30.Parte

"Al pensar en ti dulce tierra mia
de mi corazón vuela un panambi

y en mi invocación surge la armonía
de una popular canción guaraní”(x)

(x) De la canción “Dulce tierra mía”.
de Augusto Roa Bastos (letra); y Agustín Barboza (música)

 

DEL PARAGUAY PROFUNDO

Musica Paraguaya bandera

Paradigmas que no se deben olvidar

 

Prefacio

CIEN MÁXIMAS JURÍDICAS (x)

por: Prof. Dr. Miguel Ángel Pangrazio Ciancio

El Derecho es la brújula de los pueblos civilizados. La Justicia, el fin supremo de toda sociedad humana.
La libertad, la excelsa aptitud del hombre.
La crisis de la civilización actual es crisis de conciencia. El patrimonio de ser frente a la codicia de tener.
Sólo un anhelo persistente y noble de justicia y verdad podrá recuperar la salud espiritual de los pueblos.
Las buenas costumbres cimentan la moral. Un  Estado de Derecho se fundamenta en los principios éticos.
Muchas ideologías alejadas de la realidad son dogmas que se nutren de utopías. La causa de la actual perturbación mundial radica en la pésima distribucción de la riqueza y la falta de solidaridad.
La pasión sectaria y el exitismo económico destruyen los valores.
La opulencia corrompe.
La miseria degrada.
Los damagogos concentran poder, monopolizan riquezas, distribuyen miseria e imponen violencia.
Los bienes de la naturaleza deben compartirse y no agruparse en núcleos de privilegio.La propiedad mal constituida priva a las grandes mayorías de recursos necesarios para dignificar la vida.
Hasta tanto no se corrijan los errores sociales, persista el privilegio de los menos y siga vigente la injusticia, el universo será la caldera que agita el odio, la violencia y el desequilibrio social.
No serán los rígidos sistemas económicos, ni las ideologías sectarias los mejores planes para redimir a los pueblos sojuzgados por la pobreza crítica. Sólo los diagnósticos formulados conforme a la realidad y las medidas prudentes fundadas en la justicia y la solidaridad serán verdaderas.
El hombre debe nutrir su cuerpo, cultivar su mente y practicar la convivencia para estructurar una sociedad sin angustias ni desequilibrios.
La razón y la libertad promueven al hombre.
Condenamos a la economía de especulación, donde el capital impone sus reglas salvajes.
Sí a la economía de producción para alentar el consumo, distribuir los ingresos con equidad, reduciendo el elevado porcentaje de la pobreza mundial.
Es hora de que los demagogos dejen de ser los estranguladores de civilizaciones.
La megalomanía de la mayoría de los gobernantes ha traído desajustes estructurales, enfrentamientos y la quiebra del género humano.
Toda nación progresa por el mayor índice de alfabetos, la disciplina social de su pueblo, la equitativa distribucción de la riqueza y la conducción honesta e idónea de sus gobernantes.
Los males no se curan con guerras, menos con dictaduras.
Las naciones progresan por la vigencia de la justicia, la predisposición a la verdad y la convivencia solidaria.
La psicosis de la angustia, la codicia, el egoísmo, la deslealtad, el odio y el fanatismo alienante son las causas  del desajuste social.
Quienes idolatran el dinero tienen el alma muerta.
Trabajar por la promoción moral del hombre es un imperativo.
La ciencia no debe oponerse a la sabiduría.
Los pueblos anhelan un estado de Justicia. Pero la soberbia de los hombres desata las más cruentas tragedias.
La educación plena del niño forma al hombre del mañana.
NO construiremos una nación sin ciudadanos idóneos y honestos.
La naturaleza nos enseña con sus leyes sabias el mejor camino para transistar hacia el bienestar.
El universo ha de redimirse con la vigencia de la justicia, la paz, el orden, la seguridad y la equitativa distribucción de la riqueza.

(x) De libro: CIEN MÁXIMAS JURÍDICAS, del Prof. Dr. Miguel Ángel Pangrazio Ciancio; Intercontimental Editora (2004). www.libreríaintercontimental.com.py/
E-Mail
: agatti@pla.net.py

Calle: Caballero 270, Asunción Paraguay.Telf.496 991/449 738. Fax: (595-21) 448 721.

