42.PARTE

Matiza el sol con oro el barrancal

alza su canto el Alto Paraná

con el vigor de su salvaje y largo andar

las nubes se desatarán y el aire sangrará

su ofrenda de azul en tan grandioso altar”. –1-

(-1-De la canción: Alto Paraná.

L: Marilý Morales/M:Herminio Giménez)

DEL PARAGUAY PROFUNDO

OPINION

”LA MOMIA DEL CACIQUE” -1- (x)

por: Carlos Salcedo Centurión

-Investigador-

crscenturion@gmail.com

En base a una publicación, hubo un hallazgo de datos novedosos de Agustín Barrios, Mangoré, y una obra inédita compuesta en Puerto Rico, en 1937.

  En el contexto de los 20 años de la caída del dictador Alfredo  Stroessner quiero compartir con los lectores una investigación sobre el eximio guitarrista Agustín Barrios, que coincidentemente – y de manera profética- hace referencia a la fecha de 3 de febrero, Día de San Blas, un día importante en la conciencia colectiva del país. Es la historia de una obra inédita y perdida de Barrios Mangoré, compuesta en Puerto Rico, acompañada de una poética leyenda con el mismo título de la obra ”La Momia del Cacique”.

  La historia  comienza en enero de 1937, cuando Agustín llega por primera vez a la isla caribeña y es recibido por la prensa, artistas y la élite de la sociedd. Entre ésta, la periodista y poetisa Isabel Cuchi Coll (1904-1993), quien realiza una larga entrevista a Barrios y lo oye en el concierto que ofrece en el Teatro Paramount, el 26 de enero. Poco después Cuchi Coll publica en la revista cultural Puerto Rico Ilustrado (febrero de 1937), junto con una foto inédita de Agustín en su disfraz de Cacique Mangoré dedicada a Isabel Cuchi Coll, un artículo extenso, en la cual ofrece sus impresiones del artista y un resumen de la leyenda de la Momia relatada por Barrios. Dice la periodista:

  “San Juan ha servido de cuna a una de sus más bellas composiciones: “La Momia del Cacique”, trozo muical  engendrado en una de nuestras templadas noches tropicales, que inspirara a la mente del compositor, el construir esta leyenda india sobre un episodio de la Conquista. “…guardaba el Fuerte de Santi Spiritus el capitán español Sebastián Hurtado, a quien acompañaban 40 soldados y su mujer Lucía Miranda, una española bellísima. El Cacique Mangoré, jefe de las tribus de la Comarca, se apasionó perdidamente de la esposa de Hurtado, de Lucía Miranda…,a quien intentó requerir de amores sin conseguirlo. Entonces formó el diabólico plan de conquistarla por la violencia, para la cual se unió a sus soldados y atacó al fortín. Hurtado sucumbió atravesado por los flechazos y Lucía Miranda fue quemada viva…Cuenta la leyenda india que es fama que las tribus guaraníes, en premio al egoísmo indómito del Cacique Mangoré momificaron el cadáver del Cacique…Y fama es también que la noche del 3 de febrero, Día de San Blas, patrono del Paraguay, y en cuya noche tuvo lugar el sangriento episodio, existe la supertición india de que la Momia del Cacique cobra vida…”.

  Termina Cuchi Coll  diciendo: “Narrando el motivo de la Momia, Mangoré va recobrando su  expresión indígena, y al terminar, tal vez por el influjo de la misteriosa leyenda, el indio, en su lenguaje guaraní, comenzó a recitarme versos”.

Comentarios sobre  la obra y la leyenda “La Momia del Cacique”

  Investigadores de la vida y obra de Barrios Mangoré, reconocen que existen muchas obras del artista que siguen en el olvido, perdidos en la historia. Seguimos en busca de éstas y las acompañantes anécdotas, con la intención de ir dando más forma a lo que fue una vida itinerante y bohemia de uno de los más universales de la cultura latinoamericana. El descubrimiento reciente del artículo de Isabel Cuchi Coll representa un hallazgo de otro importante fragmento de lo que fue una vida errante. El Centro de Proyectos Barrios Mangoré está en contacto con las autoridades culturales en San Juan, Puerto Rico, con la intención de encontrar un registro de esta obra inédita.

