No.46

DEL PARAGUAY PROFUNDO

Ecos del Bicentenario

14 MAYO DE 1811 (x)

  El Cuartel de la Plaza, principal baluarte del Gobernador español Don Bernardo de Velazco ya estaba en poder de los conjurados. El Alférez Mauricio José Troche, su comandante, se había plegado al movimiento y poco antes de la media noche del 14 de Mayo de 1811 el Capitán Don Pedro Juan Caballero, Jefe militar del movimiento, en ausencia de Don Fulgencio Yegros, acompañado de un grupo de patriotas amparados por la oscuridad salían por el histórico callejón para ocuparlo.

    Desde ese momento era el Cuartel General de la Revolución libertadora

  Horas después salía un oficial con sus guardias conductores de un oficio para el gobernador Velazco quien en su palacio, conocido por la Casa de los Gobernadores, velaba ya al tanto de los acontecimientos cuya marcha no podía detener.

  El oficio reclamaba  al magistrado español la formación  de un gobierno provisional el cual estaría integrado por el gobernador “que siga en su gobierno, pero asociado con dos Diputados de este Quartel que serán nombrados por dicho Quartel a su satisfacción mientras lleguen los demás Oficiales de Plana Mayor de esta Prova. (cuya vez hace por ahora este Quartel) que entonces se tratará y se establecerá la forma y modo de Gobierno, que convenga a la seguridad de esta Provincia”.

  El oficio está firmado por el Capitán Don Pedro Juan Caballero, por sí y sus subordinados. Se conserva en la Biblioteca Nacional de Río de Janeiro en la llamada Colección Río Branco, forma parte de los trofeos llevados por el Ejército Brasilero después de su entrada en Asunción 1869.

  Walter de Azevedo, el conocido publicista brasilero a quien debemos la copia del mismo advierte: “Solo la firma  es de puño y letra de Pedro Juan Cavallero. Este no firmaba nunca “Caballero”, sino Cavallero”. El trazo de la letra es muy fino muy parecida en sus razgos a la del Dr. Francia.

  Velazco accedió a lo pedido ante la imposibilidad de cualquier reacción. Su nota es clara, escrita de su puño y letra. En ella expresa “no puedo menos de acceder a sus proposiciones, como el más interesado  en la tranquilidad  de este vecindario y de toda la Provincia a pesar de que espero que ese Quartel  tendrá ocasión de desengañarse que jamás cupo en mi imaginación entregar esta Provincia a dominio extranjero con todos los documentos de la Materia”.

  Siguieron otras intimaciones pero la victoria ya estaba alcanzada y la aurora del 15 de Mayo de 1811 iluminó una Patria libre que surgía en el corazón de América.

    El 16 se constituyó el Primer Gobierno Provisorio, el acta dice así:

  “En la Ciudad de la Asumpción del Paraguay Mayo diez y seis de mil ochocientos onze años, habiendo nombrado este quartel por Diputados adjuntos de govierno al Dor. Gaspar José de Francia, y al Capn. Don  Juan de Zeballos para providenciar interinamente hasta tanto se arregle la forma de govierno que sea más conveniente en virtud de lo convenido con el Sr. Govor. Intte;  comparecieron los sobredichos adjuntos y enterados del nombramiento hecho verbalmente en sus Personas, dixeron que lo aceptaban y juraron por Dios y una Cruz obligandose a usar de ese Oficio fiel y legalmente atendiendo a la tranquilidad y felicidad de la Provincia en fee de lo qual firmaron conmigo y los Oficiales principales de este Quartel de que certificamos, Pedro Juan Cavallero-Dr. José Gaspar de Francia, Juan Baleriano de Zevallos, Juan Bautta. Rivarola, Carlos Argüello,Vicente Igno. Iturbe, Juan Baptista Acosta, Juan Manuel Iturbe”.

(x) De la revista seminal ÑANDÉ, No. 27,  15 de mayo de 1960 (Asunción, Paraguay).

paraguay bicentenario

HECHOS HISTORICOS DEL BICENTENARIO

EL CANTO DE LA PATRIA (x)

  Cada tanto aparece alguien con la peregrina idea de cambiar el Himno Nacional. Lo que deberíamos hacer es conocer íntegramente el Himno Nacional y difundirlo; además de su letra completa, el significado de las expresiones contenidas en ella. Vigente desde hace más de 165 años, conoció, como la historia paraguaya, las penurias vividas por la Nación. Aún así, como la Nación, sigue campante.

por: Luis Verón

(Periodista/Historiador)

El canto de la Patria

 

  Desde los inicios de la existencia del Paraguay como país independiente, las autoridades buscaron dotarle de un canto que sirviera de Himno oficial.   

  De la mano de un poeta uruguayo y con la música restaurada por un hijo del país, el Himno Nacional forma parte del proceso de la defensa de la independencia paraguaya.   

Los primeros cantos patrióticos

  Durante los primeros años de la existencia del Paraguay como país soberano se ejecutaron y entonaron varios himnos patrióticos, muchos de ellos escritos por autores y músicos nacionales.   

 
Estos himnos estaban impregnados de entusiasta fe en el destino de un Paraguay libre y convocaban a la unidad de los paraguayos para hacer frente a eventuales peligros a la integridad y a la libertad de la patria.   

  El primer himno patriótico data de la época del dictador Rodríguez de Francia. Se llamó Tetã purahéi, estaba escrito en guaraní y su autor fue el poeta y guitarrista caraguatayense Anastasio Rolón.   

  El Tetã purahéi de Rolón tenía ocho estrofas y un purahéi joa o coro. El texto del poema fue obsequiado por el autor a don Carlos Antonio López, cuando conoció a este en su estancia de Olivares.

  López lo tradujo al castellano con el nombre de Himno Patriótico, luego de asumir la presidencia de la República. La partitura musical de esta composición, atribuida al maestro Antonio María Quintana, en 1845, se perdió durante la Guerra de la Triple Alianza.
 La letra de este Himno decía:

Tetã purahéi


Nande jyva, ñande rekove,
Ñane retãme ja hepyme'emby guarã
ndo rohejáichene
ijakatúa pegua oñemomarã.

