VIRGILIO CENTURION (x)

A los 10 años ya se dedicó a la música y la prepración académica fue su gran preocupación, porque su sueño era ser un buen intérprete de la flauta y el violin, además de compositor. Integró la Banda de la Policía de la Capital, como otros grandes de nuestra historia musical, y se codeó con los más prestigiosos músicos de la época y al igual que ellos, también fue a radicarse a Buenos Aires en pos del común anhelo de hacer conocer y engrandecer la música paraguaya. Con Mauricio Cardozo Ocampo compuso Irene, una de las canciones más difundidas y exitosas del repertorio nativo.

Este flautista, violinista y compositor nació en Acahay, el 4 de enero de 1914, y sus inclinaciones artísticas hacia la música se manifestaron a muy temprana edad. Entre su instrucción escolar primaria en su pueblo natal y sus habilidades para la música, a los 10 años empezó a estudiar flauta con el profesor Pedrito Flores, un integrante de la Orquesta Folclórica Municipal, iniciándose de esta manera en la carrera del conocimiento.

 A LA CAPITAL

A los 15 años, en 1929, dejó su pueblo natal y se traslada a la capital, para proseguir sus estudios secundarios en el colegio Presidente Franco, y un año más tarde empieza sus lecciones de violín con el profesor Remberto Giménez, quien en ese entonces se desempeñaba como profesor de la Banda de Músicos de la Policía de la Capital y a la vez dirigía el Conservatorio de Música, el Instituto Paraguayo.

El mismo Remberto Giménez, en virtud a sus condiciones de aplicado alumno de música, le consiguió una beca para proseguir sus estudios en el campo de la teoría y el solfeo, con el profesor Gerardo Fernández Moreno.

En 1931 ingresa como conscripto para cumplir con su servicio militar obligatorio, a la Banda de Músicos de la Policía de la Capital, prosiguiendo sus estudios bajo las direcciones de Nicolino Pellegrini y Salvador Déntice, y tuvo como compañeros y maestros a Leonardo Alarcón, Félix Fernández, Manuel Rivas, entre otros.

Los egresados de esa promoción, más tarde, se destacarían como grandes protagonistas del quehacer artístico musical, entre ellos Carlos Dos Santos, Reinaldo Miracca, Carlos Lara Bareiro, Alfredo Riquelme, Ramón Reyes, entre otros.

NUEVOS HORIZONTES

A finales de la década del ´30 y una vez finalizados sus estudios referentes al violín, con Carlos Lara Bareiro, Aniceto Vera Ibarrola, Carlos Dos Santos, César Medina, Octavio Insfrán y Luciano Rivaldi, fundaron la Asociación de Músicos del Paraguay, una entidad que consagró entre otros logros la creación de la primera orquesta sinfónica.

Virgilio Centurión y Ramón Reyes integraron como violinistas, en 1940, una agrupación integrada por 5 músicos, entre ellos los guitarristas Mencia y Juan Belotto, siendo el bajista un músico de apellido Trinidad, todos bajo la dirección del maestro y bandoneonista Luis Cañete; mientras perfecciona sus estudios sobre armonía con el profesor Juan Carlos Moreno González, teniendo como compañero a su colega Ramón Reyes. Desde 1942 hasta 1945 se desempeñó como director de la Banda de la Primera División de Caballería.

SU ORQUESTA

En 1943 se decide formar su propia orquesta, luego de los años de experiencia en otras agrupaciones, invitando a su hermano Antonio, un gran intérprete del bandoneón, y a Rodolfo en la guitarra, para que lo acompañaran en dicha empresa, sumándose al grupo el violinista Octavio Insfrán, el pianista Carlos Dos Santos y el contrabajista Luciano Rivaldi; era el cantante Antonio Cardozo. Para mediados de la década del ´40, su orquesta empezó a gozar de gran fama y era número obligado en los grandes eventos bailables realizados en los clubes Libertad, Cerro Porteño, Presidente Hayes, Mbiguá, Centenario, centros de esparcimiento muy de moda en aquel entonces.

 A EMIGRAR

La guerra civil  de 1947 obliga a muchos a emigrar a Buenos Aires, entre ellos Virgilio Centurión, pero fue una manera de reconocer el terreno, ya que finalizada la contienda bélica fraticida, retornó al Paraguay, para un año más tarde recalar de nuevo en la capital porteña y así, a partir del 15 de agosto de 1948, acompañado de sus hermanos Rodolfo y Antonio, Buenos Aires fue el centro donde se decidió a proseguir su carrera de músico.

Fue don Mauricio Cardozo Ocampo quien los invitó a integrar su afamada agrupación Ñande Kóga, que actuaba en su local estable, además de otros centros donde la música paraguaya era el centro de atracción.

En 1950 regresó en forma definitiva al Paraguay y se integró un año más tarde, a la Orquesta Sinfónica de la Ciudad de Asunción cuya dirección estaba a cargo de su antiguo profesor, maestro Remberto Giménez. También alterna en la Orquesta Sinfónica de la Ciudad de Formosa (Argentina).

En esa época, don Mauricio Cardozo Ocampo, autor de las letras de dos de sus más famosas obras, Irene y Rincón Guaraní, ya radicado de nuevo en Paraguay, lo invitó a integrar su prestigiosa agrupación Peru Rima, pasando a compartir con otros grandes como Carlos Bordón, autor de Mi novia Querida: César Medina, autor de Ah Che Retã Paraguay; Rodolfo Roa y otros tantos músicos.

SUS OBRAS

En 1936 compuso su primera obra, Irene, con don Mauricio Cardozo Ocampo, y quizás su producción más reconocida por la amplia difusión que tuvo desde el momento en que lo grabaron hasta hoy, al igual que Rincón Guaraní, también con letra de Cardozo Ocampo. Compuso además Guyra´i Tape, Maitei, Acahay Salud, Tu Ingratitud, con letra de Aparicio  de los Ríos; Ndéve Guarãmínte, 12 de Octubre, Villa del Rosario, Tendota Guasu, Fiesta en el Rancho, con letra de Cirilo R. Zayas; Arroyo Tapytãgua y muchas otras.

Falleció en 1996, a la edad de 82 años, en la paz de su hogar en Lambaré, rodeado de sus seres queridos.

(x) Cortesía del diario ABC COLOR (Asunción, Paraguay). Esta biografía forma parte de los fascículos: Sonidos de mi Tierra, auspiciado por dicho diario.
Coordinación General: Luis Szarán; Coordinación Artística: Luis Alvarez; Coordinación Ejecutiva: Víctor Destéfano

Carro Clasico: hecho posible gracias a Wisestate