-1- Director, Centro de Proyectos Barrios Mangoré

(x)  Cortesía del diario ÚLTIMA HORA (El Correo Semanal), sábado 7 de febrero de 2009 (Asunción, Paraguay)

ACOTACION DE  FA-RE-MI: Más información sobre Agustín Pío Barrios, hacer click aquí.

Memoria viva

La canción del mimby (x)

       por: Mario Rubén Álvarez

Poeta y periodista

(alva@uhora.com.py)

 

Emilio Bobadilla Cáceres –nacido en la compañia

Cero Verá, distrito de Pirayú (Departamento Central),

El 3 de marzo de 1907 y fallecido en Asunción el

21 de marzo de 1979- es uno de los compositores

más prolíficos de la música paraguaya.

Emilio Bobadilla Cáceres

  Si bien se llevan las palmas las creaciones que comparte con el poeta pilarense Carlos Miguel Jiménez, hay otras  que no se quedan atrás cuando se trata de una competencia pareja en belleza entre letra y melodía. La cancion del mimby es una de ellas.

  Como el autor del poema convertido en guarania por Bobadilla Cáceres figura Juan Cristóbal Balbi. Quién es este autor que aparece al lado de uno de los grandes de la música paraguaya ? Su espléndida letra revela un dominio de los dos instrumentos que maneja: el castellano y el guaraní. La pertinencia de los vocablos que utiliza –en ambas lenguas- lo muestra como alguien versado en el oficio de escribir. Su obra es un delicado compuesto – por la narración que hace- que rompe el esquema tradicional del octosílabo y recurre a las rimas asonantes o consonantes para los versos en español. Su tono es solemne y se abre a ratos a la denuncia.

  La indígena toca el mimby –flauta de takuapi, una variedad de bambú de nuestro país- y en tono a esa acción gira cuanto expresa Juan Cristóbal.

  “Ni el propio don Emilio supo nunca quién era”, fue la respuesta que, de entrada, dio el investigador de la música paraguaya Elpidio Alcaraz Segovia. “Yo le había preguntado porque deseaba saber quien era el que firmó junto a él en esa composición”, acota. “Lo que me dijo es que cierta vez, en Buenos Aires, alguien le indicó a Balbi que yo era Emilio Bobadilla Cáceres. “Ajehechauka chupe (fui mostrado a él), me contó, y el hombre se dirigió hacia él. Poco fue lo que se dijeron. El poeta le entregó el poema y desapareció del lugar. Nunca más volvieron a verse”, recuerda Elpidio.

  ”Bobadilla Cáceres le gustó tanto la poesía que en el mismo momento de leer por primera vez ya le iba poniendo la música. Cuando llegó a su casa, luego de haber recibido el papel de manos del desconocido, ya estaba terminada la música”, sigue contando.

  La creación tuvo que haber sido de mediados de la década de 1940. Por entonces, los hermanos Cáceres –Emilio y Cristóbal- vivían y desarrollaban su arte en la capital argentina.

  Un manuscrito en poder de Alcaraz Segovia da una pista para ubicar La canción del mimby en el tiempo.

  “El que suscribe, Juan Cristóbal Balbi, con domicilio en la calle Tucumán 3068, en la ciudad Rosario, provincia de Santa Fe, por la presente autoriza suficientemente al señor Emilio B. Cáceres a grabar en discos los versos titulados (sic) “La canción del mimby” del cual es autor”, dice la autorización que lleva fecha del 26 se setiembre de 1945.

  “El escritor era paraguayo o argentino, del área linguística guaraní como Misiones o Formosa? “Para mí que tuvo que ser paraguayo por lo bien que maneja nuestro idioma autóctono”, conjetura Alcaraz Segovia.

  “Los que grabaron la obra fueron, en primer lugar, Los Indios, bajo la dirección de Juan Alfonso Ramírez, para el sello Fontana, de Holanda, según una referencia que da el propio Bobadilla Cáceres en un número de la revista Ysyry. También llevaron el tema al disco Albrto de Luque, Las Voces del tiempo, Lito Ortiz y Cristino Báez Monges, con Demetrio Paredes y Angel Piñánez”, concluye el investigador.

La canción del mimby

Ceñida a la frente radiante corona, la reina morena

viene de la selva con regio atavío, jepe ipy nandi.

En sus labios trae el canto soberbio que en noches serenas

fluyen de las sierras, muros gigantescos indoguaraní.