Yaguarete Paraguáigua,
okororô vaerã iñarô ha huguypy
oimehaichagua motare'ymbara rehe,
ta iñaña, ta ihuguypy.

Ñande ra'y kuérape ña me'êne
ijyvatevéva Tetã repy,
tembiguái nda ha'eichéne
pu'aka ambue Tetã ojejapovagui.

Tenonde opa vaerã
avañemoñanga Paraguay,
jajepy'apy mboyve
pytãgua kuéra poguýpe.

Paraguáikuéra mayma, ndapekyhyjévai,
¿Peipota piko tova jepete?
¿Okañy pende réra, pende terãkua?
¡Terã po'sã hendápe pe mano!

¡Mano, mano, mano!
¡Osununu mboka tuichavéva,
Sapukái joapy tavaguasugua
ikyre'ÿ ha imarangatúva!

Ahoja kuéra oveve,
Poapy kuéra ndo vavaívape,
Mbokaguasu oñohe
Mbota iñarôva ha oporojukáva.

Ha ñane Reta isãsómava,
Noñembohovái avavéndive,
Iñembomba'e ombojehuka,
Marangatu, potî, mboaje.

Purahéi joa
Toikove ñane sãso,
Ñane reta toryetérema,
Tapia ta isãso,
Tapia ta ijohéipyre.

 


  En la misma época, Norberto Ortellado, delegado de Santiago, Misiones, compuso otro himno llamado A la libertad del Paraguay, que fue rechazado por el dictador Rodríguez de Francia por tener su letra en castellano.

  Otras canciones patrióticas que se pergeñaron, más o menos en la misma época, fueron la Canción Patriótica Paraguaya o Canción de la Independencia.

El Himno restaurado

  Ante la verdadera anarquía existente en la interpretación tanto de la letra como de la música del Himno Nacional paraguayo, como consecuencia de la pérdida de la partitura durante la Guerra de la Triple Alianza, importantes sectores de la sociedad paraguaya, preocupados por dotar una versión única y válida del Himno, promovieron la búsqueda de la versión auténtica del canto nacional.

 
Los trabajos se realizaron por medio de una encuesta nacional auspiciada por el Instituto Paraguayo y realizada por el Ministerio de Justicia, Culto e Instrucción Pública.

  Para recabar los datos y dilucidar los puntos oscuros y confusos de las versiones del Himno, la encuesta realizada en 1923 –especialmente entre sobrevivientes de la Guerra de la Triple Alianza– incluyó una veintena de preguntas, cinco de ellas referidas a la letra y quince a la música del Himno.

Las preguntas sobre el Himno Nacional fueron:

 
¿El texto actual del Himno patrio es el mismo del original del poeta Francisco Acuña de Figueroa?; en caso contrario, ¿cuáles son las modificaciones?, ¿son una simple corrección?, ¿quién es el autor de las mismas?; ¿es el propio Acuña de Figueroa o fueron hechas en el Paraguay, por quién y en qué fecha?, ¿por qué no fue promulgado inmediatamente sino después de más de siete años?, ¿fue por falta de música?, ¿hubo otro Himno anterior o posterior antes de la guerra?, ¿cuál o cuáles fueron y quién o quiénes son sus autores?

Por su parte, las preguntas sobre la música decían:

  ¿Con qué música se cantaba (el Himno)?, ¿quién pudo ser el autor de la misma?, ¿desde cuando se cantó el Himno de Figueroa?, ¿tuvo o no desde un principio música propia?, en caso contrario, ¿con qué música se cantaba? En el mismo caso, ¿desde cuándo se cantó con su música actual?, ¿quién es el autor de dicha música?, ¿es Dupuis o es Debalí?, ¿tuvo siempre la misma introducción tipo “Marsellesa” con que se ejecuta actualmente o fue agregada ella con posterioridad? En tal caso, ¿cuándo y por quién?, ¿existe el original de dicha música?, ¿dónde está?, ¿qué reproducciones se hicieron o editaron de la misma y de sus diversos arreglos por Cavedagni, Guerrero, Pellegrini, etc.?, ¿tuvo alguna participación en dichos arreglos el jefe de las bandas brasileñas, Antonio de Nassimiento?, ¿qué grado de autenticidad tienen estas reproducciones o arreglos?, ¿cuándo se hizo la primera reproducción de la música del Himno y por orden de quién?, ¿hubo otras canciones patrióticas después de la guerra?, ¿cuáles son su letra y su música?, ¿quiénes son sus autores?, ¿qué estudios o publicaciones se han hecho al respecto?

  El resultado de la encuesta determinó que el autor de la letra de nuestro Himno nacional fue don Francisco Acuña de Figueroa, pero con respecto a la música, si bien se consideró restaurada fielmente por el maestro Remberto Giménez, no pudo establecerse quién fue el verdadero autor, si el francés Fracois Sauvageod de Dupuis o el húngaro José Debalí.

  Según el historiador Juan Francisco Pérez Acosta, la restauración del maestro Giménez fue realizada “compulsando las restauraciones que hicieron, por una parte, el maestro Luis Cavedagni en 1874, con el testimonio de los sobrevivientes (de la Guerra del 70) y, por otra, por uno de estos, don Cantalicio Guerrero, así como el arreglo del profesor Niccolino Pellegrini”.

  Todas estas restauraciones Giménez “las ha sintetizado en una versión de la música del Himno hecha con la mira de corregir algunos defectos técnicos y uniformar su conocimiento y enseñanza”.

  La restauración musical del maestro Remberto Giménez fue oficializada el 12 de mayo de 1934 y es la que entonamos los paraguayos.

El Himno actual

  La creación del Himno Nacional que hasta hoy entonamos y que constituye uno de los símbolos nacionales tiene su antecedente en la petición hecha por el presidente Carlos Antonio López al poeta argentino Vicente López, autor del Himno nacional argentino.

