana - Ave nacional del Paraguay

por: Mario Rubén Álvarez

Poeta y periodista

(alva@uhora.com.py)

  El guitarrista Cayo Sila Godoy afirma que la música de Guyra campana es del músico y compositor de Caazapá Carlos Talavera. ¿En qué se basa sus afirmaciones?

  Su argumento está en unas amarillentas hojas que el maestro exhibe en su domicilio de Villa Aurelia, Asunción. En el texto, con su firma de puño y letra, fechado el 22 de febrero de 1951, el poeta y músico Félix Fernández le autoriza a Sila Godoy a buscar un editor para el poemario que acompaña al documento. En el listado, con sus letras originales, escritas a máquina, están los versos de Cerro Corá, Che trompo, Vy´aÿ jave, Ñe´ë karë, Ñasaindýpe, Ñande (sic) aramboha, A lo valle, ciegomi, Kokueyguára purahéi y Che rendumi María Ana.

  Sin ignorar  el valor de los escritos, uno en particular es de gran relevancia para establecer la paternidad de la música de Guyra campana. En la poesía que el poeta itaugüeño, integrante de la Banda de Policía, figura: Música de Carlos Talavera. Abajo, luego de su firma –como lo hace al final de cada un de sus obras-, está el año de creación de 1931.

  ”Es evidente que esa letra está escrita en base a la melodía que Carlos Talavera probablemente le pasó. Al cantar, cuadra perfectamente en la métrica musical de Guyra campana”, sostiene Cayo Sila Godoy, cantando parte de la primera estrofa.

  ”Félix Fernández era una persona íntegra, que no iba a poner un dato si no le constara en realidad o si el autor no le hubiera dicho que era suyo. Si en 1951 –después de haber pasado varios años de la creación de la melodía, que tuvo que haber sido a fines de la década de 1920- seguía sosteniendo lo mismo, es por algo”, añade.

  El concertista pasa luego a Buenos Aires ciudad en la que residió durante muchos años, desde 1945. Y saca a relucir la figura de Ampelio Villalba.

  ”Éste aprendió las dos partes de Guyra campana de su autor, Carlos Talavera. Ellos tocaban y andaban juntos. Eran compueblanos, amigos y, para más, músicos. Ampelio, por problemas que tuvo en el banco de Villarrica donde trabajaba, se fue en tren a la capital argentina. Tenía muy buena formación teórica. Yo le pasé temas como Recuerdos de la Alhambra y Capricho árabe, de Tárrega, que tocaba con solvencia. Era también buen compositor, es autor de Juana de Lara, para guitarra sola, que yo grabé. Lo conoció en Villarrica a Agustín Pío Barrios”, relata. ”El que le enseñó la obra a Félix Pérez Cardozo –prosigue- fue Ampelio. Era segunda guitarra del conjunto del arpista. Hay que reivindicar a Ampelio Villalba, porque es autor de los arreglos de Guyra campana. Lo que Pérez Cardozo hizo fue darle mayor extensión, ya que su instrumento le permitía eso. Como arreglista debía figurar también Ampelio Villalba. Al interpretar para el disco, Félix consignó solo su nombre. Para hacer justicia,se tendría que haber mencionado también al que le dio ya un ropaje diferente a la composición cuando le entregó”.

  ”Adamini, el administrador del sello discográfico Odeón, me contó una anécdota. Pérez Cardozo había concluído la grabación de Guyra campana. Como la Sociedad Argentina de Autores y Compositores (SADAIC) exigía que se pusiera el nombre del autor de la obra, el funcionario le pidió que cumpliera ese requisito. Entonces, Félix le dijo a Ampelio que estaba allí:

  -”Oje´évango ne mba´eha (Se suele decir que es tuya la obra).

-Ndaha´éi che mba´e, pero aikuaa máa mba´épa (No es mía, pero sé de quién es)- , le responde Villalba.

”Ha máa la ijara (¿Y de quien es?).

-Guyra mba´e (del pájaro)-, le replica, obviamente haciéndole una broma. Figuró en el disco como arreglo de Pérez Cardozo. A Ampelio no le importaba figurar.”

  Es imposible no preguntarle si él sabe cómo fue que Félix Pérez Cardozo llegó a Buenos Aires. ”Claro que sé”, replica con seguridad. Y empieza a contar.

  ”Pérez Cardozo, en una función patronal en Itakyry –Alto Paraná- toca las polcas Colorado y Liberal. Él, dicho sea de paso, hizo el arreglo para arpa de Colorado. Era de este partido. En el baile donde el arpista tocaba, se apagaron de repente los faroles. En la oscuridad, hubo confusión y griterío. Al prenderse de nuevo la luz, al lado de su arpa, apareció un muerto. A Pérez Cardozo le habían cortado las cuerdas del arpa. Fue apresado y enviado a Villarrica. El delegado de gobierno era de apellido Appleyard. Como no había comprobación, él no le quería pasar a la cárcel de Asunción.Entonces, le dio un poco de dinero, le hizo escoltar por dos soldados y le puso en el tren, para escapar a Buenos Aires”, termina de contar.