 

Sobre  una mullida gramilla verdosa la reina se sienta

y una dulce cuita conjuga en el verbo de su purahéi;

la lira exquisita dormida en su alma, despierta, se agita,

y exhala eufonía de un raro instrumento, creación de te´ýi.

 

Su música alada es canto y es llanto que en las alboradas

brotaron suaves, en notas sedantes de su takuapi:

copió  de natura rumores de selvas, murmullos de aguas

que en graves arpegios evocan nostalgias de indoguaraní.

 

Traduce en su rostro profunda tristeza, signo de su raza

que en su musa vibra al son de su alma ndovy´aihague:

padece torturas porque le dijeron que está esclavizada

la tierra del indio y preso el cacique peteí ko´é.

 

Es india en su sangre la reina morena de cuerpo flexible

cubierto con plumas de garzas, gua´a y kuarahy mimby.

su herencia de arte traduce arrancando, canto inconfundible,

del raro instrumento de sedantes notas que llaman mimby.


Letra: Juan Cristóbal Balbi

Música: Emilio Bobadilla Cáceres

 

(x)  Gentileza del diario ÚLTIMA HORA (El Correo Semanal), sábado 10 de enero de 2009 (Asunción, Paraguay).

 

ACOTACION DE FA-RE-MI: En esta Página Digital se puede leer una breve biografía de Juan Alfonso Ramírez.En esa corta reseña, escribimos, entre otras consideraciones, lo sgte.:

Enseguida Los Indios graban un LP, para Fontana, ya clásico, el legendario Maravilloso!, y que efectivamente, quedó para la historia de la música paraguaya por el impacto notable  que llegó la grabación, la calidad sonora impecable y el respeto a la esencia genuina de las obras musicales interpretadas, donde la obra musical La Canción del Mimby brilla con luces propias. Fue, podemos decir, el real comienzo de una carrera imparable que llevó al conjunto a conquistar los escenarios más exigentes de, prácticamente, los cinco continentes”.

 

 


Toda la gracia y la belleza de la mujer paraguaya, en la presencia de la cantante Chinita Montiel, puntal del conjunto Los Indios, creado y dirigido por su esposo, Juan Alfonso Ramírez

ENTERESE

Un astrólogo en San Ber (x)

Don Walter Bauer fue un célebre astrólogo que vivió en San Bernardino en el siglo pasado. Había nacido en Gütemberg, Alemania, en 1887, en el seno de una familia de banqueros.

  Desde niñose sintió atraído por la astrología, a la que se dedicó con entusiasmo. Publicó
varios libros sobre el tema y en 1907 viajó por varios países de Europa y Oriente (En Arabia predijo acertadamente el hallazgo de una rica veta petrolífera, lo que le valió importantes obsequios de un califa).

  Estudió filosofía oriental y luego vino a América. Recorrió varias provincias argentinas viviendo como ermitaño.
En 1924 llegó al Paraguay, se instaló en el Jardín Botánico y, en 1928, se radicó definitivamente en San Bernardino.

 
Fue famoso por las predicciones que hacía, cumplidas casi con exactitud.

  Algunas de sus predicciones fueron al coronel Arturo Bray: “Cuídese del 21 de diciembre”. Ese día el mayor Joel Estigarribia tomaba el Parque de Guerra en heroica, aunque inútil, tentativa de reconquistar el poder para el franquismo.

  Al presidente Estigarribia le aconsejó que suspendiera definitivamente sus vuelos en avión (poco después falleció en un accidente aeronáutico); al aviador y escritor francés Saint Exupéry, que lo había visitado, le había dicho que su fama trascendería más por el arte que por sus condiciones de aviador. Tan certeras eran sus predicciones que la frase “Ya lo dijo Bauer” se volvió célebre.

  Walter Bauer vivía recluido en una choza oculta por altos follajes. Poseía muchos libros e instrumentos para consultar los astros. Vivió acompañado de gran cantidad de gatos y falleció a finales de los años 60.

Luis Verón (surucua@abc.com.py)

(x) Cortesía del diario ABC COLOR, 1 de marzo de 2009 (Asunción, Paraguay)

LIBROS

Una caída anunciada: La expulsión de los jesuitas (x)

por: Dr. Pedro Gamarra Doldán

-Investigador-

  El libro Una caída anunciada…, de Fernando Aguerre, basa el análisis de los bandos jesuitas y antijesuitas, previos a la resolución de expulsión.

