Introducción al libro:
LUIS ALBERTO DEL PARANÁ INAGOTABLE”
de Bernardo Garcete Saldívar (x)

 

 

 

PRÓLOGO

por: Dr. Gerardo Fogel

 

   No puedo ocultar que constituye para mi un inmerecido honor prologar un nuevo libro del apeciado escritor Bernardo Garcete Saldívar institulado LUIS ALBERTO DEL PARANÁ INAGOTABLE, ya que hay en nuestro país muchas personalidades de la comunidad cultural que tienen justificados méritos  para hacerlo.

   Pero, he aceptado la generosa invitación y el desafío por varios motivos. En primer lugar, porque admiro profundamente la empeñosa, esforzada, persistente y empecinada tarea del calificado trabajador cultural y promotor y difusor de la cultura paraguaya en el ámbito internacional, como lo es el distinguido escritor Bernardo Garcete Saldívar.

   En segundo lugar, porque me cupo la gratísima oportunidad de conocer personalmente a Luis Alberto del Paraná en París, en mis años juveniles, en la casa de ese gran Mecenas de la cultura paraguaya Don Víctor Garcete, cuya casa era la cita obligada para encontrarnos los paraguayos y disfrutar del arte musical de nuestros grandes artistas e intérpretes que nos representaban tan digna y ejemplarmente en Europa y otros contextos internacionales.

   En tercer lugar, porque en toda mi vida me he sentido profundamente orgulloso de nuestra maravillosa, rica, plural y original cultura mestiza que otorga vigor y vitalidad inclaudicable a esta entrañable Patria nuestra, “signada por el infortunio y la esperanza”, al decir de nuestro laureado escritor Augusto Roa Bastos.

   Y por lo mismo, tengo la firme convicción de la permanente necesidad de recordar, valorizar y dignificar a nuestros héroes civiles: los creadores, los artistas, los intérpretes y los incansables trabajadores culturales, a quienes muchas veces nuestra sociedad ingratamente los exilia en el injusto olvido.

   Porque creo sinceramente que nuestros creadores, artistas, intérpretes y promotores culturales son los testigos insobornables de nuestro acontecer cotidiano, con sus luces y sus sombras; son los profetas denunciadores de situaciones de injusticia, marginaciones y exclusiones (los que prestan su voz a los sin voz), los portavoces privilegiados de nuestros dolores más recónditos, de nuestras exultantes alegrías y de nuestros sueños colectivos, son los visionarios develadores de nuestras utopías compartidas hacia un entusiasmante futuro (nuestra persistente tierra sin mal: ñande yvy marane´y).

   Por ello, me adhiero a la satisfacción de los lectores de este libro, que a los 30 años de la partida del gran embajador de la música paraguaya, nos recuerda y rememora su carismástica personalidad y su fecunda labor  de difusor de la música paraguaya y latinoamericana con una abundante, profusa y casi diría abrumante recopilación de elocuentes vivencias de testigos cercanos de la brillante trayectoria artística de Luis Alberto del Paraná, de manifestaciones de sus miles de admiradores nacionales y extranjeros y de una detallada sistematización de la gigantesca y extraordinaria promoción de la música paraguaya y latinoamericana a través de sus innumerables discos y documentación audiovisual.

   Es una documentada y valiosa obra conmemorativa y reivindicatoria frente a la polémica figura de este privilegiado embajador de la cultura paraguaya. La polémica es un hecho normal con referencia a las grandes personalidades culturales que hicieron o hacen historia; los mediocres e insignificantes quedan en el anonimato y en el inexorable olvido colectivo. Además, las discrepancias forman parte de una sociedad democrática como está pretendiendo ser la nuestra.