Farremi : Musicaparaguaya

Fragmento

Ser indio en el Paraguay

”Es por tanto, muy natural  que tú compartas con nosotros tus riquezas…”  (x)

por: Bartomeu Meliá, S.J

”He aquí que el cacique de los Tarumá declaraba al viajero naturalista Rengger:

Vosotros sois blancos, Dios os ha dado todo el poder, todas las riquezas de la tierra, hasta el país que nos pertenecía; tenéis lindas casas, rebaños  que os sirven de alimentos y esclavos que os sirven. Nosotros, al contrario, somos pobres, sin ropa, sin casa, obligados a recorrer las selvas para no morir de hambre, y reducidos a vivir en ella mientras vosotros ocupáis el hermoso país que es nuestro. Es por tanto, muy natural  que tú compartas con nosotros tus riquezas, y que tú nos hagas regalos, con el fin de reparar tan gran injusticia; pues nosotros valemos tanto como vosotros>.

Si la resignación del exordio es notable, y la confesión sucesiva algo mortificante, la deducción indica un exacto concepto de la justicia, y en la conclusión estalla la protesta con todo el orgullo de la raza” (Bertoni 1956: 175).

(x) Del libro: UNA NACIÓN, DOS CULTURAS, de Bartomeu Melía, S.J. Pág.53: “Ser indio en el Paraguay”. Diálogo 27, abril 1973: 34-35, Asunción, Paraguay . RP Ediciones-CEPAG. 1988

 

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 Fragmento

 

Músicas de los indígenas

EL CANTO (x)

Dr. Juan Max Boettner

Cantan tanto los hombres como las mujeres, en general aisladamente. Los cantos son monódicos, acompañados con instrumentos rítimicos. Son en general de tipo ceremonial, según diversas ocasiones.

Concepción Leyes de Chaves (107) dice: “Los cantos versaban sobre hechos sangrientos, los enemigos, el diluvio, cosas de hazañas, mitología y de los antepasados, fábulas de pájaros, peces, mujeres o simples palabras sonoras sin sentido, “ñeengá”.

Yvres de Evreux (36) trae el siguiente canto (la traducción es de León Cadogan):

Che, Che

Che ava eté

Che che payé guasú

Che che ayuká pa´í.

yo,yo

yo soy hombre feroz

yo, yo soy un mago

yo, yo mate al sacerdote

 

Sería el CANTO DEL MAGO

Aquí tenemos un emocionante CANTO ELEGÍACO, citado también por Doña Concepción de Chaves:

Marapa remanó

Nde jheta nde yety

Rerecó pacová

Mandi´ó há ananá

Ndeve nde rayjhú

Ne rembirecó

Ha nde ra´y

Nderejhé tecotevé

¿Marapa remanó?

¿Por qué has muerto?

Tienes mucha batata

Tienes banana

Mandioca y ananás

A ti te aman

Tu esposa

Y también tus hijos

Aún eres necesario

¿Por que has muerto?

 

 (x) Del libro Música y Músicos del Paraguay, del Dr. Juan Max Boettner. Este libro fue editado por primera  vez por Autores Paraguayos Asociados (APA) -1956-; y reeditado por la Revista Paraguaya FA-RE-MI, en l997. Más información sobre el autor haga click sobre lo subrayado.

 

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Rincón Poético

Balada para los árboles ausentes (x)

Para el recuerdo de Bruno Guggiari, santo laico
que plantó árboles y los cuidó hasta los oyó hablar
con el Viento, con los Pájaros y con la Luna

I

Por el camino de plata
-confundido entre penumbras-
vinieron ocho asesinos
con hachas recién fundidas.
Sobre el filo sin herrumbres
pasa el viento de la noche,
y abraza luego el follaje,
para decirle, en secreto,
que vienen ocho asesinos
con hachas recién fundidas.

!Cómo tiritan las nubes!
!Oh, Dios mío, cómo lloran
las estrellas y los pájaros!
!Cómo la noche inocente
quiebra su voz de silencios
y su música de plata!

II

Se desnudaron el torso:
miraron de abajo a arriba
y entre la fiesta de verde,
cada cual marcó su crimen.

Al alto cielo subieron
los hierros recién fundidos;
y al bajar, volvían rugiendo
por la boca de sus filos:
ni las nubes ni los pájaros
pudieron dejarlos ciegos.

El follaje se estremece
como si fuera a morirse;
las estrellas tienen frío
de ver el hierro desnudo
y el agua del alba viene
para llorar con la Luna

III

Huyeron los asesinos
con sus hachas como espejos.
Los pájaros ya no tienen
donde colgar sus canciones.