  Hace unos meses, en la Academia Paraguaya de la Historia, el Dr. Fernando Aguerre Core, Doctor en Historia  por la Universidad de Sevilla, España, y Secretario Académico de la Universidad de Montevideo, Uruguay, presentaba en el país una voluminosa y valiosa obra titulada: Una caída anunciada. El obispo Torre y los jesuitas del Río de la Plata (1757-1773), de casi cuatrocientas páginas imperdibles, con el respaldo no solo del currículum del autor, uruguayo y prolífico investigador en España, Paraguay y ambos márgenes del Río de la Plata, sino del hecho de que el libro procede del sello editorial Linardi y Risso, librería y casa de cultura montevideana, amparo y reparo de la cultura latinoamericana.

  Contraria a la lectura europea y masónica

  El libro podría pensarse en su inicio, es una repetición manida de la ilustración europea, masónica y la consecuente  expulsión de la Compañia de Jesús de Portugal y Colonias, en 1750, luego en Francia y Colonias, en 1761; para ocurrir la dejación de España e Indias, en 1767, bajo el gobierno de Carlos III, que en su resolución la tomaba por razones de real conciencia.

  Por lo contrario, en una extensión rica y debidamente documentada, basa el análisis de los bandos jesuitas y antijesuitas, previos a la resolución de expulso, en torno a la vida de Don Manuel Antonio de la Torre, de preferencia en sus momentos iniciales, como Obispo del Paraguay, y luego en Buenos Aires.

  En torno a la vida episcopal de dicho obispo, y las increíbles recorridas hechas por el mismo en sus funciones territoriales ocasionales, aprovecha el autor para narrar la vida, vivencias y costumbres de las respectivas zonas religiosas, sino para imponer, a través de ello, la situación terrenal y espiritual de sus gobiernos religiosos, y de la influencia ya palpable del iluminismo europeo en esta zona de América, y del gobierno altamente alzado y apenas sojuzgado a la voluntad de las respectivas monarquías, sus hombres y sus leyes. Fernando Aguerre no es un historiador de tendencias, se denota bien su profesionalismo, en las citas, en las transcripciones y en las opiniones que da. No abraza partido, pero expone, como ningún otro, el fenómeno del siglo XIII, en el Río de la Plata y adyacencias, como zonas donde la política de las cortes europeas, la compraventa, de hombres y voluntades, iban llevando una caída anunciada.

 Libre de facciones

  El libro, realizado con corrección, libre de facciones, y con la debida documentación de soporte, detalla con interés  no solo el hecho en lo acontecido, sino la vida durante casi una década en la Gobernación del Paraguay, a través de la ”Razón” qu ésta clama, permanentemente al Rey y al Consejo de Indias. Ojalá en otra oportunidad este magnífico escritor oriental publique y comente in extenso ese texto, que no era conocido en nuestro medio, como tantas otras cosas.

  El libro permite también conocer la vida religiosa, a la Iglesia Católica, en la pobre Gobernación del Paraguay, y deja entrever, en algo, los anuncios de los reclamos que harán más tarde emancipadas colonias de España.

  El libro de Aguerre tiene, pues, no uno, sino ya varios anuncios.

(x) Gentileza del diario ÚLTIMA HORA (El Correo Semanal), sábado 31 de enero de 2009 (Asunción, Paraguay). 

Valenzuela ( Departamento de Cordillera-Paraguay); considerada como

la “capital de la Piña” (Ananá)

Bioy Casares, su amor al Paraguay y a Roa Bastos

En enero de 1990 tuvimos el privilegio de visitarlo en su amplio departamento de la calle Posadas y nos sorprendió su amabilidd,.