Para componerlo, el poeta solicitó el pago de 1.000 pesos fuertes, precio que no fue aceptado por el gobierno paraguayo, por considerarlo muy elevado.

  Enterado de esta situación, el poeta uruguayo Francisco Acuña de Figueroa, autor del Himno nacional de su país (escrito en 1828), creó el Himno nacional paraguayo, cuyo texto fue entregado a través del gobierno del Uruguay, el 15 de agosto de 1840, y cuya letra dice:

 


Himno nacional

-Coro-

¡Paraguayos, República o muerte!
Nuestro brío nos dio libertad;
Ni opresores, ni siervos alientan
Donde reinan unión e igualdad.

A los pueblos de América, infausto,
Tres centurias un cetro oprimió:
Mas un día soberbia surgiendo
¡Basta! Dijo... y el cetro rompió.

Nuestros padres, lidiando grandiosos,
Ilustraron su gloria marcial,
Y trozada la augusta diadema,
Enalzaron el gorro triunfal.

Nueva Roma, la patria ostentara,
Dos caudillos de nombre y valor,
Que rivales, cual Rómulo y Remo,
Dividieron gobierno y poder...

Largos años, cual febo entre nubes,
Vióse oculta la perla del Sud.
Hoy un héroe grandioso aparece
Realizando su gloria y virtud...

Con aplauso la Europa y el mundo
La saludan y aclaman también
De heroísmo baluarte invencible,
De riquezas magnífico edén.

Cuando en torno rugió la discordia,
Que a otros pueblos fatal devoró
Paraguayos el suelo sagrado,
Con sus alas un ángel cubrió.

¡Oh! Cuan pura de lauro ceñida,
Dulce patria, te ostentas así,
En tu enseña se ven los colores
Del zafiro, diamante y rubí...

En tu escudo, que el sol ilumina,
Bajo el gorro se mira al león,
Doble imagen de fuertes y libres
Y de glorias recuerdo y blasón.

De la tumba del vil feudalismo
Se alza libre la patria deidad;
¡Opresores, doblad la rodilla!
¡Compatriotas, el himno entonad!

Suene el grito ¡República o muerte!
Nuestros pechos lo exhalan con fe,
Y sus ecos repitan los montes,
Cual gigante poniéndose de pie.

Libertad y Justicia defiende
Nuestra patria, ¡tiranos oíd!
De sus fueros la carta sagrada
Su heroísmo sustenta la lid.

Contra el mundo, si el mundo se opone,
Si intentara su prenda insultar,
Batallando vengarla sabremos,
¡O abrazados con ella expirar!

Alza ¡oh pueblo! tu espada esplendente
Que fulmina destellos de Dios,
No hay más medio que libre o esclavo
Y un abismo divide a los dos.


En las auras el himno resuene,
Repitiendo con eco triunfal
¡A los libres, perínclita gloria!
¡A la patria, laurel inmortal!



1- El primer himno patriótico data de la época del dictador Rodríguez de Francia. Se llamó Tetã purahéi, estaba escrito en guaraní por el poeta caraguatayense Anastasio Rolón.

2- Durante la Guerra de la Triple Alianza, el Himno de la época de Don Carlos se perdió.  La sociedad paraguaya buscó recuperar una versión única y válida del Himno.

3- Remberto Giménez  ha sintetizado en una versión  la música del Himno.
Esta restauración musical  fue oficializada el 12 de mayo de 1934 y es la que entonamos hoy.

(x) Cortesía del diario ABC COLOR, 3 de marzo de 2011, Asunción, Paraguay

ACOTACIÓN DE FA-RE-MI: En el libro ”Música y Músicos del Paraguay”, del Dr. Juan Max Boettner, también se encuentra una valiosa documentación sobre este tema. Recordemos que el Dr. Boettner, aparte de ser un distinguido médico, era un respetado musicólogo dentro y fuera del Paraguay.

 

 

Hasta hace muy poco, el rancho campesino era una exacta reproducción tecnológica  de las  primeras casas de Asunción. Estructuras de madera, tapias de madera y barro y techo de paja (xx)

LOS INICIOS (x)

por: Jorge Rubiani

(Arquitecto/Historiador)

 

  En los primeros años de la Colonia, la vida en Asunción distaba mucho de la placidez que le caracterizaría un siglo más tarde. Realizada la fundación de la ciudad en 1537, lo que se conoce como tal era, en realidad, apenas una “casa fuerte”. Refugio construido  de troncos y barro aunque suficientemente ampliado para albergar a los pobladores, así como el depósito de los “bastimentos”, el armamento y algunas herramientas. Se agregarían más tarde la herrería y la iglesia ”…con sus dos clérigos”. La llegada de más población, arsenal y  ”..un valioso surtido de mercaderías” el 2 de setiembre de 1541, como producto del abandono de Buenos Aires, avivó la necesidad de crear el Cabildo, hecho materializado algunos pocos días después: el 16 de setiembre.

  En la ocasión fueron electos los primeros alcaldes: los capitanes Juan de Salazar y Gonzalo de Mendoza, conjuntamente con seis Regidores.

  “Graduada” de ciudad, Asunción tuvo un escudo de armas que, según Félix de Azara, fue aporte de Irala y, según otros, provino del mismo Carlos V.

  El hecho cierto es que los colores de la bandera de la ciudad corresponden exactamente a los de la Casa de Austria, cuna del monarca español.

  En marzo de 1542, llegaba directamente a Asunción, ya por entonces constituida en el único ”reparo de la conquista” en este parte del continente, el Segundo Adelantado Alvar Nuñez Cabeza de Vaca, el que, luego de una accidentada gestión, es devuelto a España tres años más tarde, preso y engrillado a bordo de la carabela “Comuneros”, primer producto de la tecnología naviera de la incipiente colonia y “primer golpe de Estado” de nuestra valiosa colección posterior.