El viento se va en sollozos
llevando las hojas muertas;
mientras la noche de plata
quiebra su voz de silencios
y su música de lunas.

Cuando fue otra vez el día,
la presencia de una ausencia
lloraba al sol su tristeza
de cicatriz desolada.

 

Hérib Campos Cervera
(x) De: Ceniza redimida. Editorial Alcándara, Asunción, 1982.
(1) Más información sobre el autor, en esta Página Digital de FA-RE-MIhaga click aquí

 

Musica del Paraguay, proveido por Wisestate

VILLARRICA

El recuerdo de nombres amados (x)

por: Mario Rubén Álvarez
Poeta y periodista
alva@uhora.com.py

El poeta y músico Gumersindo Ayala Aquino –nacido en Villarica el 13 de enero de 1910 y fallecido en Asunción el 29 de febrero de 1972- había venido al mundo con ansias de recorrer caminos.

Artemio Franco Preda, en su libro El Guairá y su aporte a la cultura paraguaya (1) es, quizás, el que mejor retrata esta faceta del artista de la palabra, el canto y la guitarra. “Él quería ser como las gaviotas o las golondrinas: ver otros cielos, otros paisajes, otra gentes…y viajó, viajó sin pausa, llevando en su báculo ilusiones, optimismo y esperanzas”, afirma ese autor.

“El nació en el barrio Estación y toda su infancia fue guaireña. Conocía muy bien todos los barrios y  todos los sitios cercanos a Villarrica”, recuerda doña Georgina Esther López, viuda de Ayala Aquino. El acabado conocimiento del entorno en el que vivía le sirvió para escribir la letra de la guarania Villarrica donde cita los nombres amados de su memoria.

“Hasta los 15 años más o menos vivió en Villarrica, después ya salió a recorrer mundo. Siempre, sin embargo, recordaba con cariño su tierra”, recuerda la mujer con la que se casó el 18 de diciembre de 1962 cuando el poeta ya había regresado al Paraguay.

Ayala Aquino –con Luis Osmer Meza (que universalizaría su identidad artística como Luis Alberto del Paraná) y el arpista luqueño Digno García- formó primero el Trío Guaireño que luego pasaría a llamarse Trío Los Guaireños. En la década de 1940 realizó una gira por diversos países latinoamericanos.

Un capítulo importante de su carrera musical, antes de emprender ese viaje que lo anclaría por algunos años –porque no era hombre de quedarse mucho tiempo en ningún lugar- en la ciudad de San Cristóbal, Venezuela , fue Buenos Aires. El aprendizaje y la experiencia esenciales de su arte tuvo por escenario la capital argentina .

Como muchos de los grandes, en la década de 1930, Gumersindo recaló en ese puerto donde la música paraguaya tenía una gran aceptación. Se hizo amigo de José Asunción Flores, Agustín Barboza, Mauricio Cardozo Ocampo, Eladio Martínez, los hermanos Larramendia y los hermanos Bobadilla Cáceres, Nenín Alvarenga, Prudencio Giménez, Juan Escobar, Julio Escobeiro, Severo Rodas, Aniceto Vera Ibarrola, José Bragato y tantos otros.

En Buenos Aires, Gumersindo no olvidaba a su tierra natal. Cerraba los ojos y se imaginaba a sí mismo correteando por sus barrios, jugando en sus tardes calcinadas. Inmerso en la nostalgia, recordando nítidamente sus diversos barrios, escribió Villarrica. Allí cita los nombres de barrios que hoy tienen identidades que –paradójicamente- los han desidentificados con el ropaje de denominaciones religiosas.

“Tuvo que haber escrito alrededor de 1940”, sostiene doña Esther. Esto es corroborado por el compilador, investigador y divulgador de la música paraguaya Carlos Galli. Sostiene que la primera grabación –con  la Orquesta Manuel Ortiz Guerrero dirigida por José Asunción Flores, de la que Ayala Aquino formaba parte como guitarrista- tuvo que haber sido de 1941/1942.

“Los hermanos Larranendia ya intervienen allí. Ellos arribaron a Buenos Aires en abril de 1939 y poco después pasaron a formar parte de la agrupación musical del maestro Flores”, menciona Galli.

El luqueño Anicero Vera Ibarrola le puso al poema un ritmo de guarania. Era lo adecuado para una obra que se había originado en la nostalgia. No podía ser de otra manera.

Villarrica (*)

Ehendúna Villarrica
mombyrýgui rohenói
hyakuãva nde poty
ahayhúgui tañatoï.