Adolfo Bioy Casares

por: Antonio V. Pecci-Periodista (apecci@uhora.com.py )

  A veces el destino nos ofrece posibilidades que pueden ser aprovechadas o no. Depende en muchos casos del azar y también de un sexto sentido que el periodista debe tener para discernir qué es lo importante en un momento dado. Hace 10 años nos hallábamos montando guardia en el sanatorio de la Fundación Favaloro, donde se hallaba convaleciente de una delicada operación al corazón el escritor Augusto Roa Bastos. La operación había sido exitosa, y acudían numerosos artistas y escritores interesados en saber cómo estaba nuestro laureado compatriota. Y había que estar atentos para hacer una nota con alguna figura relevante, como el caso de Mercedes Sosa, Eduardo Falú, Elvio Romero, Carlos Abente, entre otros. Pero, de pronto, Alejandro Maciel me comenta que al día siguiente irá a verlo a su departamento a Adolfo Bioy Casares, el destacado escritor, conocido por sus novelas y su gran amistad con Jorge Luis Borges. Desea saber cómo está Roa Bastos. Le pregunto si puedo acompañarlo, me confirma y acordamos la hora de encuentro.

  Ingresar al departamento de Bioy Casares fue una experiencia única. Ubicado en la calle Posadas 1650, ascendimos una hermosa mañana al quinto piso, donde nos recibió Lidia, su enfermera y asistente. Para llegar a su habitación había que recorrer un largo pasillo, flanqueado de varios cuartos, atestados de libros desde el piso al techo, ordenadamente. Cuando le inquirimos, nos iba diciendo: "Ésta es la sala de literatura china, ésta otra de literatura romana, ésta española, inglesa", y así sucesivamente.

  Al llegar a su amplio cuarto, bañado de un sol espléndido, nos aguardaba Bioy, de traje, sonriente, impecable. Lo que me sorprendió, ya que era uno de los tres escritores argentinos que ostentaban el Premio Cervantes, y tenía un cúmulo de distinciones internacionales. Ésta es una crónica resumida de lo que fue aquella visita.

  La habitación es su dormitorio y su lugar de trabajo, pues tiene dificultades para moverse. Cuenta con un amplio escritorio poblado de libros y anotaciones manuscritas. Inquiere a Alejandro Maciel cómo está Roa Bastos, ya que es su médico de cabecera. Y éste le informa que ha salido bien de la operación, lo que lo pone contento. Luego de la presentación de rigor, le pregunto sobre lo que conoce de Paraguay. "Siento simpatía por el Paraguay. Cuando la Guerra del Chaco sufría muchísimo cuando fue atacado, y sentí placer cuando fue recobrado su territorio", nos señala. Luego de unos segundos de silencio, veo que los ojos se le humedecen y me dice: "El Mariscal Estigarribia era amigo de mi padre y frecuentaba nuestra casa, donde lo conocí. ¡Qué gran persona!". Igual admiración siente hacia Roa Bastos, de quien afirma: "Tengo una gran amistad y me alegra mucho que se esté recuperando. Tengo ganas de ir a verlo en cuanto los médicos lo permitan". Se habían conocido muchos años atrás en Villa Victoria, la mítica casona de Victoria Ocampo, su cuñada, ya que Bioy estuvo casado con Silvina Ocampo, también gran escritora, aunque más desconocida. Gesticula con viveza, acompañando sus palabras, rezumando gran cordialidad y sin que se le noten signos de fatiga o dolor. Tiene 84 años, ha sufrido accidentes físicos y desde hace 20 años padece cáncer de huesos, , aunque él no lo sabe, me dice después Maciel. Cuenta que está terminando un libro de 1.500 páginas sobre su amistad con Borges y que planea un viaje a Europa. Aferrado a su bastón, una mano sobre la otra, como Borges, nos mira con sus intensos ojos celestes. .

  Una esquina de Asunción

  Sonriendo afirma que tiene una bisabuela de origen paraguayo. "Creo que alguna esquina de Asunción me pertenece", bromea y sonríe con una mirada pícara, la misma con la que se granjeó cientos de conquistas femeninas a lo largo de su vida.

  Le planteo si no quisiera visitar Asunción para presentar una obra suya en la Libroferia de junio de ese año. Me dice que sí, que acepta encantado ya que Paraguay es una asignatura pendiente entre los países del continente que le quedan por conocer.

  Habían pasado los minutos y no queríamos incomodar. Casi a la hora de estar ahí, llega su médico, quien hace un aparte con Maciel. Aprovecho y le hago algunas fotos y le solicito un libro suyo. Me obsequia el primer tomo de sus obras completas, con una dedicatoria en color azul, estampada con su lapicera. Le paso la mano y recibo su sonrisa de despedida. He estado con uno de los príncipes de la República de las Letras.