  Mientras tanto, un incendio iniciado en la madrugada del 4 de febrero de 1543, destruyó las tres cuartas partes de Asunción, salvándose solo unas 60 casas que, hallándose al otro lado del arroyo (sería el Jaén), quedaron a cubierto del fuego.

  Reedificado la ciudad  bajo la dirección del propio Alvar Nuñez, las casas fueron construidas con la misma tosca indumentaria de madera, barro y paja, aunque ya más separadas unas de otras para evitar al propagación del fuego en cuanto se produjera alguno.

  Al Dr. Fulgencio R. Moreno debemos la descripción de aquella casa original asuncena, rodeada ”..de un sólido cercado de madera, formando lo que llamaban un corral que era a la vez, huerto, gallinero y depósito de ganado porcino…Las paredes eran de tapia y los techos de paja. Los aposentos principales, al frente; y en el fondo, la despensa y la cocina cuyo amplio cupial redondeado y en rápido declive, caía hasta tocar el suelo sobre el patio vecino”. En cuanto al trazado, la ciudad habría partido de la misma casa-fuerte, a cuyo costado se había establecido la Plaza Mayor. En ésta “…se enarboló el rollo público, emblema de la justicia real. A ambos lados (…) se levantaron la casa del gobernador y la Iglesia de la ciudad”.

  A menos de ocho años de su fundación, ya existían cuatro iglesias en Asunción en las que “..en todas las fiestas van los indios de la redonda a oír misa”. Entretanto, en la tosca iglesia elevada bajo la advocación de la Virgen de la Encarnación, se reunían los miembros del Cabildo y se impartían las enseñanzas a los niños que surgían “…del robusto y desenfrenado mestizaje hispano-guaraní”.

(x/xx) Este escrito forma parte del libro POSTALES DE LA ASUNCION DE ANTAÑO (255 pgs.) editado por su autor en el mes de  Octubre de 1999, y que se encuentra en venta en las principales librerías de Asunción (Paraguay). El internauta que quiera comunicarse con el Arq.Jorge Rubiani (Historiador, urbanista de prestigio, estudioso del idioma guaraní, habla varios idiomas, viajero incansable..) puede enviar su mensaje a : jrubiani@click.com.py; o, visitar su Página Digital: www.jorgerubiani.com.py

Adelantos

 

 

LAS CONTRIBUCCIONES DE LOS GUARANÍES (x)

La cultura paraguaya se ha visto enriquecida por la influencia de la cultura guaraní. Aquí, algunas muestras de ese enriquecimiento

por Ramón Fogel

(-1-Sociológo)

 

Entre los aportes de los pueblos guaraní a la construcción de la nación paraguaya debe diferenciarse la contribucción de la cultura compartida por el tronco guaraní, de los aportes específicos según fueran las configuraciones socio-históricas de las que fueron parte, a partir de la conquista. En el primer caso se destaca la contribucción de la cultura guaraní con la lengua, conocimiento sobre el manejo de la naturaleza, botánica, medicina, agricultura y normas sobre la buena vida o teko porã. Estas normas comprenden las formas de acceso y control a territorios (tekoha), más que tierras, y las referidas a organización política; la apropiación y de los recursos contenidos en ellos es comunitaria y se basa en una relación del hombre con la naturaleza.

El buen vivir o teko porã

  La primera gran contribucción a la cultura paraguaya con una potencial notable en tiempos de crisis es la idea de los guaraní sobre el buen vivir (teko porã). En la ponderación de esa contribucción se debe tener presente que vivimos una crisis de civilización con diversos componentes; los desastres climáticos que resultan proporcionan una evidencia abrumadora de esa crisis provocada por  las formas actuales de producir, consumir y organizar la economía destruyendo los recursos naturales, y que no podemos seguir con la idea del desarrollo permanente. Esa idea del desarrollo se corresponde con la de “vivir mejor” de algunos  a expensas de otros que resulta  hoy insostenible. En cambio la idea de mi bien es que todos  estén bien responde al anhelo y a las necesidades de los pueblos del´continente (Choquehanca 2010).

  Pepy y potirõ

  La manera del guaraní de concebir el buen vivir (teko porã) representa lo primordial de la culura paraguaya, sus raíces más que arcaico o el simple regreso al pasado. La economía de la reciprocidad con sus componentes comienza con el pepy, el convite anterior al potirõ o trabajo en común, que permite luego el jojói o la concreción de la reciprocidad; esta economía de la reciprocidad remite a la producción, no para crecer a expensas de otros sino para compartir con otros los resultados del trabajo.

  La cooperación en el trabajo asociado potirõ es la ayuda mutual gratuita para la ejecución de tareas agrícolas, por turno en las parcelas de quienes integran el grupo, debiendo aquellos en cuya parcela se trabaja en el día proveer comida y bebida. Antes que el potirõ está el pepy con el cañy, que ya es el fruto del trabajo de la cosecha anterior y permite el jopõi. En esta lógica de producir para dar el que no da nada queda fuera de las relaciones comunitarias.

  Pepy es el convite para preparar el trabajo con el sistema de ayuda mutual en la chacra así como el mitã pepy es el convite para la fiesta de iniciación de los varones que ingresan a la adolescencia: el pepy o convite para una fiesta de programación del trabajo también se refiere a algún trabajo comunitario más allá de las chacras; en el diccionario de Montoya, escrito a principios del siglo XVII, existen diversos tipos de fiesta: Pepy, Convite, Oga pepy: convite que hacen a los que ayudan a hacer la casa; Pepyguasu: gran convite; Chepepyra rekávo aiko: ando en busca de hacer convite.

Jopói

  El jopói está asociado a la abundancia e invita a la reprocidad.

El jopói genera un lazo social, en tanto lo que se da expresa para el que recibe la presencia o el prestigio del donante, al consumir el donatario el producto recibido se consuma la communión con el donante (Meliá y Temple, 2004).También se manifiesta la reciprocidad en las ralaciones con la naturaleza que proporciona todo lo necesario para la vida y que requiere un trato amistoso.