Oime Lomas Valentinas
ipörãva Ykua Satï
Ychororo ha ilóma
herakuáva Tuyutï.

Ikua Pytã, Karumbe´y,
Arroyito, Paso Pe
Sanja Soro ha Kanchakue
ojoyke´ýva ku peë.

Y Hovy, Yvaroty,
Villarrica jeguaka
peipotárö ipoty
peje´óinte peheka.

 

(*) Letra desgrabada de la interpretación de Agustín Barboza cantando con la Orquesta Manuel Ortiz Guerrero dirigida por José Asunción Flores.
(1) Franco Preda, Artemio. El Guairá y su aporte a la cultura paraguaya. Villarrica, 2003.
(x) Del libro Las voces de la memoria (Historias de canciones populares paraguayas), de Mario Rubén Álvarez Ó. Edición del autor y Julián Navarro Vera. Asunción ( Paraguay ), octubre 2005.

ACOTACIÓN DE FA-RE-MI: Por el Grupo Generación,  actualmente uno de los mejores conjuntos musicales del Paraguay , se puede escuchar esta guarania en esta Página Digital. Desde la Página Principal, entrar en: Escuchar Músicas Paraguayas.

Casa de la Independencia

 

EL GOZO DE VOLVER A LEER



                              
Cartas del Dictador Francia* (x)


Los delegados (...) mantenían constante, profusa y difusa correspondencia con el Dictador (...) En las cartas se trataba de las más graves cuestiones externas e internas, al lado del pequeño hurto o la pérdida de la casaca por un soldado; los asuntos más serios juntos a los jocosos o baladíes. Las cartas a sus delegados estaban llenas de consejos, órdenes, advertencias, reprimendas. Eran severas, pero paternales.

Al delegado de Itapúa, sobre tratamiento a los gobernantes del exterior: "El añadir sin necesidad continuamente al y el a los nombres de los que citas, es una continuada impertinencia y no te corresponde ni cae bien en vos usar en los Partes al Gobierno ese estilo desdeñoso de apocamiento y desestimación, mucho menos nombrando a los que han sido, o son Gobernantes Supremos en sus Provincias, como son Lavalleja, Rivera y López, que aunque dice ser de baja estracción, y que ha estado prisionero en el Paraguay habiendo venido con los porteños, pero al fin ahora es governante de su país. El decir también ese Fructuoso, ese Lavalle, es otro desentono, que muestra insensibilidad y grosería por no decir más. Yo mismo no los nombraría de ese modo".

Al subdelegado Ramírez sobre partes: "...En adelante es preciso tener con los Partes, y con lo que aquí se escribe, otro cuidado, y advertencia, y no proceder con tanta falta de discernimiento, para no estar enviando Papeles insuficientes, que hacen perder el tiempo, dan mas que hacer, y mas incomodidad, estando yo ahogado de ocupaciones, sin esperanza de alivio en el Paraguay, donde es menester que uno supla por cincuenta Oficios".

Al subdelegado de Santiago sobre el mismo tema: ""Este es el embarazo en que a cada paso me ponen los comandantes paraguayos, que solo se reducen a dar al por mayor una noticia vaga e insubstancial sin los detalles necesarios y sin ninguna explicación de manera que se necesitan nuevos chasques preguntas y repreguntas para escarbar lo que luego debían haber dicho, teniendo presente que un parte del Gobierno no es como una conversación entre particulares en que no hay necesidad de decirlo todo, sino solo lo que se quiere o lo que primeramente viene a la cabeza. Un comandante debe tener otra viveza, otra sagacidad, otra advertencia y otra proligidad porque de lo contrario nada hay que hacer y lo mejor es dexarlo todo y continuar viviendo a la moda paraguaya".

Al mismo subdelegado de Santiago en otra nota: "He entregado a Leguisamón todo lo expresado en su parte del 28 del próximo mes pasado, y por lo demás de su contenido no he mal entendido lo que se me ha mal escrito a causa de que los Paraguayos no saben explicarse en este llano, dicen y dan a entender una cosa por otra".

*De El Supremo Dictador, de Julio César Chaves, Ediciones Atlas, Madrid, 1964.

(x) Del dirio ABC COLOR (Suplemento Cultural), 2 de abril de 2006 ( Asunción, Paraguay ).

San Bernardino

Fragmento

Hugo del Carril canta guaranias (x)

por: Agustín Barboza

Como las guaranias se habían enraizado en el gusto popular, se formaban conjuntos de ocasión para satisfacer las demandas de las actuaciones por radio y hasta los cantores argentinos la incorporaron en su repertorio.