(x) Cortesía del diario ÚLTIMA HORA, (CORREO SEMANAL )| Sábado, 14 de Marzo de 2009, (Asunción, Paraguay).

Roque Vallejos en el recuerdo (x)

Roque Vallejos es una figura capital dentro de la poesía paraguaya.El crítico y poeta Hugo Rodríguez -Alcalá solía decir que Roque Vallejos tenía no solamente la intuición y la percepción comunes en los intelectuales y artistas rigurosos, sino una sólida formación literaria que le permitía opinar con propiedad sobre la poesía, la novela y el cuento.

  “Ah... Roque Vallejos es palabra mayor”, contaba, mientras me miraba con aire de confabulación. Yo entendía el mensaje: “En el Paraguay son pocos los elegidos para ejercer la crítica literaria”.

  Nació en Asunción en 1943 y falleció trágicamente en el mes de abril del año 2006. Fue médico de profesión y psiquiatra.

  Me comentaba doña Josefina Plá que Roque Vallejos debía estudiar dentro de un cúmulo de penalidades y privaciones, pues su madre era alcohólica y era él quien la cuidaba. Tempranamente, pues, se inició el poeta y escritor en la existencia que duele y carcome.

  Fue miembro de número de la Academia Paraguaya de la Lengua Española desde 1973 y de la Sociedad Científica del Paraguay.

  Tenía una columna que levantaba polvareda, sufrimiento ajeno, y gloria en algunas personalidades, en el diario Última Hora, allá por la década de los 80. Me refiero a “Recogiendo guantes”.

  Entre sus hermosos poemarios se citan: Pulso de sombra (1961), Los arcángeles ebrios (1964), Poemas del Apocalipsis (1969), Los labios del silencio (1986). Igualmente, es autor de dos antologías: Antología crítica de la poesía paraguaya contemporánea (1968) y Antología de la prosa paraguaya.

UN POEMA DE ROQUE VALLEJOS


PARÁBOLA DE LA RESURRECCIÓN


A la llorada memoria de mi tío Livio Pérez Garay, guía y maestro

.

 

Se ha apurado la sangre
inútilmente
desde el vacío cáliz de la carne,
se han sorteado en vano
las entrañas del hombre,
como vampiro inmenso
el cielo abre sus alas,
la tierra se desdobla
en dos maderos anchos.

Ya ha consumido el sol
su propio fuego, como un licor
para embriagar al mundo,
y en el opaco alero de su sombra
sólo el lampo del hombre.

Como un turbión de nubes
se despeña, la figura de Dios
sobre el abismo,
mientras su luz rebota
desde el fondo
como espuma hasta el hombre.

Y se ha rasgado en dos
el velo de la muerte
en la hora novena,
y se ha borrado
el límite del tiempo,
mientras la cruz vacía
se yergue sobre el mundo
el hombre se reencarna
en la madera,
y fosforece.

 

Delfina Acosta

(x) Gentileza del diario ABC COLOR (Suplemento Cultural), 22 de febrero de 2009 (Asunción, Paraguay).

ACOTACION DE FA-RE-MI: Ir al ÍNDICE GENERAL (columna de la izquierda); y se podrá encontrar varios valiosos escritos de Roque Vallejos.

La nota gráfica corresponde a una visita al creador de la guarania, en Buenos Aires.

De izq.a der: el escritor y médico, Dr. Roque Vallejos, José Asunción Flores,

el tenor Emilio Vaesken y Mauricio Cardozo Ocampo.

(Del libro: Mis bodas de oro con el folklore paraguayo, de Mauricio Cardozo Ocampo

(Asunción, 1980).

Una canción de gratitud

Capellán Paí Pérez (x)

por: Bernardo Garcete Saldívar

(farremi@hotmail.com)

El padre salesiano Ernesto Pérez Acosta con sus dos de sus ex alumnos del batallòn “Rojas Silva”; Salesianito: Luis Alberto del Paraná y Rubito Medina (Milán, Italia, agosto 1958).

  El sacerdote salesiano Ernesto Pérez Acosta, cariñosamente conocido como Paí Pérez, desempeñó un papel importante en la vida artística, y porque no también, espiritual, de Paraná. De él fue la frase feliz de que una vez le escuchó cantar ”bajo un árbol como un ruiseñor”. A partir de allí, lo incorporó inmediatamente (previo permiso de doña Jacinta, madre de Luis Alberto) como explorador (boy-scout) en el “Batallón Rojas Silva” (Salesianito), que él dirigía.