  Esa noción de vivir bien bien supone relaciones  armoniosas con la naturaleza y el respeto a sus leyes, teniendo en cuenta que en la cosmovisión guaraní los seres humanos hacen parte de la comunidad de seres vivos, y que entre sus miembros existe creciente interdependencia. Ya desde el orígen  de la creación se expresó esa interdependencia cuando los primeros indígenas, que completaron la creación, fueron criados por una tigresa conforme al mito de los gemelos; así mismo, los portadores del conocmiento tradicional enfatizan el hecho de que gran parte de nuestro cuerpo está conformada por agua. De hecho en la cosmovisión Mbya una de las almas, el alma verdadera, fluye del yvyra ñe´y o cedro; toda vez que que la palabra verdadera es la que expresa el alma, y fluye del cedro.

  El teko porã, el vivir bien significa que se busca que todos estén bien, lo cual solo es posible con el jopói, el compartir los frutos de la tierra viviendo como seres sin dueños (jara´y), sin sujeción a arbitrariedades o vasallajes, con relaciones entre iguales (tekojoja), con el equilibrio en la comunidad y en la sociedad; en el diccionario de Montoya se establecen precisiones sobre el término: Tekojoja: Igualdad, Hecó yachébe, cherecó ychupeabé: como él lo hace conmigo, así lo hago yo con él.

(x) Extraído del libro Los pueblos Guaraní en la formación de la nación paraguaya. Centro de Estudios Rurales Interdisciplinarios. Universidad Nacional de Pilar y Fondec.2011.

(1) Cortesía del diario ÚLTIMA HORA (El Correo Semanal), sábado 19 de febrero de 2011.

Cosas de nuestro pasado

CAÑONAZOS DESDE  ITAPIRÚ (x)

   Mientras el general Francisco Solano López, se encontraba en Humaitá, el 3 de febrero de 1855 ocurrió un incidente entre la Fortaleza de Itapirú y la cañonera  norteamericana Water Witch que acertaba a pasar por ese lugar.

He aquí como el Comandante incidental del ejército, con sede en el campamento de Paso de la Patria, coronel Wenscelao Robles, informó acerca del suceso al presidente de la República, don Carlos Antonio López.

  “El infrascripto, coronel; comandante en jefe accidental del Ejército Nacional, tiene el honor de comunicar a V.E. que esta mañana a las 11 y media, apareció el Water Witch, vapor de Guerra Americano, subiendo al Paraná por el lado de Corrientes; y como seguía por la canal común, el comandante de la Fortaleza de Itaiprú, el ciudadano Vicente Duarte, no hizo atención ninguna. Observó; sin embargo; que habiéndose detenido un poco más arriba; y casi enfrente de dicho punto; parecían a bordo ocupados en tomar algunas dimensiones y luego siguió más arriba de este Campamento general (el Paso de la Patria) y casi hasta la punta superior de la isla de Carayá, de donde volvió a bajar por el mismo canal, hasta más abajo de Itapirú, y volviendo la punta del banco de arena que allí existe, tomó el que conduce a la misma Fortaleza de Itapirú a este Puerto del Cmpamento General”.

  “Cuando el Comandante de Itapirú vió esta maniobra no le quedó ninguna duda de que venía para montar por aquella boca, y se apresuró a despachar un oficial a decir al Comandante del vapor que no podía dejarle pasar por el aquel canal, en virtud del Supremo Decreto de 3 de octubre ultimo que le hizo presentar. El oficial así lo ejecutó pero el Comandante del vapor tomó el decreto y luego lo arrojó con desprecio al oficial comisionado diciéndole que nada tenía que ver con el Comandante de Itapirú, ni con ningún paraguayo, y que iba a subir sin importarse de tal decreto; lo echó; en fin; en mala hora al oficial que llevaba la intimación de no pasar adelante”.

  “El oficial regresó a dar cuenta a su superior, y observando éste que en desprecio de sus órdenes el Water Witch continuaba arribando, le hizo disparar tres tiros de cañón; uno después de otro, sin proyectil, y sin dirigir por consiguiente puntería sobre el buque; ésto era solo un aviso más formal de no seguir adelante , y en vista de ésto se han reído a carcajadas en el vapor; queriendo ridiculizar la batería.

“El Comandante continuó aún con la flema que le recomendaban sus instrucciones y hallándose ya el vapor al habla, le ordenó por tres veces que se diera fondo; visto que todas estas prevenciones eran desatendidas, y que el sarcasmo seguía a bordo adelante, mandó tirar un cañón a bala con el objeto de hacerle pasar por delante de la proa, sin tocar el casco, última demostración que podría darse. El vapor estuvo a punto a responder y siguió la detonación recíproca de los cañones habiéndose disparado en la Fortaleza doce tiros. Los agresores respetando los certeros tiros de nuestros artilleros, ya que no sus pacíficas amonestaciones, apagaron enteramente sus fuegos; y no se veía a cubierta casi ningún alma, con lo que también nuestra batería cesó de tirar; y el vapor quedó a disposición de la corriente y de los nuestros si hubiesen querido apresarlo; el buque iba maquinalmente de popa, conducido por la corriente…”.

(x) Del diario LA TRIBUNA (hoy desaparecido..), lunes 21 de diciembre de 1970, Asunción, Paraguay

Del karamaguá de los recuerdos

UNA LEJANA NOCHE DE MAYO (x)

por: Néstor Romero Voldovinos

(Periodista)

  Cuando se es flojo de memoria –que ése es mi caso- suele haber la compensación de tenerse más a punto el recuerdo de lejano sabor de las cosas y los sueños que alguna vez  fueron nuestros, antes que la prolijidad de los detalles…Así por ejemplo, cómo lucía la sala del Teatro Presidente Alvear de Buenos Aires, aquella noche de mayo de 1957, en que celebráramos, lejos del terruño la fecha más señera del calendario patrio? La Asociación de Artistas Paraguayos (ADAPA) y el Centro Paraguayo ”Manuel Ortiz Guerrero”, entidades que en distintas épocas tuve el honor de presidir, habían organizado un “festival artístico”, musical pretexto para convocar, en torno a una común emoción paraguaya a los compatriotas residentes en la porteña urbe y, sobre todo, a los que vivían en los tristes territorios de las “villas”.