Hugo del Carril, gran artista argentino, se desempeñó en sus inicios como locutor de radio Vernotti, que luego pasó a llamarse radio El Pueblo. Era un entusiasta de la música paraguaya y, al presentarnos en nuestras actuaciones con la orquesta del gran maestro Julián Alarcón, se retiraba a un costado y se ponía a cantar en sordina la guarania.

Prudencio Giménez, de puro entusiasta, se acoplaba con su guitarra para dar más ritmo y ensanchar la instrumentación de nuestras actuaciones. En uno de los programas, Hugo del Carril preparó por su cuenta varias glosas para ilustrar a la audiencia sobre los temas de cada guarania. La audición salió perfecta y todos nos acercamos a Hugo para felicitarlo por su iniciativa.

Prudencio Giménez, gran paraguayo, buen “gua´í” y mejor porteño autonaturalizado por su aspecto, acento y desenvoltura, se le acercó y le preguntó:

“Che pibe, vos no sabes cantar ? El otro le respondió con un ademán negativo con la cabeza.

“Con esa pinta de galán que tenés podés arrastrar al país. Si querés cantar, podés ir a mi casa y te voy a enseñar”.

Hugo del Carril no cabía en sí de contento y al día siguiente apareció por la casa de Prudencio con un entusiasmo desbordante. La bien educada voz de Hugo y su impecable registro de barítono facilitaron  mucho las cosas y en menos de tres meses ya cantaba tangos al mejor estilo de Gardel – y ni qué decir de la guarania, en especial “ India ” y “ Buenos Aires, salud”. Prudencio Giménez lo acompañó un trecho en su fulgurante carrera artística y, de la manera más impensada, la Argentina se ganó con Hugo un gran cantor y actor (Fue también celebrado director de cine).

x) Del libro ”RUEGO Y CAMINO”, por Agustín Barboza. Este libro se puede adquirir en: Fundación Agustín Barboza. Calle: Simón Bolivar No. 337, Asunción, Paraguay . Tlf./Fax: 00595-21-441-126.

Tajy

TITO JARA ROMÁN



"Soy un soldado al servicio
del arte"

Fue el creador y primer director del Teatro Experimental Asunceno (TEA), allá por el año 1958. Dirigió varias obras como La versión de Browning, Demanda contra desconocido, Milagro en el mercado viejo y El zoológico de cristal. También incursionó en la actuación, aunque su pasión primera sigue siendo la dirección.

Don Tito Jara ama el teatro. Dirigir, escribir, y hasta actuar lo lleva en la sangre. "Me considero un soldado al servicio del arte", afirma. Ya lleva más de 40 años trabajando incansablemente en la investigación de todos los elementos interpretativos. "Me gusta transmitir a los jóvenes interesados todo lo mejor, y eso solo se obtiene trabajando, investigando, estando al día con todo lo que sucede o va surgiendo", expresa.

Don Tito llegó al mundo del espectáculo a los 19 años. Debuta como director de obras del Teatro Experimental Asunceno, del cual fue también el mentor, a los 25. "Eramos un grupo selecto que amaba el arte y decidimos abocarnos de lleno a la actuación". De esa pasión surgieron importantes obras, elogiadas por importantes personalidades del mundo artístico y cultural. Josefina Plá, por ejemplo, calificaba al TEA como un instrumento de auténtica cultura teatral y decía que Tito Jara Román "se apuntaba un buen tanto como actor y sobre todo como director".

Nuestro compañero de tareas ya fallecido, Jorge Aiguadé destacaba igualmente la actuación del elegido de esta página. Lo mismo hacía José Luis Appleyard. En un escrito hecho en el bar San Roque, en máquina portátil, resaltaba la labor del TEA y la dirección de Jara Román en la obra El zoológico de cristal, llevada a escena en el año 1964. Este fue el cuarto suceso. La primera representación del TEA fue Demanda contra desconocido y tuvo lugar en el teatro del colegio Goethe, en agosto de 1958.
Luego vino La versión de Browning.

Más tarde, en el año 1960 fue la puesta El prestamista, siempre bajo la dirección de Jara Román. En fin, son muchos los trabajos realizados; si bien no en forma continua, en cada reestreno los nutridos aplausos, premio del público, se hacían sentir en las diferentes salas. Hoy la labor sigue dando sus frutos.