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Rubito Medina (izq.) y L. A. Paraná con el uniforme del Batallón de Exploradores "Rojas Silva" (Salesianito)

Luis Alberto del Paraná, ya famoso, abraza a su querido maestro en Ypacaraí (según el padre salesiano Carlos Heyn Schupp, quien nos faciltó la foto…), en la Escuela de Agronomía.

  El cantor nunca se olvidó de su maestro. Estando el sacerdote en Italia (agosto de 1958), fue a actuar con su conjunto Los Paraguayos en un Congreso de salesianos, gratuitamente, con gran complacencia de los congresistas, de todo el mundo, y del Rector Principal. Luego regaló a su mentor, una bandaliza (instrumentos de percusión) completa para el Batallón, con el pago de transporte hasta Asunción. Más tarde le dedicó la canción que hoy reproduzo aquí, con el nombre de Capellán Paí Pérez, que inmediatamente grabó en Philips International. (22)

Capellán Paí Pérez

(Galopa)

La nación tiene una gloria

Gloria sagrada

Hacia un patriota del Paraguay

Gran capellán heroico

Que con su lema

De Dios y patria

Almas forjó.

La inmensa labor patriota

De paí Pérez

En esta tierra

Nda´í yoyajai

Con su bendición inflama

Los corazones llena de fe

Con alma de sacerdote

Y la bravura de un militar

-bis-

Adelante batallón

Él decía sin cesar

Che aveí pe nde ndivé

Hasta el último fortín

Neike, neike lo mitá

La bandera defender

Paí Pérez ma jheí

Es la voz del capellán

Para el pobre o rico tiene

El mismo valor

Soldado o general

La selva del Chaco entero, era iglesia

Como si fuera un gran cuartel

Para un niño, es su padre

Para una madre fiel apóstol de salvación

Llegaba al pueblo entero

Con su mensaje de amor y paz

Con alma de sacerdote

Y la bravura de un m militar

Adelante batallón

Él decía sin cesar

Che aveí pe nde ndivé

Hasta el último fortín

Neike, neike

La bandera defender

Paí Pérez ma jheí

Es la voz del capellán.

Letra y Música:
Luis Alberto del Paraná
LP/Philips 840286 PY “In London” (Holanda) 1969

  El Paí Pérez fue el que bautizó al hijo de Paraná, Luis Manuel (Titi; hoy abogado…) en  Barcelona (España), siendo padrino el entonces Cónsul General, Luis Mesquita Chavarri, de feliz y respetuosa memoria de los compatriotas en Europa.

  Cuando murió el cantor, el sacedrote estaba al frente de un colegio en la localidad Carlos Pfannl, cercano a la ciudad de Coronel Oviedo. Desde allí se desplazó a la ciudad capital, con su rústico bastón y descolorida sotana. Asistió al sepelio en el Teatro Municipal, y luego en el entierro en la Recoleta (Cementario Italiano). No estaba  en la larga lista de oradores, pero a pedido de las autoridades presentes, tuvo que hablar como el último orador. Sacando fuerza de voluntad de no sabe donde, pues el octogenario ya daba muestra de achaques, y dijo unas pocas, significativas y emotivas palabras... pero no pudo terminar. (23)

  Sí, aquí se produjo el doloroso instante de que el padre entierra a su hijo, aunque más no sea espiritual, cuando, de modo natural, se espera lo contrario.

El ruiseñor había volado al infinito…-

(23) ”Recordó que fue descubridor del artista. Dijo que un día lo encontró cantando bajo un árbol, descalzo y le invitó a formar parte del famoso batallón de scout “Rojas Silva”. Manifestó que fue un auténtico triunfador, porque luchó y trabajó para alcanzar esa gloria. Señaló también que la patria lo llevó en el corazón y a través de su arte habló al mundo de su patria. La emoción no permitió al Paí Pérez seguir en el uso de la palabra”. ( Diario PATRIA, jueves 26 de setiembre de 1974; No. 6248)