Asimismo, resulta oportuno destacar, rescatar y revalorizar a un excepcional difusor de nuestra cultura paraguaya a través de la magia de su cautivante música popular y folklórica. Es indiscutible que Luis Alberto del Paraná, como humilde y esclarecido hijo de tierra adentro, fuera un incansable e “inagotable” portavoz de nuestros valores, ideales, sueños y esperanzas. Por ello, fue incuestionablemente un hombre raigalmente paraguayo.

Como lo manifiesta magistralmente otro grande de la música como Agustín Barboza, “fue un artista excepcional de voz caudalosa e inagotable como el río homónimo”. Por su parte, el destacado historiador nacional Dr. Luis G. Benítez señala: “Luis Alberto del Paraná y Los Paraguayos elevaron muy alto el nombre de Paraguay; sus bellezas, sus paisajes, su música. Aquellos embajadores viajeros no es una expresión retórica; como ningún diplomático en funciones o elenco cultural, Los Paraguayos constituyeron durante casi 30 años, la más vital y armoniosa comunicación entre el Paraguay y las demás naciones”.

   Igualmente, otra faceta y llamativa y notable fue su plena identificación con la Patria Grande: nuestra querida América Latina. Ya que en su increíble peregrinaje por el mundo, fue incorporando permanentemente en la magia de sus interpretaciones el paisaje exuberante, acongojado y alegre de este pueblo multitudinario de nuestra Indoamérica, convirtiéndose así como uno de los pioneros  de la integración cultural latinoamericana, como lo fuera en su época el genial Maestro  Agustín Pío Barrios, ya que todos sabemos  que esta ansiada y añorada integración continental no debe ser solamente de capitales, de tecnología, de marcados, de infraestructuras y de hermosos discursos, sino fundamentalmente de reencuentro con nuestras raíces primigenias  que nos hermanan y solidarizan desde siglos de lucha y de resistencia a los colonizadores de ayer y de hoy y nos proyectan ineluctable e irrevocablemente a un futuro más fraterno, más justo, más solidario y más humano.

  Finalmente, ya que estamos reiterando y subrayando la significación ejemplar de nuestros artistas, difusores, promotores y trabajadores culturales, resulta pertinente mencionar que más que nunca en estos años aurorales del siglo XXI, se están dando acontecimientos positivos y negativos en el plano cultural.

   Por un lado, como decía un gran pensador francés, Edgar Morín, este nuevo siglo está caracterizado y signado por la sociedad de la información, del conocimiento y de la cultura.

   Como nunca antes la avanzada tecnología contemporánea nos hace sintonizar con diferentes manifestaciones de distintas culturas. En esta diversidad cultural emergente se manifiesta palmariamente la riqueza, pluralidad y heterogeneidad de expresiones culturales en las que se sustenta le esencialidad y la unidad de la especie humana.

  Pero también, existen hechos claramente negativos como la omnipresente globalización controlada por los países centrales y la crisis de valores reinante.

   En efecto, lamentablemente, como en toda América Latina, estos valores propios de nuestra identidad paraguaya están  en grave crisis y en acelerado deterioro. Esta generalizada crisis moral  causada por factores endógenos y exógenos nos ha conducido a esta situación de desintegración familiar, comunitaria y ciudadana y de fragmentación  creciente de la sociedad paraguaya.

  Esta crisis cultural y de valores está amenazando la integración y la cohesión nacional y debilitando nuestra otrora vigorosa personalidad nacional.

  Esta crítica situación no es solamente nuestra, pero también es nuestra y es nuestra responsabilidad enfrentarla con coraje, firmeza y creatividad.

  Uno de los factores de esta desestructuración cultural y de desintegración progesiva de nuestros genuinos valores responde al arrollador proceso de las industrias culturales foráneas vinculadas al proceso de globalización.

  La globalización es inevitable e irreversible, y es ambivalente. Tiene aspectos altamente positivos y otros claramente negativos.