Guyra campana

Che réra guyra campana

guyra morotí saite

peë jacherechapáma

máichapa che rekove;

tove ku asajepyte

yvypóra tohendu

campana vaicha añete

che kú guýgui tampopu

tin tin tan tan tin tan…

Aikova pendapytépe

añopúvo mborayhu

amo ka´aguy mbytépe

ñandejára che mbou;

ikatúva pehendu

asaje pyte tini

jaire campana pu

kóicha che puraheimi

tin tin tan tan tin tan…

Ahasa ku kokuere

arriboveve vy´a´ÿ

che py´áre operere

chaño ha che  tyre´y;

che irümi ipore´ÿ

che kú ko ndajokovéi

ha upeichavove jevy

pe hendu che purahéi

tin tin tan tan tin tan…

Letra: Félix Fernández

Música: Carlos Talavera

(x)  Cortesía del diario ÚLTIMA HORA (El Correo Semanal), sábado 16 de febrero de 2008 (Asunción, Paraguay).

ACOTACION DE FA-RE-MI: En nuestra Página, en la 9.Parte del Paraguay Profundo, se puede leer un escrito del periodista y escritor, Alcibiades González Delvalle, ”Un ave sin leyendas pero con músicas”, que trata sobre el Guyra campana.

 (Ecoreserva Mbatoví (Paraguari; Paraguay)

-Fragmento-

Donde interviene la poesía

por Helio Vera

-Escritor-

  Josefina Plá explica el esfuerzo de la generación del 900 de una forma algo distinta pero no menos ilustrativa. Para la autora, no fue sino una manera de reconstruir, o quizá de construir, la literatura paraguaya. A título de hacer historia, los escritores de esta generación se pusieron a fabular. Los resultados fueron quizá pobres desde el punto de vista científico pero excelentes desde el estético. Que su trabajo haya tenido algo que ver con la historia minuciosa, como exigían los positivistas, de indiscutido liderazgo en esa época, es otro asunto.

  Le generación de 900 fue la primera que tuvo la oportunidad de trabajar con alguna continuidad en el quehacer intelectual. Soslayó la poesía, la novela y el teatro “por considerarlos superfluos o simplemente inoperantes en la tarea que específicamente le preucupó: la definición de una conciencia histórica, la elucidación de un sistema de valores universales que prestase sentido a un devenir. Era a todas luces urgente dar a este pueblo abrumado, desnortado, una fe, un ideario, un rumbo. Al hacerlo, sin embargo, estos escritores no apreciaron el valor de la literatura como promotora de esa misma conciencia, como conservadora del fondo testimonial colectivo donde se documentan clima y contenidos espirituales” (5).

  Pero esa decisión no fue gratuita. Tuvo un precio que Josefina Plá define en los siguientes términos: “Pero como desconocer o desdeñar  la literatura no basta para eliminarla o suprimirla; como en el mundo de las experiencias espirituales, como en el físico, nada se pierde, solo cambia de forma, la literatura, relegada como actividad significativas, se trasfunde solapadamente a la historia misma, comunicándole su hiperestesia, su propensión a la fantasía, su inclinación al mito (6)-

  Los escritores de esa brillante generación se encargaron de construir una nueva memoria histórica. O mejor, siguiendo las ideas de Eliade, construyeron una perspectiva del pasado que borró la genuina memoria y permitió avizorar, sin sombras ni deformaciones, la perfecta y rutilante Edad de Oro. No se crea que esta posición quedó confinada a determinadas ideologías. A su turno, todas las que están representadas en el país, desde la izquierda hasta la derecha, desde Oscar Creydt hasta Juan E. O´Leary, se fueron acomodando a esta misma corriente.

(5) Plá, Josefina, “Contenido humano y social de la narrativa” en Panorama No.8, marzo-abril de 1964, Ciudad de México, 1963, p. 86.

(6) Id.id

(x) Del libro: “EN BUSCA DEL HUESO PERDIDO (Tratado de paraguayología), de Helio Vera.

(3a.Edición; 1990) EDICIONES RP. Asunción, Paraguay

Cuento

Trompo Arasá (x)

por: Kostia

-Isaac Kostianovsky-

  Durante largas siestas tumbado  a la fresca sombra del alero, a la bartola, apoyada la nuca al muro despellejado y barrigón, y la barbilla al pecho, Simeón esculpía cuidoso y paciente, con su cuchillito también de su industria, aquel pesado hostil trompillo de guayabo, propio, por su impenetrabilidad, para un trompo reñidor, un trompo paraguayo de aguda púa y retobada superficie, siempre airoso en ls contiendas del cele.