(x) Del libro: LUIS ALBERTO DEL PARANA INAGOTABLE, de Bernardo Garcete Saldívar

setiembre 2004 (Asunción, Paraguay). ISBN 99925-3-373-O. Más información: arpapu@yahoo.com

-Fragmento-

Intérprete del Gualambau (x)

  DR. JUAN MAX BOETTNER. A medíados del año 1955, estando en el local de APA (Autores Paraguayos Asociados), me encontré por primera vez con esta ilustrada personalidad, médico de profesión pero ganado irremedíablemente por lo que yo llamo, modestamente, el embrujo de la música paraguaya, convirtiéndose en uno de sus mejores estudiosos. Me felicitó por la revista, y me dijo que le servía de referencia, también, para un trabajo que venía elaborando desde hacia, por lo menos, cuatro décadas! No dejaba de pasar situación alguna para indagar a fin de obtener alguna información, por más mínima que sea. En ese sentido había leído en una revista (no la nuestra) una canción, cuya música pertenecía a un tal Francisco Gualambau Barrios (no confundir con Francisco Martín Barrios, hermano de Agustín Pío Barrios; no son parientes). Lo que le interesaba al médico estudioso de nuestro acervo popular, era saber porqué se le decía Gualambau, ya que este es un instrumento musical de los indigenas. Según el libro de Boettner Música y Músicos del Paraguay: “Arco de calabaza. La calabaza sirve de caja de resonancia. El monocorde es puesto en vibración por golpecitos de la varilla”. Derivaría de otra palabra indigena como el Mbarimbau o Berimbau. En el Diccionario de la Música en el Paraguay, de Luis Szarán, señala sobre este instrumento: ”Gualambau. Instrumento de la familia de los arcos musicales indigenas, presumiblemente incorporado de otras culturas y utilizado por la parcialidad Mbyá, de los Guaraní”.

Dr. Juan Max Boettner

De izq.a der: Julio D. Sánchez,

Emiliano R. Fernández y

Francisco Barrios

”Gualambau”

.

  Un empleado de APA, (¿Antonio Recalde?), le dijo al doctor que yo como recoletano lo conocía bien a Gualambau. Efectivamente, eramos vecinos. Quedamos en que lo ubicaría, y estableceríamos el contacto. No era fácil encontrar tiempo para los dos, o los tres, si yo también iba a participar como oyente: sino especialmente la del médico, que dentro de sus multiples actividades, también era director general del Hospital Bella Vista, de tuberculosos, que está en la entonces llamada calle Luna, hoy Venezuela. Y Barrios deambulaba en forma permanente con su guitarra tras los pasos de Emiliano R. Fernández y su vecino recoletano, Julio D. Sánchez. No obstante esta situación, una tarde vino el Dr. Boettner a la casa de don Francisco, sita en la Avda. Choferes del Chaco, entre Las Delicias (hoy A. Cantero) y Lafranconi, donde uno de sus hijos, tiene hasta hoy día, una peluquería. Allí nos encontramos, y el ilustre visitante, toda humildad que irradiaba profundo respeto, anotó en un cuaderno todas las respuestas que don Francisco atinó a contestar. Le mostró además, el instrumento Gualambau que el mismo hizo para su solaz, que dijo, era una copia de lo que había visto tocar a un indigena en el Chaco. Luego de casi una hora de anema y fructífera conversación, nos despedimos y nos agradeció por el tiempo dedicado.

(x) Del libro: FA-RE-MI, TEY´ÏN Y OTRAS VIVENCIAS”; de Bernardo Garcete Saldívar, setiembre 2001 (Asunción, Paraguay). Se puede adquirir en las principales librerías de Asunción. Más información: arpapu@yahooo.com

ACOTACIÓN DE FA-RE-MI:  El texto completo sobre este instrumento:

GUALAMBAU: Instrumento de la familia de los arcos musicales indígenas, presumiblemente incorporado de otras culturas y utilizado por la parcialidad Mbya, de los Guaraní. Consiste en una cuerda tensada a un arco unido a una calabaza que sirve de caja resonancia, se producen  sonidos golpeando con una varilla, y variaciones de alturas, según se regula la tensión de la cuerda con los brazos. A inicios de este siglo se introdujo esporádicamente en los conjuntos de música foklórica.”. (Del: Diccionario de la Música del Paraguay”, de Luis Szarán (Setiembre 1997; Asunción, Paraguay).