  Ahora, un ejemplar de un programa de esa fiesta, me devuelve concretas referencias. Las reproduzco tal y cual estaban dispuestas en el impreso. “Primera Parte; himnos Argentino y Paraguayo. CHOCOCUE PURAJHEI, escenificación en guaraní, por Néstor Romero Valdovinos, de la canción honónima de Francisco Alvarenga. Actores: Rosa Miranda, Niño García y Emilio Araujo. Dirección: Jacinto Herrera.

  CONJUNTO RUBITO LARRAMENDIA en la ejecución de las siguientes canciones: Recuerdo de Ypacaraí, de Demetrio Ortiz y Mirkin; Cascada, de Digno García; Esperanza Blanca, de Jacinto Herrera y Rubito Larramendia.

NICOLASITO CABALLERO y la actuación especial del pianista argentino ARIEL RAMIREZ.

“Segunda Parte. CONJUNTO DE DANZAS NACIONALES DEL PARAGUAY, bajo la dirección de Demetrio Ortiz y Ondina Gómez Candia.

  BEATRIZ FERRARI y SU BALLET INFANTIL, presentando Alegres Variaciones, de Ponchielli y Weber; Coreografía de Beatriz Ferrari (el reparto incluía quince bailarinas y entre ellas –curioso detalle- figuraba Zulma Faiad).

En la Tercera Parte se anunciaba la actuación de la GRAN ORQUESTA POPULAR, bajo la dirección del maestro Florentín Giménez, ejecutando el siguiente repertorio: Mburicaó, Asi canta mi Patria, Canto de mi selva, Ñemity y Tetaguã Sapucaí; actuando como solista Oscar Escobar y director de coro, el maestro José Asunción Flores. Integrantes del coro: Pedro Alcántara, Raúl Alonso, José Arzamendia, Claudelino Blanco, Oscar Escobar, Aparicio de los Ríos, Tito Fernández, Herminio Franco, Pedro Gómez, Generoso Larramendia, Luciano Larramendia, Rubito Larramendia, Pedro Leguizamón, Héctor Márquez, Oscar Mendoza, Rafael Ramos, Rodis Segovia, Albert Rodríguez, Ireneo Sánchez y Andrés Vigo.

  Otro detalle, éste de matiz monetario: Un palco (4 asientos) costaba 150 pesos argentinos; la platea, 25, y tertulia 15.

  Lo que no puedo transmitir al lector es el “tono” de aquella emocionante noche paraguaya insertada en el corazón de Buenos Aires, la quebrada voz de Jacinto Herrera; la feliz tristeza, la creadora nostalgia que florecía en cada rostro.-

(x) Del diario HOY (ya desaparecido…) domingo 8 de mayo de 1983 (Asunción, Paraguay).

Casa

MI PARIENTE EL COCOTERO (x)

por José María Rivarola Matto

(Periodista/Escritor)

   Visité la furiosa catarata del Guairá. Nunca sentí vertigo más tangible, la succión de la muerte irrevocable. Solo un paso. Alli no hay ondas, ni hermosas cabelleras que saltan al vacío; el Guairá es solamente fuerza, que pasa atormentada por una garganta inexpugnable. Se hace trizas la majestad del inmenso Paraná.

  Las aguas se precipitan saltando entre islotes , escolleras, tortuosos brazos y reciales hasta llegar al desfiladero infernal; por abajo, siguen desbocadas por docenas de kilómetros; nadie las estorbe, ni navegue, so pena de la vida.

  En esos vericuetos, muy cerca del paso final, encontré a mi pariente el cocotero. Se erguía insolente sobre una baja roca solitaria, increíblemente aislado, absurdamente recto, vertical a la corriente, con su penacho verde, vainas para las flores y los frutos. Había ido a hundir allí su fundamento por lo inenarrable sucesión de un azar infinitesimal indefinidamente repetido.

  Era preciso que esa roca que partía las aguas fragarosas tuviese, además, una entraña capaz de sustentar que permitiese el paso de raíces, acero vivo, para ese mástil, o que ellas mismas se acuñasen para morder basalto.

  Era forzoso que hubiese crecido aguantando las riadas, las ramas y los troncos que pasaran sobre él, pues en ciertas épocas el río cubría el peñasco; o que alguna contracorriente, ahora no visible, en tales ocasiones lo salvase.

  Si el choque del agua hacía temblar la tierra, allí sobre esa peña se levantaba la serenidad del cocotero, envuelto a ratos en iris y celajes, tal vez meciendo nidos que nadie iría a turbar.

  Mas ese lugar no deja allegarse a las ternuras, ahoga la belleza, se impone la geólogica contienda. Al cocotero no le vi la gracia, sino su arrogante reto, pues si la masa precipitada era imponente, tanto como ella era esa vida capaz de aferrarse a una roca, perdurar y florecer, a favor de una misérrima oportunidad que atrapó de paso.

  Toda  la temida muerte resultaba apenas un elemento transformador del poder orgánico de linaje cósmico que crece y medra en cualquier parte del espacio, donde hay una breve condición. Comprendí al cocotero alimentado por el sol, sacándoles jugos a esas enloquecidas aguas para llevar adelante su lento, silencioso e indoblegable designio.

  Me vi como criatura, fatal y fértil, formando parte de su corriente intemporal. Ahí había una voluntad de ser sobreponiéndose a la violencia inerte, la victoria de la lucha, la osadía de lidiar con fuerzas enormes pero ciegas, la dignidad de alzarse contra un medio hostil, y sobre todo había excelencia, que se da como extremo feliz en ciertos pocos seres.