  Con paciencia de orfebre terminó una tarde el tallado, afiló el hierro y corrió a la calle al encuentro de rivales. Y debutó bien; dejando en el corral varios proyectiles destrozados y maltrechos ante la envidia de sus contendores a los que había dado cuenta de su puntería y de la calidad del juguete que todos comenzaron a ponderar generando el orgullo del artista.

  Era Simeón un adolescente y fornido campesino, de tostada piel, y cuerpo prematuramente madurado, que prolongaba su infancia frecuentemente los recreos humildes de los muchachos campesinos en los que lo destacaban su agilidad y robustez. Estaba consagrado el moqueteador más arisco y temerario, su barrilete fué siempre el más hermoso y gallardo; era en la pelota el más diestro y una luz en la “cuarta y quema”.

  Su trompo renovaba sus prestigios. Se lo veía arrojarlo violentamente al suelo, mirarlo caer girando llorón como un barreno sobre la tierra dura, recogerlo ágilmente con la palma de su mano, y acercarlo al oído para escuchar el zumbido de su bailar monótono.

  No lo trocaría por dinero alguno. Muchos habían intentado cambiárselo, muchas y tentadoras fueron las ofertas pero Simeón no se deshizo de él hasta la tarde en que Ana de Jesús, la niña más linda, preludio de la beldad del lugar, con graciosa coquetería, le extendió la manecita pedigüeña.

  Al muchacho se le encendieron los cachetes, bajó los ojos y vió el piesecito descalzo de la niña dibujando su impaciencia en la arena.

  -Tómalo- le dijo en guaraní, parco y conmovido, sin reflexionar en el valor que para él tenía aquella alhaja. Ella premió su desprendimiento con un mohín acariciante que turbo su adolescencia, abriendo una extraña grieta en su espíritu.

  Volvioselo a ver desde entonces varias siestas sentado el alero amable, con la vista volcada sobre el cuchillo que se empeñaba en dar forma a un nuevo trompo.

  Este no le salió tan lindo. Extraño pensamientos distraían su atención mientras lo elaboraba. Era menos dócil a su puntería y tenía una queja distinta, menos musical.

  Fue por esto que recogiera inseguro al desafío de José Antonio, un vecino de su edad que muchas veces le disputara sus prestigios.

  Cuando éste arrojó su trompo ofreciéndolo al disparo de su contendor, Simeón quedó como petríficado: El “cele” era el suyo, el duro y bailador que regalara a Anita.

  Su sorpresa, frente al doble rival que lo contemplaba con altanera suficiencia, trócose en indignación y fiebre. Sacó su trompo, envolvióle prolijamente el piolín y, con prestadas fuerzas, lo arrojó certero y  de punta sobre lo que fue su obra magistral, su amoroso obsequio.

  José Antonio vió saltar el “cele” en dos pedazos. En Simeón, mayor que el júbilo o la sorpresa por la hazaña, fue el dolor de aquel doble desengaño. Recogió su proyectil, triste y displicente, y se alejó en la cabeza gacha ante la atónita mirada del contricante.

  Próximo a su casa la casualidad lo puso frente a Ana. La miró serio y despectivo, y, sacando del bolsillo su nuevo trompo, se lo ofreció en el mismo tono:

-No quieres este ?

Ella comprendió el sarcasmo y bajó los ojos avergonzados, acaso arrepentida. Pero él aún desconocía el perdón. Su indignación maduró en rencor, en odio.

-Tómalo! Este también es tuyo!- le gritó arrojándolo violentamente a la cabeza de la ingrata que se desplomó con un gritó y la frente manando sangre.

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  Esto sucedió en Caazapá hace doce años. De Simeón sé que murió en la guerra. Ana de Jesús vive: es la más linda del pueblo, a pesar de una ya casi apagada cicatriz que le ensombrece la frente y los recuerdos.

(x)  Gentileza del diario ÚLTIMA HORA (El Correo Semanal), 26 de diciembre de 1981 (Asunción, Paraguay)

ACOTACION DE FA-RE-MI: Escuchar a Rudi Torga, recitando la poesía: “Che trompo”, de la autoría de Félix Fernández. Hacer click en: “Escuchar músicas paraguayas“ en esta Página.

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OSCAR ESTEBAN CLERICI (x)

“Un buen amigo es más que un hermano”

Oscar Esteban Clérici: Entrañable amigo del maestro José Asunción Flores. Convirtió el sueño del creador de la guarania en realidad, al editar su primer disco Guarán. En conversación con ABC Revista, recordó las peripecias y las alegrías vividas junto al genial músico.