A punto de ser estrenada Sida: La pandemia del siglo, don Tito habla de ella.
"Es una obra que hace hincapié en la indiferencia, la marginación que sufren los afectados por este mal, en la apatía de la sociedad ante una ‘situación’ que merece respeto y atención.

Se podrá apreciarla en el teatro Máxima Lugo, desde el 20 de abril". En esa trama vuelve a dar lo mejor de sí junto a su esposa, la actriz y locutora Haydée Vera y Aragón, con quien es padre de cuatro hijos: Héctor Daniel, Vladimir Antonio, Rufo Stale y Penélope Guernica.

"Durante el día, de lunes a viernes nos dedicamos a nuestras cosas", revela. "Nos encontramos solo para dormir", añade. Pero los fines de semana son de la familia. Es ahí donde don Tito cumple con su papel estelar, el de padre y abuelo, en un espectáculo lleno de cariño. "La familia es lo más importante.

Los domingos son días dedicados a nuestros hijos y nietos. Dirigir mi familia es lo que mejor me ha salido, estoy muy orgulloso de todos ellos", dice con una sonrisa reveladora.
Se cierra el telón.Nancy Duré Cáceres   (x) Del diario ABC COLOR (Revista), 26 de marzo de 2006 (Asunción, Paraguay)

 

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Capítulo VI. BARRIOS

 

El legendario barrio ”Pinozá” (x)

por: Jorge Rubiani
Historiador y Arquitecto
jrubiani@highway.com.py

Pinozá prolongaba Asunción más allá de Ciudad Nueva. Según algunos moradores de la zona, el barrio debe su nombre a la “guaranización” de Espinoza, apellido de familias tradicionales, una de las cuales era propietaria de aquellos territorios. La “espina dorsal” de este nuevo enclave era la avenida Eusebio Ayala. Esta ruta -más que avenida- iniciaba el barrio y la incursión de la capital hacia el interior a partir de la “garita” policial de Dos Bocas, donde actualmente –entre toldos y puestos venta- todavía debería encontrarse el monolito que marca el kilómetro “cero”.

Alrededor de aquella avenida, conocida de antiguo con el nombre de “…camino a San Lorenzo”, se fue contornando el barrio que reunía, como casi todos los barrios tradicionales de Asunción, “algo” de las antiguas costumbres de la ciudad. Además de los contenidos esenciales de estas agrupaciones urbanas, en ésta, algunas “instituciones” marcaron las diferencias con los otros: la laguna “Pytá”, el Club Guaraní y…los bares.

Por los años de los comienzos, solo la mencionada Eusebio Ayala y la calle General Santos estaban pavimentadas, ésta con un irregular empedrado. El resto era “un pardo” arenal, yuyales y zanjones. Precisamente sobre la calle que recuerda al presidente uruguayo que nos devolvió los trofeos de la “guerra grande” en 1885, donde hoy se levanta el nunca terminado Hospital Militar, estaba la laguna Pytá, el balneario del suburbio, recreo de chiquilines y fuente de tundas y reprimendas hogareñas. Se comenta que el tartamudeo que caracterizó a Luis Alberto del Paraná lo adquirió –de muchacho- en un accidentado chapuzón en la laguna.

Cerca de allí, sobre la calle 12 de Octubre pernoctaban los carreteros que traían las frutas y frutos desde el interior los que, luego de clasificados, fraccionados, se vendían en el ya vigoroso Mercado 4. Este repetía con su concierto de voces, aromas y sabores, el espectáculo del viejo “Mercado Guazú”, ya entonces desaparecido.

El Club Guaraní, que fue uno de los cantones defensivos durante la Revolución del ´47. Era el centro de la vida social y destino de los paseos de la muchachada de barrio. No había tarde en la que en el ”Club” no hubiera música, equipos de entrenamiento de basket, fútbol, atletismo, gente patinando o, sencillamente, sentada en amena plática. Ya para entonces la zona empezó a llenarse de bares. Enfrente, entre plantas de mangos y piso de ladrillo, donde hoy está la heladería ”Guaraní” estaba el bar y almacén de Doña Florencia, asiento del vino ”garnaccia”, el queso ”parmesano” y la novedad del hielo en barras. Hacia el este, en la esquina de la calle Centenario se encontraba la pista ”El Mango” propiedad de un señor argentino de nombre Cedano Acosta, lugar de baile con orquestas y bailarines de traje. Ya la esquina de la avenida Eusebio Ayala con la calle Gral. Santos, estaba el “Bar Pujol”, que también era teatro y –algunas veces- ring de boxeo. El mismo sitio fue ocupado por el “Bar Chino”. Casi enfrente, otra hospitalaria pista de ladrillos y lugar de fundación del Club Pinozá, el Bar Guaraní”, de don Luis Scholl (se llamaba realmente Ulises). Siguiendo más al este, en la esquina Eusebio Ayala y 12 de Octubre, estaba el “Bar Juasy´y”, lugar de encuentros bajo la espesa fronda de una gigantesca enredadera de juasy´y.