  !Ese penacho era bandera, esa esbeltez era el orgullo! El cocotero tenía todo el empuje de la existencia vital. Cocotero salvaje, en ti veo cualidades de mi combativa estirpe: triunfal, pariente lejano, !salud!.

(x) Extraído del cuadernillo Mi pariente el cocotero,. Ediciones Comuneros, 1974. Cortesía del diario ÚLTIMA HORA (Suplemento: El Correo Semanal), 22.01. 2011 (Asunción, Paraguay.

 

Ecoreserva : Cerro Mbatoví (Paraguarí)

 

 

El país de gua´ú y el país teete (x)

 

 por: Helio Vera

(Periodista/Escritor)

 

  Debo proponer ahora una pregunta que resultará candorosa: Donde buscar la cultura paraguaya? Y, por consiguiente, dónde investigar sus mecanismos de funcionamiento? Dónde escudriñar sus secretas claves? Las preguntas son pertinentes porque son alimentadas por esta realidad: no hay un solo Paraguay sino dos, culturalmente hablando. Coexisten dentro de las misma geografía, como hermanos siemeses, sin que uno pueda ser comprendido sin tomar al otro en consideración.

  En primer lugar, rutilante de luces y banderas, en sitio bien visible, anunciado por tambores y trompetas, se encuentra el Paraguay de gua´u, palabra guaraní que designa lo que es simulado, regido por la ficción, falso, trucado, mentiroso. En segundo lugar, ya en la semi penumbra, agazapado como un ladrón, humilde como un mendigo, pero vital y vigilante, se encuentra el Paraguay teete otra eficiente palabra guaraní empleada para nombrar a lo que es real, auténtico, genuino, pristino, puro.

  Son dos países, bien distintos uno del otro. Viven sobre la misma geografía, como animales de distintas especies disputando un único cazadero. Pero ambos se encuentran  en estrecha e inseparable vinculación. El uno envuelve al otro como la cáscara a la pulpa de una fruta, como la piel a la musculatura. Son el anverso y el reverso de una sola medalla, y no pueden ser comprendidos separadamente.

  El Paraguay de gua´u es una concesión de la cortesía. Y ésta, ya se sabe, es una virtud paraguaya por excelencia, en lo cual están contestes todos los que estudiaron el asunto. En este caso, la cortesía tiene como blanco al mundo exterior. Exterior del país, se entiende. Me refiero al vasto y misterioso mundo de los pytagua (extranjero), que se extiende más allá de nuestras fronteras, hacia los cuatro puntos cardinales. Un mundo al que, desde nuestro aislamiento, siempre hemos visto como peligroso y hostil, capaz de imprevisibles comportamientos.

  El Paraguay de gua´u es como la fachada de una casa nueva, cuyos adornos y firuletes tienen como finalidad cultivar la admiración de quienes pasan por la calle. Sólo que quienes viven dentro de la casa no pueden ver los afeites que le han puesto a su parte externa. Les está vedado. Pero pueden imaginarla, suponer sus líneas, soñar su diseño y construirla interiormente,alta y deslumbrante, erguida y limpia bajo el sol.

(x) Del libro “EN BUSCA DEL HUESO PERDIDO (Tratado de paraguayología). Ediciones RP e Instituto Cooperación Iberoamericana. 1r. Premio V Centenario-1988- Ensayo. 2da. Edición. Junio de 1990 (Asunción, Paraguay).

Ecos del Bicentenario

POESIA

JHEÑOIVO TAVAGUASÚ (x)

Este relato poético narra con versos octosílabos, a la usanza tradicional, la epopeya de la Fundación de la Ciudad de Asunción. Caído en el olvido, reproducimos un fragmento de este gran poema.

por: Gumersindo Ayala Aquino

 

Maymá ryke´ykuéra

peiméva che renondépe,

pejhendú avañe`ëtépe

peëme tamombe´u,

mba´ëichapa oñepyrü,

ko Tava iporäitéva,

ñande pygüype oikovéva..

Asunción, Tava guasú.

 

Guaraní ñande ypykuéra

iyívy mba´e teépe,

peteïcha ojoapytépe

jha tesaïme memeté,

mayma añopehengüé

yoacjhu, vy`a jha torype

oikómi py´a guapype…

ñane Tupã rovaké.

 

Mayma ñande ypykuéra

tory jha py´a guapype,

oiko jhi´y rembe´ype

güyráicha ipepó vevé

jha upéinte pako oguajhë

jhetaité pytaguá kuéra,

tuichaité iñambuéva

ipiré jha iñemondé.

 

Oguajhë Yga guasúpe

jha oyá y rembe`ype,

jha ogüeyï ñande yvype

aipo Juan de Salazar,

jha upéirö Karoarasa

ojhuvaitïye torype,

jhatäite yepo pyhype

jha iyurúpe ipuká.

 

Salazar ndaye uperö

jhe´í Karoarasápe

oñoty sejhá ko´ápe

peteï ikurusú,

oïre marangatú

jha y re´ë iporãva,

py´a guapy jhesakäva…

jha ipyri mboracjhú.

 

Karoarasa ye jhe´ima:

marangatúpe peyurö,

py´a ipotiva penírö,

ikatúnte peikutú,

aipo pende kurusú,

peé pe mo moräitéva,

penendivé oikovéva

aköinte pe ne moirü.

 

Ko´ä ñe´ë ojhendúvo…

Juan de Salazar ye vy´ápe

jhe´ima Karaoarasápe:

ajhamita sapy´á...

Juan de Ayolas ajheká

jha upe riré ayevyta

jha ko´ápe agüeyita

pe nendive ropytá..

 

Oyevy ye oyoysïire...

parärá jha tyapúpe,

oyupí pe Yga guasúpe

jha yvatévo jho´ytá,

oye´oi ndaje ojhejká

Candelaria jhe´i jhápe

pe Ayolas oí jhape

yeyokuaipy ogüerajhá.