  Su entrañable amistad con el maestro José Asunción Flores tuvo sus comienzos en tiempos de persecuciones, en tiempos de sueños, de amaneceres hermosos y victorias compartidas. “Ambos militábamos en el Partido Comunista Paraguayo”, revela Clérici a ABC Revista. Marcamos cita para un lunes a la mañana, aunque luego la pasamos para la tarde porque iba a ir al camposanto a llevar flores a la tumba de su señora, en el primer aniversario de su partida.

  Luego de un paseo entre ríos y ríos llegamos hasta el Aquidabán. Es la calle de su casa. Allí charlamos en medio de libros, fotos y más fotos de su querido amigo Flores. Y bajo la atenta mirada de Capitán, quien daba gruñidos amenazadores ante los flashes de nuestro fotógrafo. En realidad comenzamos charlando de cuando vivía en la ciudad de Alberdi y donde se recibió de contador, profesión que le sirvió como medio de subsistencia y para concretar sueños, como el primer disco de Flores que se llamó Guarán.
Pero vayamos por parte.

Oscar Esteban Clerici

El maestro José Asunción Flores

  En el 47 emigró al vecino país donde vivió durante 50 años y donde se reencontró con Flores, forjando así una amistad a toda prueba. “Era un hombre cabal, inteligente, preparado... un gran amigo, con firmeza en sus ideales, un gran revolucionario”, dice al recordarlo. Estando en Buenos Aires, no pasaba un día sin que se vieran. En esas largas conversaciones siempre hablaban de Paraguay, de la justicia, de la libertad y de su más caro deseo: Grabar sus obras. “Si me llego a morir sin grabar mi música y difundirla, mi música muere conmigo”, reiteraba una y otra vez.

  “Su gran sufrimiento era volver a su tierra y continuar con la producción de su música, pero como aquello no era posible, soñaba con un disco para dejarle a su pueblo”. Ante este anhelo, Clérici le propuso ir hasta la RCA Víctor. Allá fueron. En la famosa discográfica, luego de escucharlos atentamente, le explicaron que lamentablemente iba a ser imposible la grabación porque eran una empresa y como tal debían ganar dinero y no perderlo. “Con esto no quiero decir que con lo suyo perderíamos, pero seguramente -desde el punto de vista comercial- no sería rentable”, había dicho el gerente. Aquello obviamente lo desanimó, aunque no se dio por vencido. Hablaron de otro sello, Odeón.


  Nuevamente fueron hasta el lugar, con la misma idea y con la misma respuesta: un NO rotundo. Sin embargo, dichas negativas, lejos de conformar a Clérici, lo avivaron y sin titubear se ofreció a editar el disco tan ansiado por el maestro Flores. “En aquel tiempo trabajaba como exportador, así que algo tenía ahorrado y aposté por lo que creía absolutamente válido”, expresa. Clérici no se equivocó.
Fue la mejor apuesta de su vida. El autor de la guarania no lo podía creer. “Añete piko ere?”, cuenta que repetía.

 
Y fue en serio. Inmediatamente tomada la decisión, visitaron la Asociación de Músicos de la Ciudad de Buenos Aires para pedir presupuesto. Llegó el gran día. La grabación finalmente tuvo lugar en los estudios de la RCA Víctor y con un lleno total. Estuvieron Armando Bó e Isabel Sarli, grandes figuras de la época. Si bien la grabación se realizó en la mencionada discográfica, el disco salió bajo el sello Guarán, registrado a nombre de Clérici. Fue idea de Flores, ya que el objetivo era recuperar el capital para seguir grabando las otras obras. Lamentablemente no pudo concretarse por los constantes viajes del compositor y también por su enfermedad cardiaca, consecuencia del mal de Chagas.

  Pero ahí no queda todo lo que nuestro entrevistado hizo por su gran amigo. Trabajó intensamente por la repatriación de sus restos y por erigir un monumento en su honor. “El buen amigo es más que un hermano”, expresa y se enjuga las lagrimas con pañuelo, detrás de los anteojos.
Se explayó al hablar de Flores. Concordaban en que “la cultura ante todo hay que vivirla”. El lo sigue haciendo con intensidad. Ahora está trabajando en un libro de Hérib Campos Cervera. “Con este libro va a renacer este talentoso paraguayo”, adelanta.

  La presentación se va a realizar el próximo mes en la Secretaría Nacional de Cultura.
Llegó el final de la entrevista. Tomamos algunas fotos más. Posó firme, con el pecho henchido. Como debe ser. Lleno de orgullo. Porque su contribución a la cultura es invalorable. Porque concretó un sueño sin pensar en premios ni galardones. Porque hombres que hacen todo por un amigo, por un país... quedan pocos.

Nancy Duré Cáceres

(x) Cortesía del diario ABC COLOR (Revista); Asunción, Paraguay, Domingo 06 de Abril de 2008