(x) Este escrito forma parte del libro POSTALES DE LA ASUNCION DE ANTAÑO (255 pgs.) editado por su autor en el mes de  Octubre de 1999, y que se encuentra en venta en las principales librerías de Asunción (Paraguay

Aljibe

CINCUENTA AÑOS DEL FALLECIMIENTO DE CARLOS GATTI

Un karai arandu  (x)

Mañana se cumple el cincuentenario del fallecimiento de uno de los grandes científicos que tuvo el Paraguay, el doctor Carlos Gatti Battilana. Médico, docente y gran estudioso de la cultura paraguaya, su temprana muerte privó a la sociedad paraguaya de una de las mentes más lúcidas de la primera mitad del siglo XX.

Cada vez que uno hojea las páginas de la Enciclopedia guaraní castellano de Ciencias Naturales y conocimientos paraguayos, la monumental obra del doctor Carlos Gatti Battilana, uno se sorprende por la capacidad de trabajo, la minuciosidad encarada en su tarea, y la profundidad de los conocimientos plasmados con que este sabio encaró ese trabajo de documentación acerca del acervo natural y cultural de nuestro país.

Publicada dos décadas después de su fallecimiento, es una obra que necesita ser reeditada para que nuestros compatriotas sepan la riqueza de nuestra cultura y las grandes pérdidas de nuestro acervo natural a lo largo de los años, porque, sin duda, muchas de las cosas que don Carlos Gatti nos cuenta en ese libro, lastimosamente, forman parte de lo que hemos perdido inexorablemente.

Aniversario

Mañana 24 de abril se cumple el cincuentenario del fallecimiento de este eminente científico, por lo que bien vale una recordación de su personalidad. El doctor Carlos Gatti Battilana nació en Asunción el 30 de diciembre de 1899. Fue hijo de un ingeniero turinés llegado al país en las últimas décadas del siglo XIX y casado en Asunción con la señorita Virginia Battilana.

El futuro médico y científico inició sus estudios primarios en el antiguo colegio de los salesianos y tuvo como maestros a varios profesores europeos altamente calificados en formación humanística.

Para proseguir sus estudios, en 1912 ingresó en el entonces prestigioso Colegio Nacional de la Capital y, simultáneamente, en la Escuela Nacional de Comercio, recibiéndose de bachiller en Ciencias y Letras, y contador público.
Sus estudios universitarios los realizó en la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional, de donde egresó en 1926.

Grandes maestros

Ese mismo año llegó al país un equipo de profesionales médicos franceses contratados por el gobierno del doctor Eligio Ayala, para cooperar con la educación médica en nuestro país. Este equipo de profesionales, encabezados por el doctor Gabriel Delamare, fue contratado por presión del estudiantado para la elevación del nivel académico de la Universidad Nacional (¡Qué diferencia con los estudiantes de ahora, que exigen que se baje el nivel de la enseñanza para poder proseguir sus estudios!).

La presencia de los médicos franceses, revolucionó la enseñanza médica en el Paraguay, y el doctor Gatti, juntamente con sus colegas, fueron los primeros beneficiarios de las enseñanzas impartidas por los científicos franceses. Insuflaron en sus discípulos una nueva conciencia universitaria y fueron estos, quienes después, marcaron rumbos nuevos en la enseñanza de las Ciencias Médicas en la Universidad Nacional, la única que entonces -y durante muchos años existió en nuestro medio.

Otra sabia medida del

Gobierno fue el nombramiento del personal docente del Hospital de Clínicas -convertido en hospital de la Universidad Nacional- por estrictos méritos académicos de los postulantes, estimulándose de esta manera, la incorporación de nuevos y jóvenes talentos.

Iniquidades criollas

Cuando terminó la misión de los médicos franceses, justamente fue el doctor Gatti el que sustituyó al doctor Delamare, en la cátedra de Clínica Médica, la que ejerció a lo largo de quince años, entre 1932 y 1947, año trágico para el Paraguay, al estallar la guerra civil y su consecuente estela de intolerancia.