 

 

 

 

 

 

Candelaria pe oguajhëvo

oyujhú ndaye upépe

Ayolas rapykuerépe

Irala mante oï,

Ayolas ndaje ojhomí

pe Chiriguano rekávo,

potïyúre oyejhekávo…

jha ayeréta ye voí

 

Upé maró Salazar..

jha maymá iñirüngüéra,

oï jhaicha jhe´ekuéra,

pe iyïgápe oyupí,

jha ko´yte ojhua´ï

Karoarasa rendávo,

pytu´urä ojhekávo,

jha ipyri, ko´etï.

 

Jha oguajhë yey ko´ápe

ko ñande y rembe´ype,

jha ogüeyi marö yvype

ipy´a ipiro´y;

jha  upépe aipo pyjhy

kasike Karaoarasápe,

jha moköivé  torypápe

oyupe oñakaïty.

 

Iyaty ndaje jhesé

mayma ñande ypykuéra,

kuñataï iporãvéva

jha iyurúpe pukavy,

maymáva ye oñakäity

pytagua momaiteívo,

jha omoïmo chïchïvo

chupekuéra, mba´e repy.

 

Upëgüima Salazar

jha´eñónte oguátavo,

osë ndaye ojhekávo

vvy iporä vejhá,

mba´e poräye ojhecha

yvy ijoyaha yva,

jha ca`aty ipotyva..

yvytúre jhyakuä.

 

Yvy apé jhovyüva..

paragua´y rembe´ype

jha yvytú ipiro´ype

tyakuävú oipeyú,

jhi´úpyrä ye oyujhu

kokuére ñasäingo jhápe,

mamoité ama´ë jhape,

marangatú osüsü.

 

Salazar  ye sapukáipe

ojhenói iñirungüéra,

jha jhe´ima chupekuéra…

jha ñaníke jha perú

maymáva tembiporú

jha  yayapó pó vevépe

ko ára pyjharevépe

peteï Oga Guasú

 

(..)

Péina äga yajhecháma..

oï ñane renondépe,

ojheyá tapykuerépe

pe jheko yma guaré,

jha oï ñanendive…

jha´é kuñatãietéma,

jha tuicha iñambuéma

ñande Tava porãité.

 

 

 

 

 

Pe tapyï ndaiporivéima..

ñande róga ita meméma,

jha tapekuéra iyapéma

itaykúpe memé,

jha ogüereko ondive

pe y porã ono´öva,

yaipokápe ochororóva

jha ogüeru vy´a pavé.

 

Oga taité tuichaicháva

iyïvaté jha  iporáva,

yvágare jhovayvaíva…

ombo yegua ko Tava,

jha oï pe tesaperá..

pe tataindy ogüe´yva

yaipokápente jhendyva

ñasãindype ombuehoviá.

 

Mba´eyrú overapáva

jhatiãimba pe tapére,

Yga guasú y apére

yajhecháma jho´ytá,

jha tavayguá opaypá…

kuatiáre oye jhaíva,

ñe´ë porãitá oïva

maymáva omoñe´ë´ëmbá.

 

Mayma ára pyre oïva…

aveí yareko páma,

yma guare ogüepáma

jha opu´ã ñande Tava,

jha maymáva yaikopa

jhendive teko pyajhúpe,

jha tuicháva mborayjhúpe

ñande, ñaño añuvã.

 

Jhetaitéma ára pyre

agüygüy ama´ë jhápe

jha opaitéipi aikojhápe

ndayujhúi iyoguajhá,

upévare che apyta

che retã Paraguaype,

aipovãvo che yvype…

che ñe´ë purajheirã.

 

Ñande yvy ryepype…

Tavaguasu, tenondéva,

paragua´y omoakãva

imemby oiko jhaguã

jha ñane retã ajhoya

oikóva ñane ñe´ãme,

yaikokuévo pe jhi´ãme

vy`apave ñoipovã.

 

Péina ága yajhecháma

óga porã iyïvatéva…

itágüi iyayo pyréva

jha jhape isyi asy,

jha ogüerekóma pe y

yaipokápe ochoröröva

jha mba´erú okoröröva

tapérejhe osyryry.

 

Kuejhe guaregui ko´äga

tuichaite iñambuéma,

ñandekuera yaikovéma

ñaipovã py´a guapy,

opáma yepy´apy

Paraguay pyajhu kotype

jha ñande ko jhyepype…..

oyupé, yapukavy.

 

Che ñe´ë aikytïngüevo…

Tavaguasú momorävo,

purajhéipe amoatãvo

ichupe añakãity;

ko Tava yvotyty

che yvy ombo yeguáva,

mombyrygüi jherakuãva…

che Tava, Paraguay.

 

15 de agosto de 1964

 

(x)  Se mantiene la grafía original

 

GUMERSINDO AYALA AQUINO

   Fue poeta, músico y compositor guaireño. Nació en Villarrica el 13 de enero de 1910 y falleció en Asunción el 29 de febrero de 1972.

  Fue un profundo conocedor  del folklore paraguayo, pero no solo desde el saber, sino en practicar las expresiones culturales nacionales como lo es la música.

  Fue fundador y director  del Trío Guaireño con Luis Meza (más conocido  como Luis Alberto del Paraná), Emilio Biggi, Carlos Federico Reyes (el famoso Mita´i Churi), Delfin Fleitas, Humberto Barúa y Patrocinia Escobar.

Publicó en México Apytu´ü poty. En su poesía  utiliza el guaraní regional del Guairá y predomina en su prosa el discurrir filosófico.

En 1967 Ayala Aquino publicó Jheñoivo Tavaguasú, el poema  que transcribimos en este página. Se trata de una obra en que relata la epopeya de la Fundación de Asunción, en versos mesurados, pero marcados por la historia de la ciudad desde sus orígenes hasta llegar a la incipiente mole de cemento que sería a mediados de los años 60.

Gracias a la música, recorrió innumerables países alrededor del orbe.

(x) Gentileza del diario ÚLTIMA HORA (El Correo Semanal), sábado 9 de agosto de 2008  (Asunción, Paraguay).