  Nadie puede poner en duda que la globalización nacida por el avance vertiginoso y asombroso de las comunicaciones y la informática nos otorga positivos aspectos en el plano económico-financiero y comercial y favorece la configuración de la “aldea global” donde nos sentimos partícipes de los problemas mundiales, principalmente los relacionados con el medio ambiente, la pobreza y el hambre, y los permanentes riesgos contra la paz y la convivencia constructiva de las naciones.

  Además, nos permite luchar en las instancias internacionales por valores e ideales cardinales como la vigencia plena de la libertad, la democracia, los derechos humanos y la paz entre todas las naciones del orbe.

  También en el plano cultural, como ya dijimos, la globalización resulta ambivalente, ya que por un lado nos incorpora al extraordinario avance científico-tecnológico y a la democratización educativo-cultural, pero igualmente tiene el riesgo de amenazar las identidades nacionales y deteriorar nuestros valores y nuestras formas de expresión con la imposición del pensamiento único, de la tendencia a la homogeneización cultural, con la muerte de los ideales, de las ideologías y las utopías y la imposición de valores y formas de ser ajenos a nuestra identidad.

  Desde luego que, no se puede pretender luchar contra la globalización, pero si incorporándonos a ella con nuestras personalidad genuina y original y nuestra automomía nacional, aprovechando el máximo su contribucción positiva, pero luchando con los hermanos latinoamericanos por globalizar la democracia, la equidad, la justicia social, la solidaridad y la esperanza.

  Para América Latina y el Paraguay este proceso no es nuevo, ya que el descubrimiento de América y el ulterior proceso de colonización fue la primera realidad globalizadora, pero hemos aprendido a dialogar, a resistir, a crear una nueva civilización y vigorizar “lo nuestro” para abrirnos sin temor a los otros. Como magníficamente lo expresara el gran visionario y luchador Mahama Gandhi. “No quiero que mi casa quede totalmente rodeada de murallas, ni que mis ventanas queden tapiadas. Quiero que la cultura de todos los países sople sobre mi casa y entre en mis ventanas tan libremente como sea posible. Pero no acepto ser derribado, por ninguna ráfaga. Porque al fin de cuentas, ésta es mi casa, donde habitan mi cultura, mis raíces, mi esencia, mi modo de vivir y las razones de mi existencia”.

  Por todo ello, bienvenida sea esta nueva y positiva contribucción del amigo Bernardo Garcete Saldívar.


 

ACOTACION DE FA-RE-MI:
Ya se encuentra en circulación la 2.EDICION; CORREGIDA  Y AUMENTADA CON LOS CUADERNOS DE ALFREDO MARCUCCI, EL LIBRO ”LUIS ALBERTO DEL PARANÁ INAGOTABLE”. ISBN:978-99953-2-349-3

parana segunda edicion


El libro, que mide 15x 22 cent; tiene 424 páginas, la mitad a todo color. Trae además deLos Cuadernos de Alfredo Marcucci, la lista discográfica más completa en el mundo,de las  grabaciones Luis Alberto del Paraná. Se puede adquirir, en estas librerías, entre otras:

Libería EL LECTOR, San Martín c/Austria. Telf. (O21)-610.639

Mail: ventas@ellector.com.py
Librería:INTERCONTIMENTAL,, Caballero No.270 c/Mcal. Estigarribia.Telf.(021) 496-991
Mail: agatti@lireriaintercontimental.com.py
Libería SERVILIBRO, 25 de Mayo y México, Playa Uruguaya. Telf. (021) 444.770
Mail: servilibro@gmail.com  Celular: (0981) 415.615
Libería QUIJOTE, San Martín No.1156, c/Agustín Barrios. Telf.(021) 621.551
Mail: guasti@quijote.com.py
Librería FAUSTO, E. Ayala ent/ EE UU y Brasil. Telf.(021) 221.996/7
Mail: fausto@gmail.com
Librería DOMINGUEZ, 25 de Mayo ent/Caballero y México. Telf. (021) 445.459
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arpapu@yahoo.com, y farremi@hotmail.com