Una de las víctimas de esa situación fue el doctor Gatti, quien -para desgracia del estudiantado- fue violentamente despojado de su cátedra, apresado, confinado y enviado al destierro.
De regreso al país, luego de algún tiempo, ya no se le permitió ejercer la docencia, por lo que se dedicó a la investigación científica.

El doctor Gatti fue, además de profesor de Clínica Médica y director del Instituto de Medicina, decano de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional y encargado de su reorganización.

En la guerra y junto al pueblo

En 1932, se inició la Guerra del Chaco y, juntamente con otros colegas, el doctor Gatti se alistó en el Ejército en campaña para acompañar a los combatientes y tratar de paliar sus sufrimientos. Este ingrato capítulo de nuestra historia fue aprovechado por el doctor Gatti para, además de curar, operar y tratar a los heridos y enfermos en la defensa del Chaco, ponerse en contacto con sus compatriotas, de cuya sabiduría popular alimentó su acervo cultural y recogió un invalorable material sobre la medicina popular, las expresiones lingüísticas y los usos y costumbres de nuestro pueblo.

Así fue juntando información sobre los conocimientos empíricos populares, la farmacología usada por los indios y otros sabios que practicaban medicina primitiva y rural. Al término de la guerra, en 1935 el Dr. Gatti reinició su actividad universitaria, y el ejercicio de la medicina en el Hospital de Clínicas le puso en contacto con la gente de pueblo, lo que le proporcionó la posibilidad de ir investigando sobre lingüística, etnobotánica y etnozoología, modernas disciplinas de los Estudios Sociales.

En la posguerra del Chaco, el doctor Gatti fue parlamentario. Como tal y como dirigente partidario (militó en filas del Partido Liberal) formó parte, con Alejandro Marín Iglesias, Efraím Cardozo, Rogelio Espínola y Artemio Mereles, una comisión para propiciar y organizar la candidatura presidencial de José Félix Estigarribia.

Entre laureles e ingratitudes Si bien en su país su labor fue pagada con la ingratitud, el desprecio de las autoridades, que le persiguieron con saña al no tolerar a un ciudadano probo y recto, su ingente tarea científica fue reconocida internacionalmente: fue nombrado "Miembro Honorario" de la Asociación Médica Argentina y académico correspondiente de la New York Academy of Sciences.

Convencido de que la libertad es indispensable para que los progresos de la ciencias sean aplicadas en beneficio de la humanidad, fue un incansable luchador por la libertad del pueblo. Los gobiernos dictatoriales, consecuentemente, le persiguieron tenazmente, lo que le produjo sinsabores y quebrantamientos de su salud. Pero sacando fuerzas de la desgracia, cada persecución, cada confinamiento -que lo alejaba de los quirófanos o de las aulas, le ponía cerca de grandes posibilidades de aprendizaje en tareas de campo para seguir investigando: los lejanos pueblos del interior del país.

Cuatro años antes de su muerte, regresó al país y, privado de la posibilidad de reintegrarse a la cátedra universitaria, instaló en el Círculo Médico del Paraguay una verdadera cátedra de docencia libre. Su amistad con otros grandes investigadores como Teodoro Rojas, París Menéndez y Antonio Montalvo, le posibilitaron enriquecer sus conocimientos, lo que le permitió realizar su monumental enciclopedia, fruto de 26 años de trabajo, en la que el profesor Carlos Gatti plasmó sus investigaciones sobre los conocimientos paraguayos y guaraníes referentes a la fauna, flora, hábitat, medicina popular e indígena, usos, costumbres, supersticiones y creencias, sistematizados y concordados con los conocimientos científicos universales sobre botánica, zoología, lingüística y medicina, expresados en guaraní o guaranizados.

Algunas de las importantes obras que el profesor Gatti legó a sus compatriotas fueron, además de su Enciclopedia..., un Vocabulario Español- Guaraní para uso médico; La alimentación de la población paraguaya; Alimentación del estudiante paraguayo; Posición de las Ciencias Médicas dentro de nuestros conocimientos y Caminos para el progreso de nuestra Facultad de Medicina. Hoy, a cincuenta años de su muerte, podemos decir como el escritor Manrique, que el doctor Carlos Gatti Battilana "vivir supo su vida de tal suerte que viva quedó en la muerte".

Luis Verón   

(x) Del diario ABC COLOR (Revista), 23 de abril de 2006 ( Asunción, Paraguay )